CAPÍTULO XII

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8 de febrero

Melisa James

Viernes por la mañana, lo que significaba que me esperaba un día ocupado y cansado.

Lo primero que escuche fue mi celular vibrando en la mesita de noche junto al tonó de llamada, era demasiado temprano, por lo que significaba que aún estaba en cama.

Espere que el celular se callara, nunca lo hizo, me apreté una almohada en el rostro con pereza y estrés, después tome el teléfono de mala gana y descolgué.

- ¡Deja de molestar! - Exigí con pereza sin siquiera ver quién llamaba.

- ¡Vaya tono Gargamel! - dijo mi hermano.

-¿Ahora qué quieres?

- ¿Qué?, no puedo llamar a mi hermanita para preguntarle cómo está, a pesar de que ella ya se olvidó de nosotros- ironizó.

-Jeremy, son las...- mire el reloj y eran las 5:58 am, lo que significaba que ya era tarde y tenía que ducharme y arreglarme rápidamente- ¡Carajo!

- ¿Qué pasa? - preguntó.

-Perdóname Jem, se me hace tarde- colgué el teléfono sin permitirle despedirse.

Me apresuré a meterme a la ducha y bañarme, después vestirme y maquillarme. Baje de prisa y me tome un jugo de naranja lo más rápido que pude. Luego me lavé los dientes rápido y salí corriendo de la casa.

Dorian estaba recargado en su auto viendo su reloj desesperadamente.

-Llegaremos tarde-comentó.

-Lo sé, lo siento- me disculpé.

No me respondió y se dedicó a conducir, lo peor de esto es que siempre que quieres llegar rápido hay cosas en el camino que lo impiden y cuando quieres tomarte un tiempo para llegar lo haces rápido.

Bueno, así nos pasó, los semáforos la mayoría se pusieron en rojo antes de que nosotros pudiéramos pasar y luego una señora mayor de edad camino por el peatón, pero tuvimos que esperar más de la cuenta a pesar de estar el semáforo en verde porque ella caminaba muy lento.

Cuando llegamos a la escuela Dorian se estacionó y salimos del auto corriendo, juraría que se me saldría el corazón porque he estado toda la mañana corriendo y ansiosa.

Nos separamos en el pasillo y yo me dirigí a mi clase, la puerta estaba cerrada del salón, con los nervios toqué la puerta.

No tardo mucho en abrirse y mostrarme la cara del profesor apretando los labios, yo le expliqué que se me hizo tarde y le di una sonrisa apenada.

Por suerte me dejo entrar, no de muy buena gana, todos me miraron y yo me apresuré a sentarme a un lado de Godrick.

-Hola- susurré.

-Hola- me respondió.

El profesor reanudó su clase y explicaba sobre "activo y pasivo" y dónde y cómo podemos utilizarlo.

-Ya me dio sueño- me quejé entre susurros.

-Estamos igual- replicó Godrick con una sonrisa.

Salimos de esa clase y nos dirigimos a la cafetería porque él quería agua.

Godrick y yo ya no teníamos problemas por lo que ocurrió el lunes en la noche, hablamos al día siguiente después de que eso pasó y nos entendimos, al final llegamos al acuerdo de que no volvería a pasar sin que ninguno de los dos esté de acuerdo.

-¿Vas a ir está noche a la fiesta?- pregunté.

-Después del partido, ¿cierto?

-Sí

My downfall is youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora