♣️Your♥️Eyes♦️Tell♠️ (♣️House♥️OF♦️Cards♠️)

♦️ 063 ♦️

Annalise Lim Wise

"Annalise, ayúdame a decorar el pastel para papá"

"Annalise, necesito que me cubras esta noche y respondas la llamada de Yohan. Hoy quiere que hablemos en la noche, pero le prometí a Min que iría a su fiesta. ¿Segura no quieres ir?"

"Eres la mejor amiga y hermana que me pudieron dar"

"Rechazaré el trasplante. Ryujin lo necesita más, yo puedo seguir con las pruebas para las córneas artificiales"

"Oye, pulgosa. ¿Te ayudo a bajar del árbol o seguirás jugando al mono araña?"

"Anny, hay cosas que suceden y no están bajo nuestro poder. Te quiero mucho, y me gustaría que mañana no cuestiones eso"

"Tú nunca serás ella ni para mí, ni para mis tíos, ni para Yohan"

Sentí mi cabeza explotar por mucho tiempo. Sentía los pulmones no recibir el suficiente oxígeno para sentirme libre. La impotencia de no poder moverme y gritar como quería era abrumadora. Me sentía muy débil, al igual que lo hice cuando tenía 13 años y mi vida se había convertido en una miseria. El pitido del monitor nunca se detenía. A veces sonaba rápido, a veces normal, y a veces creía que me había muerto porque lo dejaba de escuchar.

—Déjamela a mí, yo la limpiaré con estos paños de agua tibia —habló una mujer, la cual su voz me provocaba más dolor de cabeza.

—Cuando termines me llamas.

—Debes de hacer tu trabajo o tu padre se enojará.

—Mi padre ya mucho ha hecho para arruinarme la vida, esta vez será diferente.

—No si no le dices la verdad.

Mi cabeza empezó a divagar de nuevo. Yohan era el protagonista de mis malos recuerdos, no había muchos buenos. Mi vida empezó a dejar de tener sentido, me había pasado desgracia tras desgracia, que incluso me cuestionaba cómo seguía con vida después de tanto. No entendía cuál era mi propósito en esta vida. Con Yohan no logré nada hasta el momento, no tenía padres, no entendía qué faltaba para estar en paz de una vez.

Ya no tenía nada... ¿Qué había hecho de bueno la vida por mí? Quería seguir intentando, pero ya no tenía fuerzas para seguir aguantando algo que no sabía si me merecía. Intenté mil veces lo que nunca sucedió, o bueno, no cuando estaba dispuesta a darlo todo. No cuando aún tenía fuerzas para soportarlo. Pero cada parte de mi corazón y alma estaban desgastados, anhelando el momento exacto donde yo en verdad pudiera estar en paz y feliz. Pero nadie lo hizo por mí, absolutamente nadie.

Les di el poder de destruirme, les di el poder de partirme en mil, me desvaloricé tanto, que ya no sabía si la forma en la que yo amaba era la correcta, o siquiera si sabía amar, pero al final no lo hice ni siquiera por mí, solo para que todos se sintieran amados.

Sentí la gota caliente viajar por mi mejilla, era lo primero que sentía realmente después de mucho tiempo de estar dormida. Al rato sentí cómo fue retirada y algo posarse en mi frente.

—¿Ya estás despertando? —por más que quise despertar, no pude. Quise gritar en respuesta. Su voz era clara, era Joon Young.

La única voz que escuchaba los últimos… ¿días? ¿Horas? ¿Semanas? Quería despertar para saber que no había perdido mi vida ahí acostada.

Aparte de su voz, también escuchaba la de su nana, Anna. O la de algún hombre que parecía ser doctor o las enfermeras, lo suponía porque informaban en cada visita mi progreso. Según entendí, inhalé mucho humo y era lo que me tenía mal. También necesitaban que despertara para hacerme estudios en los ojos y tener la certeza que mi vista no había sido perjudicada, y al percatarme de eso, tenía miedo de despertar y no poder ver nada de nuevo.