Abby Jara
Soy constantemente una persona super nerviosa, es algo inevitable que no puedo aun controlar, a veces logro esconder mis nervios, pero en muchas ocasiones estos me mantienen activa, como por ejemplo en este preciso momento, intentaba mantener la calma mientras sentía la mano de Dani entrelazada con la mía, ese simple gesto me hacia sentir bien, con algo de paz a pesar que mi corazón latía desenfrenadamente.
Observaba a Dani, quien era el mas tranquilo en la mesa, su expresión rígida y serena me causa aun poco de curiosidad, a veces quisiera adentrarme en sus pensamiento y poder descifrar si su rigidez y ese seño fruncido que a permanecido ahí desde hace un par de días se debe a alguna causa o solo es parte de su ser, pero hasta la fecha no podía saber.
— Uno, dos, tres... — entonces todos procedimos a abrir nuestros correos.
Al mirar la pantalla mi corazón se detuvo y con él mi respiración, en letras mayúsculas estaba escrito: "¡FELICIDADES ABIGAIL JARA! Has sido aceptada en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign"
La felicidad me recorrió de pies a cabeza y no pude evitar soltar un grito en la mesa.
— ¡Lo logré! — exclamé, mientras mis ojos se llenaron de lagrimas ante la emoción.
Sam se abalanzo hacia mi gritando eufórica que también había sido aceptada, al parecer Santiago también, al ver la sonrisa y expresión tranquila que le brindaba a su hermana mientras esta aplaudía y lo abrazaba.
Pero en medio de tantos gritos y felicidad, observe a Dani quien se encontraba algo tenso aun viendo la pantalla de su celular. Antes de que yo pudiese preguntar Santiago se acerco a él.
— Hermano, ¿todo bien? — le pregunto suavemente, esperando que también tuviera buenas noticias.
Él levantó la vista, dejando el celular sobre la mesa y llevándose las manos hacia su cabeza, forzó una sonrisa.
— Yo no lo he logrado. No he calificado a ninguna de las dos carreras.
— Es imposible, no bromees. — Soltó Santi.
— No estoy bromeando Santi, velo tu mismo — Dijo brindándole el celular.
En ese instante el ambiente cambio y se torno un poco mas pesado, la alegría del resto se había esfumado y yo trataba de ver a Dani a los ojos, pero este simplemente miraba sus manos sobre la mesa.
— Oh, Dani... — dije en un susurro, acercándome más a él. Frote sus hombros tratando de consolarlo, por que se que si hubiese sido yo me sentiría igual.
— Está bien Abby, no pasa nada — respondió, encogiéndose de hombros, tratando de ocultar su sentir — Supongo que simplemente no estaba destinado a ser.
— Debe haber algún error, tus notas eras aceptables y no creo que te fuera tan mal en el examen — Respondió Santi — Me asegure que pudieras sacar una nota promedio y calificar aunque sea entre los últimos hermano, esto es imposible.
— Basta Santi, no hay mas que hacer déjalo así. — Dijo Dani un poco frustrado tensando su mandíbula.
— Talvez Santiago tenga razón Dani — Intervino Carolina — Sabes cuanto se esforzaron por que entraras a alguna de las dos carreras, no creo que quedaras por fuera en ambas, es insolito, talvez podríamos hablar con el decano y conocer mas sobre...
— Caro déjalo — Suspiro con fuerza — Les agradezco a ambos por el tiempo de ayudarme a estudiar y demás, pero en el fondo también sabíamos que no soy tan bueno para estas cosas y se sabia que esto podía pasar — Respondió Dani y tomo de su hombro mi mano — Y a ti y Sam también les agradezco mucho por el apoyo, pero no tienen que preocuparse por mi, de verdad. Me alegro muchísimo que ustedes estén dentro, es un gran orgullo para mi.
— Pero Dani ...
— Enserio Abby, estoy bien — Dijo ocultando lo contario.
