CAPÍTULO XXVIII

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Melisa James


Mis ojos se abrieron, la brisa golpeó mi rostro. Me levanté un poco y ahí estaba él, dormido. Sus mejillas rosadas por el frío y una de sus manos sobre sus ojos, se veía tan tranquilo. Me levanté de la manera más lenta y sutil posible para que él no se despertara. Por suerte lo logré.

No lo esperé, me fui a casa, donde Cole ya estaba en la cocina preparando té.

-¿Dónde estabas? - preguntó dejando la tetera en la estufa- pasé la noche en vela, es la primera vez que llegas así.

Yo sonreí.

-Gracias por tu preocupación, pero estaba en casa de Dorian- respondí.

-Bueno, por lo menos sé que no estuviste con un prostituto, bueno, uno indecente- bromeó.

-No hice nada malo, solo dormí allí, tranquilo- respondí y tomé dos tazas para poder beber el té.

-No, no, está bien si lo haces, sabes, todos tenemos vida sexual, solo que la primera vez suele se incomoda...

-Esto me esta incomodando- interrumpí sonriendo y le bebí a mi té.

-Es una plática de lo más normal- aclaró.

-Sí, lo sé, pero es raro hablarlo con alguien que prácticamente coge todos los días- exclamé.

-¡Mejor aún!, yo soy tu maestro, para ustedes las virginales, alguien con yo de maestro es de muy buena ayuda.

-Pero no por ahora- sonreí- cuando quiera iniciar mi vida sexual, te diré.

-Sé que lo harás- me guiñó el ojo.

-Enserio que a veces me asustas- suspiré y me levanté para lavar las tazas.

- ¿Por qué?, si solo quiero que vivas tu vida sexual al máximo- reprochó mientras caminaba hacia mí y se recargaba en el refrigerador.

-Será luego, Cole.

-Como quieras, y ahora que ya estoy seguro de que estás aquí, es hora de que yo me vaya.

-¿A dónde? - pregunté mientras seguía lavando.

-Hoy toca practica de beisbol, el fin de semana hay juego- avisó.

-¿Tan rápido? - pregunté y él asintió.

-Bueno, te dejo, o llegaré tarde- dijo y luego me dio un beso en la frente y salió de la casa.

Yo me puse a limpiar y con mi música a todo volumen, aunque sé que a los vecinos les encanta la tranquilidad y la respeto, pero cuando tengo casa sola la tengo que aprovechar al 100.

Mientras sonaba la música yo bailaba y gritaba la canción, literalmente parecía loca por toda la casa.

-¡BORRACHO Y LOCO!, ¡Y MI CORAZÓN IDIOTA, SIEMPRE BRILLARÁ! - Canté con todas mis fuerzas.

Escuché un golpe, y le bajé el volumen a la música rápidamente. Por un segundo ya no escuché nada, cuando se volvió a escuchar ese golpe. Volteé y vi que una pequeña piedra golpeó mi ventana, así que la abrí y me asomé. Una pequeña golpeó mi rostro cuando apenas la abrí.

Miré hacia abajo molesta, y ahí estaba Dorian, con su cara de culpa.

-¡Lo siento! - exclamó, yo no tuve más remedio que sobarme y no decir nada.

-¿Qué pasa? - pregunté.

-Baja- pidió.

-¿Para qué? - pregunté.

My downfall is youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora