Cap. 33

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Narrador

Las alarmas del banco resonaban por todos lados, los guardias hacian de todo para poder atrapar al culpable, pero todo, todo fue en vano, en menos de una hora todo se habia ido, todas las joyas, reliquias, ¡todo!, y todo en menos de una hora. Muchos de los guardias no entendian que era lo que habia pasado.

...

En la mañana llego Almond, reviso todo el lugar junto a sus compañeros, nada, no parecia haber algun tipo de cerradura forzada o algo asi, parecia que el ladron conocia el lugar. Por un momento estaban todos intentando buscar huellas dactilares o trozos de ropa, nada. Ha Almond ya se le estaba haciendo raro, por lo que parecía, a la persona que buscaban ya tenía practica. Todo el día fue lo mismo, hablar con los trabajadores del banco, personas de las cercanías y nada.

Almond estaba en su escritorio, suspiro profundo, puso sus manos sobre su nuca, "solo ha pasado un día, tampoco es como si fuera a resolver todo así de rapido" se dijo así mismo para calmarse, se sentía un poco desesperado y ansioso. Pasaban los días y nada, comenzaron a buscar más similitudes en otros casos parecidos. Todo era igual, sin rastros o huellas.

Pensando que podría hacer, pensó, ¿que bancos o joyerías o museos no han sido robados por aquel ladrón misterioso? Hizo un poco de memoria, lo tenía. La idea era simple, buscar que bancos o joyerías no habían sido robadas y cambiar al personal, ¿como que cambiar al personal? Simple, cambiarlo por más detectives haciéndose pasar por trabajadores del banco, y hacer como si no hubiesen guardias capacitados. Al ya tener un plan, o al menos una idea fue a compartir la con los demás, parecia buena idea, nadie le reprocho nada.

...

Un poco más tarde se fue a hablar con el dueño del banco el cual dudoso y con miedo acepto el plan de los detectives. Las horas pasaban, días igual y todavía no se sabía nada del ladrón aquél, todos esperaban pacientemente, muchas veces toco calmar al dueño del banco, explicando que no podían apurar todo. Una noche de guardia el clima no estaba en su mejor estado, estaban lloviendo cántaros, era de esa lluvia la cual ponías la mano bajo el agua y sentías como si calleran pequeñas piedritas. Algunos detectives se morían del sueño o aburrimiento, Almond estaba haciendo guarida, pasando por los pasillos con su linterna estando muy atento a los sonidos, ya que diferencia de otros, el sentido de la audición de Almond era más agudo que el promedio.

Almond solo recordaba como en su adolescencia se mataba del sueño haciendo guardia, por el simple hecho de querer escapar de sus padres. Se tomó un respiro y se detuvo en un pasillo, se apoyo en la pared para descansar un poco. Entre suspiros y ejercicios de respiración alcanzo a escuchar algo, parecian pasos, no tenia idea de cuanto tiempo llevaban sonado pero guardo silencio, no al instante sino poco a poco, se hizo como el que no escucho nada porque siempre estaba la idea de que esa persona lo hubiera observado. Trataba de seguir los pasos hasta que escucho silencio, "¡Mierda!" Fue lo que penso. Trato de buscar algún sonido al caminar por el lugar, nada.

...

Poco a poco la lluvia comenzó a calmarse, así que él subió al techo por un poco de aire fresco, sentía la brisa de la lluvia caer en él, el delicioso aroma de la tierra mojada se olía por todo el lugar, hasta que vio como algo se subió a otra parte del techo, sin hacer ruido intento acercarse. Al parecer había encontrado al ladrón, el cual admiraba un diamante el cual hacia poco que lo había robado, estaba sacando sus esposas, poco a poco comenzó a apuntar para atraparlo, hasta que Ahí está, atrapenlo!". Ese maldito grito resonó en todo el lugar, haciendo que aquel ladrón saliese corriendo, Almond salió justo tras él, saltando a los diferente techos de los edificios, poco a poco parecia que ya lo estaba alcanzando, estaba a nada de atraparlo hasta que dio un mal paso.

Entre el agua de la lluvia y la rapidez de Almond, él se terminó resbalando, por pura suerte pudo agarrarse de un canal de agua. Se estiró hasta llegar a una plataforma estable, y ahí, solo ahí, pudo ver la espalda del ladrón, el cual ni corto ni perezoso huyo. Almond, de la cólera, solo pudo gritar, "¡Carajo!", bajo junto a sus compañeros, todos se alejaron del que grito, advirtiendo la presencia del ladrón.

Almond: ¡¿Eres imbecil o que te pasa?! ¡¿Acaso se te olvidó el maldito entrenamiento, idiota?!

Todos sabían que Almond era de carácter algo fuerte pero nunca lo vieron así de enojado, aunque realmente la palabra era furioso.

Almond: Si sabes que carajo te combiene será mejor que busques donde se fue él maldito aquel ya.

Su compañero, ya apunto de llorar solo alcanzo a gritar "¡Si!", para después subirse a su carro e ir rumbo a donde había ido el ladron aquel. Almond no dijo nada, simplemente se fue, el hecho de pensar que ya lo tenia, y que por un error idiota no había podido atraparlo lo enfurecia. Ya en su auto, en medio de la carretera, se detuvo, "Respira, respira" pensó, hizo de todo para calmarse, hasta que porfin pudo llegar a su casa. Walnut estaba dormida, y Latte lo esperaba en la sala.

Almond: ¡Latte! ¿Que haces aquí?

Latte: Walnut me dijo que estabas en una investigación y pensé que podría venir.

Almond: Ya... ya veo, bien.

Latte: Tan solo mírate, estas todo mojado- puso sus manos en sus mejillas, sintiendo el frio que emanaba su cuerpo- se que no soy la más indicada pero, ¿no quieres ir arriba? No vaya hacer que te enfermes.

Almond: Si, tienes razón.

Ambos subieron al segundo piso, metiéndose en el cuarto de Almond, se dirigió a su closet, sacó algo de ropa cómoda, y la tiro a la cama.

Latte: ¿Para que los camisas?

Almond: Una es para ti. No me digas que te iras a estas horas.

Latte; Realmente yo solo iba a esperar te, y ya me iba.

Almond: Latte, son literalmente las dos de la mañana, y esta lloviendo, ¿como te iras?

Latte: Yo... iba a irme asumiendo que llegarías más temprano.

Almond:- puso sus manos en los hombros de Latte- Mejor quédate,¿si? Mañana podrás irte temprano, pero porfavor quédate.

...

Ambos estabas recostados en la cama, ambos con ropa cálida y cómoda, Almond abrazaba a Latte, la cual con sus manos daba pequeñas caricias a la espalda de Almond, justo en eso, Almond alzó la cabeza, Latte sonrió un poco y beso su frente, Almond al sentirlo sonrió. Volvió a bajar la cabeza, poco a poco sintiendo que se dormía, Latte seguía acariciando su espalda, hasta que por último ambos se quedaron dormidos, uno en los brazos del otro.

...

Buenas noches, pido perdón por la falta de actualizaciones pero mejor tarde que nunca.

Gotas De Lluvia (Almond X Latte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora