CAPÍTULO 67: RESOLVER LOS PROBLEMAS.

0 0 0
                                    

Cuando el día llegó, Lilinet estaba terminando de dar órdenes para el cuidado de sus hermanas, asegurándose de ser lo suficientemente intimidante para que los hombres al mando de la seguridad entendieran la real importancia de sus tareas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando el día llegó, Lilinet estaba terminando de dar órdenes para el cuidado de sus hermanas, asegurándose de ser lo suficientemente intimidante para que los hombres al mando de la seguridad entendieran la real importancia de sus tareas. Se despidió de sus hermanas, con la calma de que Shinesi lucía cada vez más saludable e Ivelle parecía muy dispuesta a hacer lo necesario para proteger a ambas y cuidar a su hermana mayor.

- Si pasa algo manden a llamarme, volveremos en ese instante.- decía Lilinet.

- Ve tranquila Lil, estaré bien, nos cuidaremos entre nosotras, ¿Verdad, Iv?.- dijo Shinesi.

- Si, no me alegare por demasiado tiempo de Shin, es más dormiré en tu cama para que nada pase en tu ausencia.- añadió la niña.

- Está bien, de todas formas, los guardias las cuidaran todo el tiempo.- repitió la mayor de las hermanas.

- Además, deje un par de recetas a una de las chicas de la cocina, te ayudarán a seguir mejorando.- les contó la mayor.

- Debiste dejar dulces para toda la semana, que otra haga tus recetas no será lo mismo.- se quejó la niña.

- Cuando vuelva yo misma te haré un dulce, pero ya no te quejes.- molesto entre risas Lilinet.

- Está bien, lo acepto, pero vuelve pronto, no tardes más de una semana o iré a buscarte.- respondió.

- Tranquila Iv, volveremos lo más pronto posible.-


La joven dejó un gran beso en la mejillas de sus hermanas y subió a la carreta simple junto a su novia, al principio pensó en ir a caballo, pero Adeena aun no sabia montar bien sola, por lo que, por comodidad irían en el carruaje más simple que había en el palacio. El viaje comenzó tranquilo, ese día cenaron temprano para poder salir antes de las 8 de la noche y llegar al lugar acordado alrededor de las 9 de la mañana.

Conversaron hasta que el sueño les gano, por lo que acurrucadas en la otra y cubriéndose con un manta, durmieron lo que resto del viaje, hasta que el toque en la puerta las despertó y alertó, Se acomodaron un poco antes de bajar del carruaje, recibiendo los saludos de parte de los soldados, Lilinet notaba la sorpresa en algunos de ellos, suponía era por verla llegar con su novia en lugar de su hermana menor, como se les dijo iba a ser, estaba curiosa por saber quién preguntaría primero por el tema.

- Princesa Lilinet, Bienvenida, también usted señorita, sea bienvenida a nuestro campamento.- saludo el comandante jefe del lugar.

- Señor..- Saludó con algo de recelo, notaba como observaba a su novia con cuidado, realmente mejoró su habilidad de analizar a las personas.

- Los soldados con el antídoto llegaron hace apenas unos minutos de la capital, esperábamos su llegada y sus órdenes.- explicó el hombre.

- ¿El rey no les envió las órdenes? .- pregunto.

𝑪𝑼𝑬𝑵𝑻𝑶 𝑹𝑶𝑻𝑶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora