Capítulo 47

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Evie.

Todo lo que ocurrió ayer con Rafe todavía me da vueltas en la cabeza. Siento como si mi corazón estuviera dividido en dos: una parte se siente reconfortada, esperanzada por ver a ese Rafe que conocí al principio, el que ha logrado que me sienta segura y querida. Pero la otra parte sigue cautelosa, temerosa de que todo esto sea solo temporal, una fachada para cubrir sus errores. Él prometió cambiar, y quiero creerlo, pero también sé que necesitaré algo más que palabras bonitas. Necesito acciones, pruebas de que realmente va a esforzarse por nosotras, por lo que tenemos.

Intento no pensar más en eso mientras me preparo para el día, pero es inútil. Cada vez que mi mente se desvía, vuelve a la misma conclusión: si Rafe quiere que estemos bien, debe demostrarlo. Yo estoy dispuesta a darle esta oportunidad, pero será la última.

Después de dar vueltas en mi habitación, me acuerdo del trato que hice con mi tía Amelia. Había insistido en acompañarla al viaje de negocios a las Bahamas, todo porque quería aprovechar esa oportunidad para estar con Rafe, para arreglar las cosas entre nosotros. Ahora, con él fuera del viaje, ya no tiene sentido para mí ir. No quiero pasar semanas rodeada de gente con la cabeza hecha un lío, pensando en él mientras está aquí, lidiando con sus propios problemas.

Me decido a buscar a Amelia por la casa. Sé que suele estar en su despacho a esta hora de la mañana, revisando contratos y preparando las reuniones del día. Respiro hondo y me dirijo hacia allí, tratando de reunir el valor para decirle que ya no quiero ir al viaje.

El despacho de Amelia es amplio y elegante, con estanterías llenas de libros que probablemente nunca ha tenido tiempo de leer, pero que le dan al lugar un aire de sofisticación. Cuando entro, la veo inclinada sobre un montón de documentos, con sus gafas de lectura puestas, concentrada en sus notas. La luz del sol entra por los ventanales, iluminando el escritorio de madera oscura y dándole a todo un aspecto cálido.

—Buenos días, Amelia. —Digo, intentando sonar relajada, aunque siento que mi voz tiembla un poco.

Amelia levanta la vista y me sonríe, dejando a un lado sus gafas.

—Evie, pasa. Justo estaba pensando en ti. ¿Qué ocurre?

Me acerco lentamente, sintiéndome como si estuviera caminando hacia una trampa.

Me aclaro la garganta antes de hablar. —Quería hablar contigo sobre el viaje a las Bahamas.

Amelia se relaja un poco en su silla y su expresión cambia a una de emoción. Parece aliviada de que haya sacado el tema.

—¡Ah, sí! —Dice con entusiasmo. —He estado organizando todo y, de hecho, tengo buenas noticias. —Hace una pausa, esperando mi reacción. —Conseguí que Ward aceptara que vinieras con nosotros. Al parecer Rafe no va a poder viajar y pensé que podrías usar su billete. —Me guiña un ojo, como si acabara de darme el mejor regalo del mundo. —Perfecto, ¿no?

Siento una punzada de culpa. Exactamente lo que no quería es estar lejos de Rafe, y parece que de una forma u otra el destino lo busca.

—Sobre eso... —Empiezo, buscando las palabras adecuadas. —Estuve pensando, y creo que ya no quiero ir.

La expresión de Amelia cambia en un instante. Pasa del entusiasmo a la confusión, y me mira como si estuviera hablando otro idioma.

—¿Por qué? —Pregunta, frunciendo el ceño. —Estabas tan emocionada por ir, Evie. ¿Qué ha pasado?

Me siento incómoda bajo su mirada, y mi mente busca desesperadamente una excusa convincente. No puedo simplemente decirle que mi único motivo para ir era Rafe.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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Let me go || Rafe CameronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora