♣️ 062 ♣️

149 23 100
                                    

Kim Yohan

Subí las escaleras de cemento decoradas con flores plásticas y me dirigí a la lápida color rosa. Coloqué el ramo de flores blancas limpiando los restos de los otros ramos. Aclaré la dedicatoria que estaba tatuada en la lápida.

"Se te amará siempre, Annalise Lim Wise. Tus padres, tus padrinos, tu familia y tu esposo"

Me alejé de golpe y miré hacia todos lados. No había nadie más que yo de pie y la lápida frente a mí. Yo iba por otra persona...

—Amor —volteé de golpe— si ya las dejaste y oraste por ella, vete al auto. Ahora me toca a mí.

—¿Qué?

—Vete. Tengo que decirle algo y no creo que ella te quiera aquí.

—¿Nara?

—¿Y quién más? Déjala, yo me quedo con ella —se colocó de cuclillas frente a la lápida, trazó el nombre con su dedo índice y poco a poco se fue esparciendo ella también como si de polvo de tratara. La lápida seguía ahí, pero con dos nombres.

"Se les amará siempre, Annalise y Nara"

Nada tenía coherencia. Solo se trataba de un loco sueño más del montón. Cerré los ojos para despertar, pero nada. Al contrario, se empezó a escuchar la risa de un niño. Abrí los ojos y estaba en una acera con autos pasando frente a mí. Del otro lado había un niño de... 3 o 4 años. Me sonrió, me saludó con su mano miniatura y bajó de la acera para acercarse. Los autos seguían pasando y me desesperé. Quise acercarme y de la nada ya no habían autos... Ni niño.

Abrí los ojos de golpe. Agitado, con dificultad para guardar aire en mis pulmones. El sudor corría a chorros por mi frente y mi garganta ardía. Entré al baño para darme una ducha y bajar la calentura que sentía.

Recién me despertaba. Me había quedado dormido en el sofá donde no pude con la culpa de haber golpeado a Annalise. En toda la noche no volvió, y por un momento creí que ya se había ido a Ulsan con Joon Young.

Me coloqué ropa deportiva para salir a correr. No tenía ganas de ir al gimnasio. No tenía ganas de ver a nadie en realidad. Solo quería dejar de recordar lo poco hombre que era.

Al salir de casa Jhonny ya me estaba esperando.

—Usaré mi auto.

—El gimnasio ya está despejado para su llegada y su pieza junto a su entrenador lo están esperando. Hoy toca boxeo y...

—No iremos al gimnasio.

—¿Entonces?

—Iré a correr al centro. Hay un campo militar cerca y le permiten a los transeúntes hacer ejercicio ahí. No necesitaré escoltas, creo que ahí es lo suficientemente seguro.

—Al menos déjeme acompañarlo, joven. Nunca está de más la seguridad.

Accedí porque no lo iba a convencer y no quería un sermón innecesario de parte de Jin. Pasó una hora, dos horas, tres horas, cuatro horas... Desestresarme estaba siendo imposible.

—Joven, basta. Ese saco no tiene la culpa. Aparte, no trae la protección para sus manos. Mire sus nudillos, están heridos ya. Debe hidratarse.

—¿Puedes parar? No eres mi estúpido padre.

—Me pagan para protegerlo y no perderé mi trabajo que me ayudará a mantenerme de por vida una vez que renuncie solo por un niñato que tiene su vida hecha un caos. Son las 2 de la tarde y debió haber ido a su oficina desde hace horas —lo tomé de su sudadera. Era un hombre de casi dos metros, moreno, músculos de piedra... Lo solté porque él tenía derecho de devolverme el golpe si se le antojaba, su contrato lo permitía, e iba a terminar acabado. Aunque lo necesitara.

♣️Your♥️Eyes♦️Tell♠️ (♣️House♥️OF♦️Cards♠️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora