Capítulo XXIX: Amenaza

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Dani Sáenz

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Dani Sáenz

Desde que salí de la comisaría mi corazón no había dejado de latir a mil por hora. Ver a Carlos sosteniendo del brazo a Abi con esa mirada de locura, me hizo hervir la sangre. No podía permitir que le hiciera daño y estaba mas que claro que necesitábamos encontrar una solución a todo esto, y rápido.

¿Acaso no escuchaste que te dijo que la soltaras? — repetí nuevamente. 

Carlos retrocedió un paso, mientras sonreía de manera burlona. 

Vaya, vaya, mira quién ha llegado. El héroe del día — dijo con desprecio.

Es mejor que te calles y te arrepientas de todo esto. Sabes que esta acusación es falsa, y no hay necesidad de arruinar la vida de nadie más — dije, tratando de mantener la calma.

Dani tiene razón, Carlos — intervino Abi, con una voz suave pero firme — No puedes llenar ese vacío lastimando a otros. Tienes que buscar algo más, algo que te haga bien, necesitas buscar ayuda para sanar.

Carlos se rió, una risa amarga y sin ningún entusiasmo.

 — ¿Y qué sugieren que haga? ¿Ir a la iglesia y pedir perdón? ¿Convertirme en otro hipócrita como tú, o tu querida madre Dani? — dijo, con una mezcla de sarcasmo. Enfatizando muy bien sus ultimas palabras.

Calla la boca — Dije entre dientes, mientras di un paso frente a él. — Ni se te ocurra mencionar nuevamente a mi madre.  

Jamás seré como ustedes Daniel, no me esconderé en todo este teatro que han formado solo para demostrar una vida perfecta y desear el mundo y sus placeres. No quiero terminar como tu mamita y su amante. 

Ey niño — Grito mi padre.

Mis manos estaban hechas puños y agradezco a Dios que mi padre intervino en ese momento, porque estaba totalmente lleno de ira y talvez mi puño hubiese terminado en su rostro.

Es mejor que te calles y te marches, suficiente daño haz hecho y no permitiré que sigas lastimando mas a mi hijo.  

Carlos se rió de nuevo, esta vez más fuerte.

Esto no tiene que ser así, Carlos. — Susurro Abi — Aún puedes cambiar las cosas. — dijo, intentando un último esfuerzo para llegar a él.

No quiero cambiar nada. — Afirmó — Así que, nos veremos pronto, Dani. Y la próxima vez, no habrá nadie para salvarte. 

Cuidado con lo que dices jovencito — Escuche decir a la señora Amanda a mi espalda — Estas delante de la abogada defensora de Daniel, amenazándole junto a la estación policial frente a varios testigos, es mejor que busques tu camino.

Amenaza, jum — Repitió fingiendo estar indignado.  

Carlos parecía dudar por un momento. Pero luego su expresión se endureció y antes de dar media vuelta y marcharse le demostró un guiño a Abigail.

Respiré hondo, intentando no dejarme llevar por la ira. Abi estaba a mi lado, y sentía su tensión. Sabía que necesitaba mantener la calma, por ella y por mí. "Señor ayúdame" clamaba internamente.

 Abi se giro echándome una mirada que sé perfectamente que expresaba preocupación y duda al saber si me encontraba bien.

Estoy bien — Dije casi en un susurro.

Estoy tan feliz de que estés fuera — Dijo mientras sonreía. 

Esto merece una celebración. — mencionó Caro, con entusiasmo.

Estoy de acuerdo — Añadió Samantha — Necesitamos dejar atrás este mal rato y enfocarnos en lo positivo. 

¿Qué tal si hacemos una cena esta noche? Todos juntos, como una familia. — sugirió la señora Antonia — Yo encantada de abrir las puertas de mi casa. 

Por favor Antonia — Intervino mi padre — ya pasamos año nuevo en tu casa y seriamos muy desvergonzados si nos atiendes nuevamente. 

¡Que dice señor Sáenz! para mí es un privilegio atenderles.

Mi tío tiene razón señora Antonia, seriamos muy desvergonzados si nos atiende nuevamente — Hablo Santi — es por eso que déjeme a mi ofrecer nuestro hogar por esta vez, usted nada mas llegue a disfrutar de la cena, ya verán que la pasaremos muy bien.

Me parece una excelente idea hijo, no se diga mas, esta noche todos a gozar que este problema se resolvió y a disfrutar de la buena compañía. — Dijo mi padre, con una sonrisa.

La idea de una cena en familia levantó los ánimos de todos, incluso no puedo negar que hasta los míos. Antes de marcharnos todos a casa me acerque a la señora Amanda.

Quiero agradecerle por haber sido mi abogada, mi padre y yo pagaremos cada uno de sus honorarios.

Ay Dani, tú no te preocupes por nada, tú y tu padre ya son como de la familia, cuando Antonia me llamo y me conto todo lo ocurrido sentí como si hubiese sido mi Samantha en problemas. Así que e venido corriendo lo mas pronto sin esperar nada a cambio, créeme, no tienes ninguna deuda conmigo. Solamente te pediré un solo favor.

Por supuesto Señora Amanda, dígame.

Mantente alejado de este chico y ven mañana conmigo a hablar con el oficial de lo sucedido, para que nos brinde una orden de alejamiento.

¿Cree que es realmente necesario? 

Pero por supuesto Dani, te ha hostigado desde que eran muy pequeños y claramente no va a dejar de hacerlo, temo incluso... que pueda llegar este asunto a un mayor riesgo para ti o incluso tu padre. No dejes pasar mas tiempo esto. Prométeme que mañana vendrás conmigo a la comisaria. 

Carlos me había parecido toda la vida alguien insignificante que se gloriaba de todo lo malo que me pasaba y que lo hacia nada mas por diversión. Nunca lo vi como un peligro mayor, pero también crecí acostumbrándome a todo lo que me hacia y es por esa razón que talvez me parecían tan insignificantes cada uno de sus actos.

Esta bien, lo prometo. 

Me uní nuevamente a los chicos que se despedían unos de otros y cuando llego el momento de despedirme de Abigail me recibió con una amplia sonrisa que hacia borrar los malos ratos de la vida.

Estoy tan aliviada de verte, Dani.

Quiero agradecerte por estar siempre a mi lado. — dije, tomándola de la mano.

Siempre estaré aquí para ti, Dani. Pase lo que pase, mientras en nuestra vida tengamos presente a Dios, enfrentaremos todo juntos. — respondió, con una sonrisa.

Tienes razón — Respondí, mientras observaba como el aire de la madrugada rosaba su rostro y movía cada mechón de su cabello.

Entonces ... — Dijo aclarando su voz y soltando sutilmente nuestras manos — Nos vemos esta noche.

Hasta esta noche — afirme.

La vi dar media vuelta y salir al encuentro de su madre quien me levanto la mano desde lejos para despedirse y le devolví el saludo.

¡Oh Abi! — Le hice dar media vuelta y verme una vez mas — ¿Puedo pasar por ti esta noche? bueno, por ambas si me lo permiten — Dije refiriéndome a ella y su madre. 

Abi me extendió una sonrisa y asintió con la cabeza.

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