Epílogo.

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Yasmine.

Layla se ríe y abraza a Derek.

Sonrío al verla.

Aunque nunca lo diga, siempre me preocupo en exceso por ella. 

Para mí, ella es como una niña que tuvo que crecer rápido, por eso la regaño constantemente.

—La pequeña está bien ahora.—Escucho al chico que mayormente es callado.

—Sí, lo sé. Tengo un sentimiento extraño.—Le confieso.

—Es gracioso eso. Layla tiene un lado maternal con todos y tú lo tienes con ella. Porque con Sky no es así, solo eres como una hermana.—Analiza.

Asiento.

—Y creo que porque ella es maternal, puedo decir que de cierta manera me acusaste.—Me dice acusatoriamente.

Lo observo.

—Layla preguntó, yo respondí. Pero quizás a ella si la escuches.—Realmente no tengo miedo de usar a Layla.

Me volteo y camino para sentarme.

—Eso no es justo. Sabes que Layla me pateará.—Me sigue.

—Sí no quieres eso puedes empezar hacer lo único que te pido.—Le contesto bruscamente.

Me molesto rápido.

—¿Por qué quieres saber sobre mi vida?—Pregunta por milésima vez.

Lo observo.

—Tú puedes responder sin dudar muchas cosas sobre mi, por no decir todo. Yo no.—Quiero que entienda.

—Sabes que me gusta la mecánica, tomar fotos, dibujar... ¿Qué más quieres saber?—Responde sin mucha importancia.

Doy un golpe a la mesa.

—¿Cómo te interesaste, por la mecánica, la fotografía y dibujar? ¿Por qué te gusta tanto el chocolate y cómo es qué Layla se enteró antes que yo? ¿Cuándo es tu cumpleaños? ¿Quiénes son tus padres? ¿Cómo no te vuelves loco al tener dos trabajos y estudiar una carrera? ¿Quieres que me detenga o que siga?—Lanzo las preguntas una tras otra lo más rápido que puedo.

Lo desafío con la mirada.

Jamás he escondido el hecho de que me interesa mucho Diego.

Pero últimamente siento asfixiante la situación entre nosotros, la presión de mi familia, el no conocer nada de él me está matando.

—Yas.—Toma mi mano.—No creo que esas cosas sean importantes.

—Para ti no lo son, para mí sí.—Le afirmo.

—Sabes mucho de mi.—Insiste.

—A veces eres como un niño muy terco.—Me estreso.—Y es en momentos así cuando entiendo porqué te llevas tan bien con Layla.

Observo a la mencionada.

Se pone a bailar y hace que Derek también baile con ella.

—Creo que no te das cuenta, que ahora mismo pareces una niña terca porque no te doy lo que quieres.

Giro mi cabeza tan rápido a hace que me de un corrientazo en el cuello.

—¡Mierda!—Me frotó la zona.

Diego quita mi mano para darme un masaje.

—Yasmine, si yo no te digo esas cosas, no significa que no confíe en ti, que no te tengo que en cuenta o que no quiera nada contigo.—Termina y se agacha para verme de cerca.—Significa que para mí eso está en el pasado. Tú estás en mi presente.

Lo observo.

Siento mis orejas arder.

Ser muy blanca no ayuda cuando me ruborizo.

—Soy tú presente, pero quiero entender tu pasado para saber cómo estaremos en el futuro.—Espero que entienda mi sutileza.

—¿Cómo quieres estar en el futuro?—Me pregunta.

Inclino mi cabeza para pensar.

—Sin pelear, poder hablar bien, contarnos todo.... Estar juntos.—Hablo despacio.

Diego sonríe y me hace feliz.

Él no sonríe mucho, pero cuando lo hace se ve como un niño increíble.

—Entonces lo tendrás.—Afirma.

Deja un beso en mi mano.

Espero que así sea.

Al borde del abismo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora