Capítulo XIII: Fogata

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Abi Jara

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Abi Jara

Nos habíamos reunido en la iglesia para orar, poner nuestra actividad juvenil en manos de Dios e irnos, no eran muchos los chicos que se apuntaban a este tipo de actividades así que se nos fueron necesarias dos camionetas 4x4 que fueron ofrecidas por dos hermanos de la misma iglesia.

Al llegar al Parque estatal Rock Cut decidimos bajar e instalar todo lo necesario para nuestra maravillosa noche de fogata, así que mientras un grupo junto a Esteban instalaba las casas de campaña, los mellizos David y Jonathan, quienes eran músicos de la iglesia decidieron acompañarme a buscar leña para encender la fogata, entre chistes y risas recogíamos todo trozo de madera que fuese útil, hasta que fuimos interrumpidos por extraños ruidos a nuestro al rededor, podíamos escuchar claramente pisadas que no eran las nuestras, lo que indicaba que no éramos los únicos en el sitio.

— ¿Hola? — dijo Jonathan luego de escuchar ruidos más intensos entre los árboles y acercándose a ellos brinco de susto luego de que un cachorro saliese jugando con una bola de tenis entre su hocico — Que susto me pegaste pequeño — David y yo nos reíamos — Si, si búrlense todo lo que quieran.

— Eres un cachorro hermoso — dije mientras dejaba los trozos de madera que había recolectado a un lado para acariciar al cachorro, observé su placa y en ella estaba escrito el nombre Nerón.

— Nerón aquí estas — Dijo al parecer el dueño del cachorro quien salió de entre los árboles haciendo menos ruido que su mascota.

¿Es tu cachorro? — Pregunto David.

— Así es, estábamos jugando y de pronto se ha apartado — Dijo mientras se acercaba al cachorro y le colocaba la correa.

— Es muy lindo — Dije mientras me reincorporaba y tomaba mis trozos de madera del suelo.

— Y valla susto que nos ha dado — Dijo Jonathan.

— Me disculpo con ustedes si Nerón les ha caudado algún inconveniente — Dijo el chico muy amablemente — Por cierto, me llamo Carlos.

— No tienes por qué disculparte Nerón solo nos ha dado un pequeño susto que no es para tanto, mi nombre es Abigail y ellos son David y Jonathan — Dije presentando a los chicos mientras Carlos nos extendía la mano.

— Es un placer — El chico era rubio, alto, ojos celestes como el cielo y de labios finos — ¿Están acampando por aquí? — Pregunto notando los trozos de madera que cargábamos.

— Así es, a unos cuantos metros — respondió David — Estamos con el grupo juvenil de la iglesia.

— Que bien, ¿De qué iglesia son?

— Hijos de Abba — Respondí — ¿También estas acampando?

— No, yo vivo en una cabaña de por acá.

— ¿Te gustaría unirte con nosotros a la actividad? — Pregunte.

Me encantaría — Dijo sin dudarlo.

De camino Carlos se ofreció a ayudarme con los trozos de madera que yo cargaba, pero con una condición que referí antes de aceptar, que era el llevar yo a Nerón entre brazos. Mientras íbamos de regreso Carlos nos contó un poco sobre él, nos dijo que la cabaña en la que vivía la heredo de su abuela, a pesar de que no pertenecía a un ministerio cristiano nos contó como desde pequeño su abuela le inculco los valores cristianos, también nos dijo que después de vario tiempo de trabajar en la montaña decidió ir a la universidad el año entrante, por lo que estos eran sus últimos meses en el lugar.

Cuando llegamos al punto de reunión mi sorpresa fue demasiado grande, les puedo asegurar que mi vista se ilumino, mi alegría resalto y me sonrojé como nunca al ver la presencia de Dani en el lugar, aun mas cuando aquel chico castaño de ojos claros hablaba muy cómodamente con Esteban y el Pastor quien nos acompañaba, así que mientras los chicos iban a dejar la madera a un lado, yo me dispuse a andar en dirección a Dani junto a Nerón.

Pero a quien tenemos por acá — Dije mientras Dani me mostraba una sonrisa jamás vista.

Quedándome en casa no hacía nada, así que decidimos venir — Dijo mientras note la presencia de Santiago y Carolina a quienes salude con un gran abrazo.

— Me alegra mucho que vinieran.

— Ay si — dijo Dani sarcásticamente mientras le di un empujoncito.

— Ya en serio, me alegra que vinieras — entonces cabecee nerviosa — digo que vinieran, todos.

— Bueno yo iré a ver cómo van los demás — Dijo Esteban.

 — Me alegra que los invitaras Abby — Me susurro el pastor antes de despedirse y retirarse a supervisar los demás preparativos. 

Dani no me apartaba la mirada y admito que yo tampoco, la conexión entre ambos era más intensa que la de hace varios días, incluso la energía que sentía era muy diferente a la de siempre, era como si estuviese viendo a un nuevo Daniel, lejos del dolor, lejos de la amargura, como si estuviese viendo a la verdadera persona que es, lejos de todas esas mascaras oscuras.

— Listo, David y Jonathan dijeron que se encargaran de la fogata — Dijo Carlos haciendo que tanto Dani como yo apartáramos la mirada, Nerón se inquietó ante la presencia de su amo y ladraba para que lo cargase, por lo que se lo entregue.

— Bien, eh Carlos te presento a Dani, Dani ..

— Él es Carlos — Dijo tensándose sin dejarme terminar la frase, ambos se tomaron de la mano y por un momento sentí algo extraño en el ambiente, de hecho era como si ambos tuvieran una mala impresión el uno del otro.

— Bien chicos acérquense — Indico el pastor — Sean todos y todas bienvenidos a esta maravillosa tarde, casi noche de fogata, espero que podamos divertirnos, hablar un poco de la palabra y convivir entre todos...

La noche trascurrió de lo más divertido, bajo el calor de la fogata comenzamos contando historias cristianas sobre personajes de la biblia como la del gran Job, así también jugamos al pato, pato, ganso, comimos malvaviscos asados y bebimos chocolate caliente, todo trascurría tan bien que no podía creer que tanto Dani, Santi, Caro, Sam y yo estuviéramos reunidos junto a los chicos de la iglesia bajo una misma sintonía, cuando hace varios días la situación era algo distinta.

Aunque la única cosa extraña durante toda nuestra noche de fogata eran los intercambios de miradas entre Dani y Carlos, mi felicidad era inmensa viendo una mayor interacción por parte de Dani, una interacción tan cercana que parecía no conocerlo y este nuevo Daniel Sáenz me encantaba por completo.

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