Capítulo 26.

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Derek.

—Necesito que alguien vaya a su departamento a buscar una manta.—Le pido a Diego.

—No sé a quién pedirle el favor, nadie quiere irse, al menos por esta noche.—Me responde.

Veo y le doy la razón.

Todos piensan quedarse esta noche, para saber el progreso de Layla.

—Andrew.—Llamo al único que pienso puede hacerlo. 

Él viene y me observa.

—Una vez lo hiciste, espero que puedas ésta vez. Necesito que vayas a su departamento para buscarle una manta, no quiero que tenga frío.

Asiente.

—¿Quieres ropa?—Lo observo confundido.—Layla tiene mucha ropa tuya, incluso compró más de tu talla.

Mi corazón duele al escucharlo.

«Mi Lala.»

—Está bien, un suéter o una chaqueta.

Él asiente pero ve alrededor.

—James.—El aludido se acerca.—Necesito que me lleves al departamento de Lay. Tengo que buscar unas cosas.

James asiente.

A lo lejos veo a Xandre hacer una mueca mirando a James.

—Ya no llores.—Le dice James a Andrew poniendo una mano en su hombro.—Ella está bien.

Andrew deja escapar una lágrima.

—Lo sé, es solo que tengo miedo de ir solo.

Andrew se sobresalta y vemos a su lado. Xandre le toma la mano por sorpresa.

—Voy contigo.

Andrew ve alrededor y trata de soltar la mano pero Xandre la aprieta.

—Ya no quiero que sea un secreto. Todos saben que soy gay, no veo porqué no deberían saber que eres mi novio.

Andrew lo ve por un momento y cierra los ojos.

—No quiero causarte problemas.

Xandre lo toma del rostro para que lo vea.

—Problemas es lo que vas a tener si no me dejas ir contigo.

Alzo mis cejas.

Veo a mi lado y Diego sonríe.

—Alguien aprendió de Layla.—Murmura para que solo yo lo oiga.

Sonrío y asiento.

Andrew le dice que si, ambos van con James.

Los chicos se acercan a nosotros.

—¿Él es el novio de mi hermano?—Pregunta Alex.

—Sí. Han pasado por muchas cosas, según lo que me dijo Layla.—Le hago saber.—Alex, no seas sobreprotector con tus hermanos, ya casi están odiándote. Y lo peor de todo, es que arrastran a Layla.

Él me observa sorprendido.

—Pero...

—Pero nada. ya me arruinaron una cita con ella, no permitiré que pase una segunda vez.—Los observo a todos.—Aún sigo molesto con todos.

Voy a sentarme dejándolos ahí.

Diego nuevamente me sigue.

—¿Qué pasa?—Le pregunto.

Él no me responde.

—Diego, has estado detrás de mi desde que llegué, háblame.

—Parece que estás apunto de desmayarte.—Habla en voz baja.—Layla me dijo lo qué pasó cuando te desmayaste.

Al borde del abismo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora