CAPÍTULO XXVI

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2 de marzo

Dorian Berrycloth

Lilith ya no me molestaba, de hecho tenía días que ni siquiera me saludaba, después de todo lo que pasó, creo que por fin entendió. Sé que fui idiota, pero algo tenía que pasar para que me dejara en paz. Estaba recibiendo amenazas de Jared sobre lo que pasó con su hermana, y estaba dispuesto a cualquier castigo, solamente que me dejen en paz.

No había hablado con Melisa después de lo que le dije, ella lo intentaba, pero yo me ocupaba de otras cosas. Pero hoy sería algo diferente, porque voy a tener que pasar el día junto a ella y mi padre para celebrar el cumpleaños de mi hermano.

Cole hablaba sobre lo sexi, que era una nueva porrista, de no sé qué colegio, mientras se ponía desodorante y la camisa, pues acabábamos de entrenar.

- ¿Ya pensaste en si vas a ir a la fiesta? - preguntó insistente.

-La verdad no lo sé, no me convence o me llama la atención asistir- respondí.

Salimos al pasillo para ir a clases cuando una voz grito mi nombre.

- ¡Dorian! - gritó.

Yo volteé y era Jared venía a mí con pasos rápidos, no tuve la oportunidad de hacer nada cuando sentí como su puño pego en mi mejilla, pero no lo suficientemente fuerte para tirarme.

- ¡Maldito bastardo!, ¡Cómo te atreves a hacerle eso a mi hermana! -culpó.

Yo lo miré y sobé mi mejilla.

-Lo que sea que haya pasado entre tu hermana y yo, es nuestro asunto, no te metas- exigí.

Estaba listo para recibir su próximo golpe, cuando apareció Lilith y lo aparto.

- ¡Te dije que no te metieras! – Reclamó.

- ¡¿Cómo lo voy a dejar así?!, ¡Me dijiste que te dejó después de acostarse contigo! - reclamó.

Lilith me miró culpable y me quede en shock.

-Yo nunca me acosté con tu hermana- defendí.

- ¡¿Ahora la culpas de chismosa?!- hizo impulso para golpearme, pero Lilith de nuevo lo detuvo.

-Ven conmigo- le dijo Lilith a Jared en voz baja y lo jaló hasta salir de la escuela.

Yo hice una mueca de dolor por el puñetazo, más aparte la molestia de que ella me acusará en falso. Claro que lo merezco, pero por lo menos le hubiera dicho la verdad.

Caminé a la clase, mientras mis amigos me preguntaban si estaba bien. Ellos no se meten en mis problemas como tal, porque si yo los busco me tengo que hacer responsable, en cambio, si vienen contra mí toda una manda, claro que me ayudarían.

Nadie dijo nada, ni preguntaron nada, todo pasó como un día normal.

Salí de la clase y nos dirigíamos a la cafetería cuando recibí una llamada de mi padre, así que me metí al cuarto de consejería para hablar.

-¿Qué ocurre?- exclamé.

-Hoy deberás llegar temprano con Melisa para ayudarme a decorar la casa para el cumpleaños de tu hermano- avisó.

-Ahí estaremos- dije apretando un poco la mandíbula y colgué.

Salí del pequeño cuarto y ahí la vi saliendo de su salón y dirigiese al bote de basura para tirar una envoltura de chicle.

Venía en mi dirección, así que me volví a meter al pequeño cuarto y dejé la puerta entreabierta, y fue justo donde ella y sus amigas se detuvieron enfrente.

My downfall is youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora