CAPÍTULO 13: NUEVO PLAN

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Raynett se sentía cansada y estúpida, había tenido dos peleas en contra de la realeza y había perdido en ambas quedando con heridas, se había dejado llevar por sus lianas en medio de los árboles, hasta sentir que estaba lo suficientemente alejada,...

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Raynett se sentía cansada y estúpida, había tenido dos peleas en contra de la realeza y había perdido en ambas quedando con heridas, se había dejado llevar por sus lianas en medio de los árboles, hasta sentir que estaba lo suficientemente alejada, a pesar de eso, sabía que no estaba segura del todo. Tomo su mochila y buscó entre sus cosas algo con que curar sus heridas, con la adrenalina del momento no había sentido tanto dolor, pero ahora todo su cuerpo dolía por aquellas cortadas, la herida de su estómago era la que más dolor le causaba, si bien no era un corte profundo, si que incomodaba cada que quería moverse, y el resto de cortes en sus brazos tampoco la dejaban moverlos demasiado para lograr curarse.

Aprovecho el tiempo a solas para estudiar el par de libro que había robado, la facilidad con la controlaba las lianas le hacían pensar que tal vez esa era su magia de nacimiento, pero sus ojos no brillaban y tenía que pensar en el hechizo que las activa antes de que están lograran aparecer. Estuvo una semana intentando descubrir cuál era su poder especial, que magia creaba en ella el brillo tan particular, pero ninguno de los hechizos que intentó lo lograron. Cuando sus heridas estaban ya un poco cicatrizadas decidió arriesgarse a volver al palacio de Jurial, se escondería en la boca del lobo para que no la encontraran.

Al contrario de lo que pensó, la seguridad en el palacio era la misma, era como si el ataque a las princesas realmente no hubiera significado nada, no sabía si enojarse por no ser tomada en serio o sentir pena por lo poco que importaban las princesas. Cuando notó que empezaba el cambio de turno aprovechó para infiltrarse en el palacio, se escabullo de un lado a otro hasta llegar a la biblioteca, aquel lugar casi al fondo del palacio siempre estaba solo, eso lo hacía mucho más fácil para ella, caminó por todo el lugar revisando cada tapa de los libros con detalle, tenía tiempo y lo sabía, luego aprovecharía la noche para robar suministros y algo con que curar mejor su herida.

Reviso cada estante, libro, pared y armario que encontrara, hasta que noto que uno de aquellos armarios estaba cerrado con llave, para tener tanta seguridad debían ser muy importantes, rompió la cerradura con gran esfuerzo, aún no había recuperado toda su fuerza, hasta arriba había libros contables, papeles sueltos, un poco más abajo lo que parecían ser registros de matrimonios, títulos de propiedad y adopciones. Pero la última hilera, eran libros que lucían demasiado antiguos, los tomo con emoción descubriendo que solo eran registros de defunción del reinado anterior.

Tiro todos aquellos libros con enojo, nada de eso le servía en lo más mínimo, todo era inútil para ella, y los pocos libros que había encontrado realmente no sirven demasiado para crear un verdadero caos en el reino. Se tiró contra el suelo, pataleo con enojo por que nada estaba saliendo como quería, y entonces logro notar una abertura en el fondo del armario, la poca luz no la dejaba ver bien por lo que metió la mano hasta el fondo, sentía un agujero, y del otro lado sus dedos sintieron lo que reconoció como la tapa de un libro.

Sacó el brazo y se puso de pie, movió el armario lo más lejos de la pared que pudo y trató de romper la parte trasera de este, apenas pudo romper un pedazo cuando vio un libro, era más grande que los demás y no lograba salir por el agujero que había creado, por lo que se dispuso a romper aquella tapa trasera por completa, tardó una hora pero lo logró, y cuando lo logró, vio libros grandes y antiguos caer al suelo, tomó el primero que estaba en su vista y lo abrió. la hoja estaba media arrancada pero en el pedazo que se mantenía pudo leer "Leviet", y al revisar las demás hojas estaban llenas de hechizos y pociones.

Reviso los demás libros, todos tenían la primera página arrancada, como si alguien hubiera querido que nadie supiera a quien le pertenecieron, pero el resto de los libros se encontraba lo suficientemente bien para leer los hechizos que en este se encontraban. Iban desde hechizos simples para hacer crecer las plantas, controlar elementos, hasta todo tipo de pociones y ungüentos. Acomodo el armario en su lugar lo mejor que pudo, de esa forma se aseguraba de no llamar la atención, tomó los libros en brazos y los llevó hasta una de las mesas de ese lugar para estudiarlos lo mejor que pudo.

Aprovecho uno de ellos para curar sus heridas de forma rápida, le fue difícil hacerlo funcionar, pero después de algunos intentos lo logró, no sabía quién había escondido esos libros, si habían sido los reyes o tal vez un guardia que intentó ocultar una bruja en su familia, pero ahora esos libros eran suyos y podría empezar a trazar un plan. Le fue difícil salir del palacio con todos esos libros sin ser vista, pero al final lo logró, empezaba a pensar que realmente la gente que trabajaba en la seguridad del palacio era sumamente inútil, o tal vez solo era así porque nadie importante habitaba el palacio en ese momento.

Se había llevado esos libros, además de mapas de estrategia que aprovecharía para poner en marcha su plan. Ahora sí sabía exactamente cómo iba a empezar, y que debía hacer para poder tener un avance significativo antes de que siquiera los reyes se dieran cuenta de que estaba haciendo algo en su contra, si todo salió tal como esperaba, los queridos reyes de Bellfire no sabrían que sucede hasta que fuera demasiado tarde para detenerla.

Lo único que le causaba un poco de pesar era pensar en que estaría alejada de sus padres por un tiempo, pero encontraría la forma de hacerlos llegar hasta ella lo más pronto posible, después de todo, ellos debían de pensar que solo estaba desaparecida, perdida en el bosque, y prefería que pensaran así. No quería que ellos supieran que era ella quien estaba detrás de todo esto, al menos no por ahora, de todas formas, estaba segura de que los reyes no le creerían a las princesas si estas la llegaban a culpar por el ataque.

Solo debía seguir su plan tal cual lo había pensado, estaba decidida, ahora solo la muerte podría detenerla de todo lo que planeaba hacer en contra de la familia real de Bellfire.

Solo debía seguir su plan tal cual lo había pensado, estaba decidida, ahora solo la muerte podría detenerla de todo lo que planeaba hacer en contra de la familia real de Bellfire

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