Sam y Santi intentaron cambiar de tema, pero no importaba cuántas bromas hicieran, el peso de la noticia seguía ahí, rondando entré nosotros y me negué a dejar ese sentimiento a nuestro alrededor. No hoy.
— ¿Qué les parece si vamos a la feria? — propuse de repente — Ya están montando la nueva rueda de la fortuna y las luces deben ser preciosas a esta hora. ¿Qué dicen?
— ¿La feria? ¿Ahora? — Dani me miró, levantando una ceja — Ya fuimos la semana pasada y la anterior también.
— Ay Dani vamos, no podemos quedarnos aquí lamentándonos. Necesitamos despejarnos. Además, la semana pasada me prometiste algodón de azúcar y no se pudo por que la fila era demasiado larga, talvez ahora si podamos llegar antes que el resto. Y sé que necesitas un poco de distracción.
Dani pareció dudar un momento, pero Sam, Santi y Caro me ayudaron a convencerlo.
— Está bien, está bien. — Esa fue la señal para que todos diéramos un brinco e inmediatamente nos levantáramos de la mesa.
Una vez llegamos a la feria me invadió el olor a palomitas y algodón de azúcar, miré a Dani de reojo mientras caminábamos juntos hacia el puesto de algodón, aunque se le había subido un poco mas el animo, sus ojos expresaban tristeza, así que una vez esperábamos nuestro algodón de azúcar me gire hacia él, llamando su atención.
— Dani, sé que esto debe ser difícil para ti, pero quiero que sepas que esto no define quién eres ni hacia dónde debes llegar. No hagas que este resultado afecte tu camino o que quebrante tu animo.
— Abby, creo que lo que mas me duele no es el hecho de no haber sido elegible sabes — me miró a los ojos con expresión seria — creo que lo que mas me duele es no encontrarle sentido o dirección a mi vida. Cuando tome la decisión de ingresar a la universidad y llevar cualquiera de estas dos carreras pensé que aunque no me gustasen podría encontrar algún sentido en alguna de ellas, pero ahora... ¿qué voy a hacer? Parece que no tengo un propósito claro, que no tengo rumbo. Todo el mundo sigue adelante, tiene metas claras o segundos planes y mientras tanto yo me quedo aquí, sin saber qué paso tomar.
— Dani, escúchame — Tome su mano — este no es el final de tu camino, tenemos mucha vida por delante, hay un camino mas allá el cual descubrir y saber quienes somos y para que somos hechos. Solo por que algo no salió como planeamos, no significa que no existan otras oportunidades esperando por ti, a veces esto es solo un desvió que nos puede llevar a mejores lugares que resultan ser mas extraordinarios de lo que esperábamos.
Los ojos de Dani se cristalizaron.
— Y recuerda siempre, Dios tiene mejores planes para nosotros, él nunca va a cerrar puertas sin un mejor propósito. Tu solo sigue adelante, y confía en que todo tiene su tiempo.
Dani me miró en silencio, como si estuviera procesando mis palabras. Luego, lentamente, asintió.
— No sé qué haría sin ti.
— Sus algodones jovenes — Dijo el señor del puesto a mi espalda, sacándonos de la burbuja en la que parecíamos estar atrapados.
Luego de tomar los algodones caminamos rumbo a la rueda de la fortuna, las luces de la feria y el ruido de la multitud se convirtieran en nuestro fondo. Nos unimos a los chicos en la fila de la rueda quienes ya estaban un par de personas mas adelante.
— No debería ser justo que este hermoso grupito intente colarse — Dijo una voz llamando nuestra atención a nuestras espaldas.
No podía ser nada mas y nada menos que Carlos.
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No Compatibles
RomanceNovela Cristiana. El primer amor de Abigail una vez fue también el de Daniel, pero su fé se quebranto una noche donde la luna estaba completa y brillaba junto a las estrellas, su fé se perdió un día no cualquiera, y nunca pensó que alguien lo guiara...