Su viaje se había complicado demasiado rápido, y con un plan bastante improvisado que no estaba saliendo nada bien, la princesa junto a su amiga vidente se encontraban huyendo de la multitud de soldados que las perseguían. Lilinet apenas podía dirigir el caballo para tratar de defender a ella y su acompañante de las flechas que les lanzaban, mientras Adeena trataba de no perder el rumbo hacia la ciudad.
Todo era muy difícil, y ellas lo estaban haciendo asombrosamente mal. Al final terminaron hundidas en el profundo del bosque y una nueva idea llegó a ellas.
- hay que dejarnos atrapar.- dijeron al unísono.
Se miraron sonriendo por tener la misma idea, pararon los caballos de pronto y se dejaron rodear por los soldados poseídos, las obligaron a bajar de sus caballo y de pronto sus manos fueron atadas junto a su torso y las llevaron hacia quien sabe donde.
Fue una caminata larga hacia uno de los campamentos más cercanos, al llegar las metieron a una jaula de madera sobre una gran carreta y cubrieron esta con una gran manta, el dolor por la cuerdas era soportable a pesar de lo ajustado que estaban, y ahora que ya no eran obligadas a caminar todo se sentía mejor.
- No podemos hablar mucho aquí, pero trata de mantenerte cerca mío, si algo pasa nos salvo a las dos.- susurro Lilinet.
Adeena asintió ante la idea, pues muy a su pesar sólo sabía defenderse a base de gritar agudo cerca del oído de su atacante, mientras la princesa podía crear lo que se le viniera en mente. Al llegar a lo que parecía una gran cárcel fueron encerradas en una sola habitación.
Un guardia le trajo algo de fruta y se fue dejándolas solas.
- Espera, déjame revisar antes.- dijo Adeena para empezar a oler y mirar con atención la fruta que les habían traído.
- ¿Tiene algo malo? .- preguntó la menor.
- No, huele a fruta normal.- respondió la albina.
- Bueno, entonces comamos que nos va hacer falta.- habla la princesa.
Se dispusieron a comer la poca fruta que tenían, para luego hablar sobre lo que harían a continuación.
- Disfruta tus últimos momentos, en un rato nuestra líder va a interrogarte blanquita.- mencionó un soldado para luego irse.
Las chicas se miraron entre sí.
- Creo que es momento de escapar.- hablo Lilinet.
- No, si conozco al líder sabré si es Raynett, y tal vez pueda lograr averiguar como lo hizo.- dijo la albina.
- ¿Y si te hacen algo?.- preguntó la princesa.
- Hagamos esto, si no vuelvo en 15 minutos vas por mi.- dijo Adeena.
- 15 es mucho, te daré 5 minutos.- respondió.
- Dije 15, hazme caso, en cinco no consigo nada.- se quejó la mayor.
ESTÁS LEYENDO
𝑪𝑼𝑬𝑵𝑻𝑶 𝑹𝑶𝑻𝑶
FantasyHistoria original Cuando todo el reino estaba en paz, un secreto que aparentaba ser pequeño e individual terminara afectando a todo el reino de formas en que nadie esperaba. Las cosas empiezan a salirse de control, y las soluciones de los reyes no...