Capítulo 21.

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No puedo dormir.

El solo pensar que Derek está tan molesto conmigo, tanto como para no venir y dormir juntos, hace que mi preocupación se eleve.

Me levanto, voy a la cocina y tomo una taza con leche.

«¿Por qué está tan molesto?»

Dijo que no te negaste.

«Pero puedo hacerlo, tengo tiempo.»

Entonces es algo más.

«Sí, no tengo duda de eso.»

Bueno... ¿Qué es?

«Eso si no sé.»

Me paso más de una hora así, pensando que pudo enojarlo, hasta que un resplandor hace que pegue un salto.

Escucho un trueno y corro hasta mi habitación, me meto en la cama y me arropo hasta la cabeza.

«Una tormenta... Creo que no dormiré ésta noche.»

Desde que tengo memoria, siempre me han dado miedo las tormentas.

En realidad cualquier desastre natural.

Soy muy supersticiosa, creo firmemente en no molestar a la madre naturaleza, sino, ésta te mostrará su poder.

Otro trueno suena y comienzo a temblar.

No sé que es peor, si ver el rayo y prepararme para escuchar el trueno o no ver nada y sobresaltarme cada vez que suene el trueno.

«¿Derek, por qué no estás conmigo?»

Él se burló cuando le dije que me daba miedo, pensó que estaba jugando. Pero un día empezó una tormenta mientras él estaba en casa de mis padres y comprendió que le decía la verdad.

Desde entonces, si había una tormenta y no estaba conmigo, me llamaba.

Supongo que ahora que está molesto, tendré que pasar la tormenta sola.

Un nuevo trueno suena y grito un poco por lo fuerte está vez.

Para mí es espantoso escucharlo, siento que el cielo está por caerse o romperse.

Comienzo a llorar y suplicar que acabe la tormenta.

Escucho que mi puerta se abre causando que me dé pánico.

Según muchas películas de terror, tormenta de noche y dormir sola, no es buena combinación.

—¿Layla?—La voz de Derek me deja respirar.

Me quito la sábana de la cabeza.

—Me asustaste.

Otro trueno suena y grito volviendo a esconder mi cabeza.

«Por favor, que deje de haber truenos.»

Siento que la cama se hunde a mi lado, la sábana se levanta y Derek pasa un brazo por mi cintura.

Me abrazo a él como un koala.

—Sigo enojado contigo.—Es lo único que me dice.

Lo abrazo más fuerte cuando otro trueno se hace presente.

Él lleva una mano a mi cabeza y comienza ha acariciarme.

Este gesto hace que me relaje y me quede dormida.

...

Una puerta se cierra y es suficiente para despertarme.

Derek ya no está.

Al borde del abismo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora