Capítulo XV: Salvado por la campana

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Dani Saenz

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Dani Saenz

Tiempo atrás...

Después de haber perdido todo un año escolar tras la muerte de mi madre, volví obligadamente por mi padre el año siguiente, mis compañeros se burlaban y me hacían malas caras como si estuviesen viendo un bicho extraño, pero para ese entonces ya nada me importaba, si se reían o se burlaban de mí ya no importaba, el perder un año escolar parecía ser un increíble tema del que aprovechar y así realizar más Bullying de lo normal, pero a eso también se le sumaba el hecho de ser ahora el hijo de la fornicadora o así lo llamaba especialmente uno de mis tantos compañeros de clase.

Carlos era a quien más adiaban, pero a la vez seguían en clase, el intimidaba y molestaba a toda persona con lo más mínimo posible, si se te caía un chicle de la boca lo pisaba, lo quitaba de su suela y hacía que lo masticaras nuevamente o se inventaba alguna mentira para reportarte con la directora, y claro ella creía todo lo que Carlos le decía ya que era su abuela.

Yo era una de las tantas víctimas diarias de Carlos, cada vez que pasaba por los pasillos él decía cosas en voz alta sobre lo malo que era la fornicación, me llamaba como el hijo de la fornicadora, y una vez hasta lo escribió en todas las páginas de mis cuadernos, ese día tire mi bulto escolar con todos mis cuadernos dentro en un río cerca de la casa de Santiago, cuando llegue a casa le dije a mi padre que había ido al río y la corriente se había llevado mi bulto con todas mis cosas dentro, haciendo que a la mañana siguiente prestara un dinero para ir de compras por todo nuevamente, mis días en primaria no eran para nada lindos.

Cuando llegue a Secundaria todo fue un poco más calmo o talvez ya me había acostumbrado a vivir de tal forma que todo me parecía normal, así Carlos me tratase igual o peor, los rumores eran los mismos, seguía siendo el hijo de la fornicadora pero la mayoría lo hablaba a mis espaldas sin que yo me diese cuenta o al menos eso pensaban, sabía perfectamente que todos ya conocían mi historia y que cada vez que alguien no la sabia lo primero que hacían era contarla, por tan razón no me relacionaba con nadie, cuando intentaban acercarse lo primero que hacía era rechazarles a excepción de Santiago y Carolina, crecí en este ambiente luego de la muerte de mi madre y no podía hacer nada más que acostumbrarme a ello.

Hey tú, hijo de la fornicadora — escuche a mis espaldas mientras caminaba por el pasillo.

Ahora que quieres Carlos — Respondí agobiado.

Quiero que limpies mis zapatos — Dijo Carlos poniéndome un brazo en el hombro para detenerme y con la otra mano apuntó en dirección a su zapato.

Suelta — Dije apartándome para que no me tocase — Te he dicho repetidas veces que no quiero que me toques.

¿O, sino que? — Preguntó con gran rostro de burla — ¿Acaso me golpearas como la última vez?

Eso es lo que tú quieres, para luego llevarme a una reunión con tu querida abuela y terminar expulsado dos semanas más ¿No es así?

Como crees — Dijo con sarcasmo — Yo nunca haría eso amigo — se acercaba lentamente hacia mí y eso me llenaba de enojo, pegó su cabeza contra la mía y por un instante sentí que iba a estallar nuevamente cuando de repente ...

Se le solicita a Carlos Meyer pasar a la oficina de la directora — Se escuchó en las bocinas de todo el pasillo — Carlos Meyer pasar a la oficina de la directora.

Carlos se apartó de golpe y caminaba de retroceso mientras me apuntaba en son de amenaza

Salvado por la campana hijo de la fornicadora.

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