Let me go || Rafe Cameron

Capítulo 14

Rafe.

Después de que los pogues llegasen acompaño a Asher a su casa. Está bastante cabreado porque uno de ellos le ha golpeado y es mejor sacarle de la fiesta que mantenerle ahi, porque si no la pelea llegaría a algo mas.

—Espero que agradezcan que me has sacado de ahí, porque si no están muertos. —Grita enfadado.

—¡Ash, basta! Se la devolveremos, ¿si? Pero no ahora que esta Evie con ellos.

—Mierda... ve a buscarla y termina la fiesta. Me voy a la ducha.

—Esta bien.

Salgo de la casa para volver y no hay ni rastro de Evie y de los pogues. Pregunto a un par de amigos y me dicen en la dirección que se han ido.

Camino por la playa y veo dos figuras. Se puede escuchar una discusión y veo con mis propios ojos como el la toma fuerte del brazo. De manera intuitiva aumento el ritmo de mis pasos y sin que ellos se enteren voy donde ellos están.

—Para por favor, me haces daño. —Dice ella quejándose.

—Ev, quiero hablar. —Dice el pogue.

—Ha dicho que la sueltes.

Tras oir mis palabras ambos se paran en seco mirándome a mi. Él de mala manera suelta su brazo. Estiro de Evie y la llevo a mi espalda, y doy varios pasos hasta plantarme delante del rubio.

—Vete ya, o acabarás mal.

—Déjame hablar con ella.

—Ella no quiere. —Digo tajante. —Vete.

—Rafe. —Mi mirada se dirige hacia ella, aprieto mis puños. —No te alteres.

—Que se vaya.

—¿Sabéis que? Que si, me voy. —Dice JJ algo alterado.

—Genial. Que corra el aire o al final te pegaré. —Le grito.

—Te me has caído. —Dice señalando a Evie. —Has cambiado.

El se gira y ante su gesto desagradable, doy un paso hacia el y levanto mi puño pero antes de seguir Evie da un tirón de mi camiseta y me detengo.

Ella me mira disgustada, puedo notar como sus ojos se han cristalizado y sin decir nada se gira y camina por la playa en dirección a su casa. Mi mente se divide entre ir a golpear al pogue o ir a calmarla, y finalmente acabo haciendo esto.

—Podrías agradecérmelo.

—Rafe, déjame.

Pongo mis ojos en blanco y muerdo mi labio ante sus palabras. Maldita desagradecida.

—Evie.

Ella se para en medio de la arena y cuando me coloco a su lado veo como está llorando. Mierda, mierda gorda.

—¿Que ocurre? ¿Le golpeo?

—¡Que no golpees a nadie! —Suspira. —Ni me protejas, ¡no hagas nada! No eres mi padre.

—Evie.

—¡¿Qué?!

—Mira, me estoy conteniendo mucho pero te mereces que te mande a la mierda. —Me mira enfadada. —Solo quería ayudarte porque ese maldito pogue te estaba tratando muy mal, al igual que esta mañana.

—Yo también soy una pogue.

—Tu no eres como él.

—Claro que si, lo llevo siendo toda la vida.

—Lo que tu digas. —Contesto molesto. —Pero te ha tratado de pena, deberías pasar de el, no llorarle.

—La noche que te conocí me trataste de la misma manera ¿recuerdas? Y te di una oportunidad más.