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Annalise Lim Wise


-No quiero ir.

-No te estoy preguntando, levántate. No te dejaré aquí sola.

-Dije que no, tengo clases y...

-Ya llamé al coordinador de tu carrera, bueno, mi abogado lo ha hecho, estás incapacitada por tres semanas. En la cafetería también te excusé con tu jefa amargada.

-No tengo nada arreglado.

-Solo son dos días, te compras ropa en Jeju, para eso te di una tarjeta -prácticamente me estaba arrastrando. Eran solo las 4 am y aún estaba procesando cuál era mi nombre.

Mi rodilla dolía aún, y el calmante que me tomé estaba empezando a anular los efectos. Mi rodilla seguía algo inflamada, y me frustraba depender de Yohan hasta para eso.

Me llevó a su baño para lavar mi rostro y dientes. Se estaba comportando bien, atento. Solo era cuestión de tiempo para que se alejara de mí nuevamente, porque él era así. Me trataba bonito un rato y luego recordaba el veneno en su sangre. Él no quería nada que lo comprometiera, pero a la vez quería que todo fuera de él, por eso marcaba territorio y hacía cosas lindas para que yo siguiera ahí y no quisiera alejarme nunca. Lo más triste era que yo lo sabía y aún así lo permití. Siempre había estado enamorado de él, desde la primera vez que lo vi, cuando solo era una pequeña renacuaja. Me sentí admirada por él porque se veía un niño grande que cuidaba de las niñas débiles, y por eso nunca me esforcé por hacerme fuerte, porque yo también quería su atención. Siempre había sido él, siempre había soñado con él a mi lado y que él cambiara y se decidiera todo conmigo, no había día que no hubiera deseado eso.

Estaba mal de la cabeza, lo sabía.

-Aquí está su pedido, joven. El fisioterapeuta recomendó estas para nivelarlas con la altura de la señorita Annalise.

-¿Muletas? -pregunté aún apoyada del brazo de Yohan a punto de subir al auto designado de Jhonny.

-Sí, ¿por qué? ¿Quieres que te cargue todo el tiempo en brazos?

-¿Qué? No... Solo...

-Buen día, vecinos.

-No me jodas -espetó Yohan en un murmuro.

-Buen día, Joon Young. Son las 5 am, ¿Qué hacés despierto tan temprano? -pregunté con amabilidad.

-¿No ves? Anda ejercitando sus piernas -inmediatamente le pellizqué el brazo por su chiste de mal gusto.

-Efectivamente, Yohan. Ando ejercitando, debo hacer ejercicios para mis piernas, hay un parque cerca y me pareció buena idea ir ahí en las mañanas.

-¿Hay un parque cerca? -pregunté, confundida.

-Sí, más abajo. Si quieres te llevo.

-No, ya nos vamos. Fue un gusto verte desde temprano, espero que cuando volvamos ya te hayas ido -me metió al auto con nada de gentileza.

-¿Puedes dejar de ser tan grosero?

-No. Me cae mal.

-A mí me cae bien, al menos ya tengo un amigo vecino. Ningún vecino nos habla por tu culpa.

-Y así seguirá, no te quiero cerca de él.

-Tú no me mandas. Yo también puedo tener...

-Cállate, no es momento para hablar.

No sabía si todo lo que le había dicho la noche anterior lo había hecho enojar o algo, pero lo detallista por momentos aparecía y otras veces desaparecía.

♣️Your♥️Eyes♦️Tell♠️ (♣️House♥️OF♦️Cards♠️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora