CAPÍTULO 23: UN SUEÑO VERDE MENTA

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Lilinet abrió los ojos ante la oscuridad profunda, no lograba ver nada más que un profundo negro, su voz no salió y se sentía increíblemente asustada, no tenia idea de donde estaba, o como había llegado hasta ese lugar, empezó a palpar para buscar...

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Lilinet abrió los ojos ante la oscuridad profunda, no lograba ver nada más que un profundo negro, su voz no salió y se sentía increíblemente asustada, no tenia idea de donde estaba, o como había llegado hasta ese lugar, empezó a palpar para buscar una salida, pero no encontraba paredes, solo sentía el suelo y el techo de aquel pequeño lugar, fue avanzado poco a poco en diferentes direcciones, pero cada vez que se movía sentía que el techo se hacia más bajo, de pronto sintió el piso moverse y cayo.

Grito fuerte ante la caída, y cayó sobre lo que parecía ser una suave manta verde menta, podía notar que todo era del mismo color, a excepción del cielo que mostraba un celeste sin nubes, fue cuando lo entendió, todo era un sueño, cuando entendió aquello el miedo se fue, tenia muchas dudas de lo que pasaba y se preguntaba porque todo era de ese verde menta tan intenso cuando su color era obviamente un rosa suave algo rojizo.

Empezó a caminar entre todas las cosas, notando que muchas de esas cosas tenían un tamaño muy distinto al que tenían en la realidad, pronto se dio cuenta de que estaba en una cama grande, lo noto al llegar al borde, solo se tiro, pensó que no le dolerá la caída en lo mínimo, pero fue lo contrario, dolió, y mucho.

Siguió caminando notando que era una habitación grande, de un verde menta que mientras más lo veía más llamaba su atención y le gustaba, de pronto la puerta se abrió y entró un joven de aparentemente 25 años, se notaba furioso y entro directo a tirarse a la cama, se detuvo a tirar todas las cosas que había sobre la cama y poder acostarse, cayendo todas estas sobre Lilinet.

Lilinet gritó, y creó un pequeño escudo sobre ella, las cosas rebotaron sobre ella, le gritó al chico sobre la cama pero se dio cuenta de que no era escuchada.

El piso se movió, y Lilinet pudo ver como todo a su alrededor se movía y cambiaba demasiado rápido, cerró los ojos ante el mareo y solo los abrió cuando cayó de rodillas por todo el ajetreo, pudo notar que estaba en una fiesta, los tonos verdes permanecen, aunque ahora eran dos tonos, verde menta y verde limón, parecía ser un gran palacio, poco después lo reconoció como el palacio en el que creció, y de pronto volvió a ver al chico de hace un rato, ingresaba con un traje muy elegante junto a otro chico muy parecido a él.

- todo esto es una maravilla, ¿cierto hermanito?.- pregunto el chico al que al parecer seguía

- lo esta, a pesar de todo, esta fiesta es asombrosa.- mencionó el hermano

- feliz cumpleaños mi bello príncipe!, para ti también hijo.- saludó una mujer mientras abrazaba al chico de verde limón.

El muchacho de menta salió al balcón, siendo seguido por Lilinet, saltó por este y se dirigió al bosque, empezó a golpear un árbol en razón de su enojo.

- ¿Cómo es que esa mujer puede llamarse mi madre?

- ¡¡solo es una interesada!!

- ¡¡maldita bruja!! no dejare que te aproveches de mi hermano

El muchacho gritaba con enojo, Lilinet podía entenderlo, si su madre hiciera lo mismo con ella se sentiría destrozada y enojada, también entendía la necesidad de proteger a un hermano, ella moriría por sus hermanas. Todo volvió a moverse y cambiar de la misma forma, esta vez no cayó pero si estaba mareada.

El ambiente cambio, ahora todo era negro y se encontraba un ataúd en medio del salón principal, lo entendió rápidamente, se trataba de un funeral, por un momento pensó que aquel chico que seguía se había muerto, pero al acercarse noto que se trataba de un hombre mayor, probablemente el padre, no había ninguna persona alrededor cuando de pronto entraron ambos chicos, visiblemente mayores, junto con su madre.

Pudo ver como se paraban frente al ataúd, mientras el menor y la mujer lloraban, el chico que solía usar verde menta ahora usaba un gris, recibió una taza de té de una de las sirvientas, pero luego de verla un momento creo una bola de fuego en su mano que quemó la taza y evaporó el té por completo.

Su madre grito asustada, tomo al hijo de traje negro y se alejo de su hijo mayor.

- si quieres matarme, al menos intenta algo más directo.- hablo el de gris

- de qué hablas hijo.- negaba sus intenciones la mujer

- en tres días me coronan Rey, si tanto quieres evitar eso, busca otra manera.- habló el muchacho antes de irse

Salió del lugar con enojo gigante, volvió hacia el bosque trasera del palacio a desquitar su enojo con los árboles, Lilinet no entendía porque aquella mujer quería matar a su hijo, no creía que existiera razón alguna, pues siempre había escuchado que las madres amaban y cuidaban a sus hijos por sobre todas las cosas, aunque claro, tal vez esa mujer era más como su propia madre.

Todo volvió a moverse rápido, esta vez cambiando a lo que considero era la coronación, pudo ver al muchacho con un traje de verde menta y detalles de oro, con una corona con piedras de un verde profundo adornando su cabeza, el chico saludaba a todo los pobladores, quienes alababan al nuevo rey.

- Hoy es un día especial para mi, no solo es mi primer día como Rey, sino que también tengo un anuncio importante.- el hermano menor salió vestido en verde limón pero con una corona idéntica en la cabeza.- desde hoy declaro que todo el Noreste de Gythia será ahora Bellfire, gobernado por mi hermano, pero el Suroeste será ahora Marinfall gobernado por mi. Desde ahora, ¡¡seremos los reinos gemelos!!.- Gritó el muchacho

El se veía altamente feliz, Lilinet se encontraba confundida, ¿esto era real?, realmente así pasaron las cosas, como es que estaba viendo esto, viviendo esto, no entendía nada, sentía el espacio achicar, el aire faltar, el cielo caer, sentía desmayar y de pronto.

Despertó, con un sudor frío en la frente, y la respiración agitada, despertó y se quedó sentada en la cama viendo como su hermana seguía profundamente dormida, por lo que fue a despertarla para contarle el sueño que había tenido.

 Despertó, con un sudor frío en la frente, y la respiración agitada, despertó y se quedó sentada en la cama viendo como su hermana seguía profundamente dormida, por lo que fue a despertarla para contarle el sueño que había tenido

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