Capítulo 24.

54 6 0
                                    

—Layla, esto es genial.—Me anima Angel.

—Quiero que todo salga perfecto.—Sonrío.

Pego un corazón y me siento feliz.

Estoy armando toda una sorpresa para Derek.

Angel, Becca, Beck, incluso James, están ayudándome a prepararla.

—Seguro dirá que sí.—Me anima Beck.

La sorpresa será pedirle que sea mi novio.

No quiero esperar más. 

Siempre me lo han pedido a mi, sin embargo quiero que todo sea diferente.

Estoy lista para una relación y sé que Derek también.

Los últimos días con él han sido maravillosos, mis sentimientos han ido aumentando cada vez más.

También sé que sus sentimientos crecieron, la forma en la que me mira y sonríe, cambió de una manera sorprendente.

—Gracias, chicos. Sin ustedes no terminaría esto a tiempo.—Les sonrío.

—Lo que sea porque estés feliz.—Me responde James.

Él escuchó cuando les estaba comentando a los chicos sobre mi plan, confirmó que aún no somos novios, pero decidió ayudarnos.

Justo ahora estamos en su casa.

—Derek va estar más que encantado.—Me abraza Angel.

—¡Layla, Derek está aquí!—Me dice una Becca nerviosa.

«¿Derek aquí? No puede ser.»

—¿Le dijiste que estabas aquí?—Me pregunta Beck.

—No, le dije que estaría con Angel y que ella me llevaría a casa.

Veo mi teléfono, hay una sola llamada de él. Aún no es hora de que salga de trabajar.

—Escondan todo, yo saldré.—Les digo.

Todos se mueven rápido por el lugar guardando los globos, carteles, fotos y demás.

Me arreglo y salgo.

Él detiene su marcha en dirección a la casa y me acerco.

—¿Cariño, está todo bien?—Si me preocupa que esté aquí y que saliera antes.

Estoy por abrazarlo cuando noto sus ojos.

«Está furioso.»

—Nada está bien.—Dice con los dientes apretados.

—¿Derek, que pasa?—Un sentimiento de miedo se aloja en mi pecho.

—Eso debo preguntártelo yo a ti.—Empieza a subir el todo de su voz.—O mejor aún, quiero preguntarte otra cosa ¿¡Por qué mierda estás en casa de James!?

«¿Cómo se enteró?»

Me quedo por un momento sin saber que decirle.

Está demasiado enojado y me da miedo que se vaya o quede inconsciente.

—Yo te puedo explicar todo.—Le digo calmadamente.

La última vez, yo le grité y eso solo ocasionó que discutiéramos más.

Es mejor probar una táctica diferente.

—Sí, quiero que me expliques que haces aquí y porqué hay música.—Comienza a respirar muy agitado.

—Cálmate, por favor, tengo miedo de que te pase algo otra vez.—Siento las lágrimas formarse en mis ojos.

—Layla, estoy hablando en serio.—Me ignora.

Al borde del abismo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora