CAPÍTULO 26: PROBLEMAS DE A DOS

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Su viaje se había complicado demasiado rápido, y con un plan bastante improvisado que no estaba saliendo nada bien, la princesa junto a su amiga vidente se encontraban huyendo de  la multitud de soldados que las perseguían

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Su viaje se había complicado demasiado rápido, y con un plan bastante improvisado que no estaba saliendo nada bien, la princesa junto a su amiga vidente se encontraban huyendo de la multitud de soldados que las perseguían. Lilinet apenas podía dirigir el caballo para tratar de defender a ella y su acompañante de las flechas que les lanzaban, mientras Adeena trataba de no perder el rumbo hacia la ciudad.

Todo era muy difícil, y ellas lo estaban haciendo asombrosamente mal. Al final terminaron hundidas en el profundo del bosque y una nueva idea llegó a ellas.

- hay que dejarnos atrapar.- dijeron al unísono.

Se miraron sonriendo por tener la misma idea, pararon los caballos de pronto y se dejaron rodear por los soldados poseídos, las obligaron a bajar de sus caballo y de pronto sus manos fueron atadas junto a su torso y las llevaron hacia quien sabe donde.

Fue una caminata larga hacia uno de los campamentos más cercanos, al llegar las metieron a una jaula de madera sobre una gran carreta y cubrieron esta con una gran manta, el dolor por la cuerdas era soportable a pesar de lo ajustado que estaban, y ahora que ya no eran obligadas a caminar todo se sentía mejor.

- No podemos hablar mucho aquí, pero trata de mantenerte cerca mío, si algo pasa nos salvo a las dos.- susurro Lilinet.

Adeena asintió ante la idea, pues muy a su pesar sólo sabía defenderse a base de gritar agudo cerca del oído de su atacante, mientras la princesa podía crear lo que se le viniera en mente. Al llegar a lo que parecía una gran cárcel fueron encerradas en una sola habitación.

Un guardia le trajo algo de fruta y se fue dejándolas solas.

- Espera, déjame revisar antes.- dijo Adeena para empezar a oler y mirar con atención la fruta que les habían traído.

- ¿Tiene algo malo? .- preguntó la menor.

- No, huele a fruta normal.- respondió la albina.

- Bueno, entonces comamos que nos va hacer falta.- habla la princesa.

Se dispusieron a comer la poca fruta que tenían, para luego hablar sobre lo que harían a continuación.

- Disfruta tus últimos momentos, en un rato nuestra líder va a interrogarte blanquita.- mencionó un soldado para luego irse.

Las chicas se miraron entre sí.

- Creo que es momento de escapar.- hablo Lilinet.

- No, si conozco al líder sabré si es Raynett, y tal vez pueda lograr averiguar como lo hizo.- dijo la albina.

- ¿Y si te hacen algo?.- preguntó la princesa.

- Hagamos esto, si no vuelvo en 15 minutos vas por mi.- dijo Adeena.

- 15 es mucho, te daré 5 minutos.- respondió.

- Dije 15, hazme caso, en cinco no consigo nada.- se quejó la mayor.

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