Capítulo 40

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Evie.

Tras dormir profundamente y recuperar el sueño acumulado después del la noche tan larga que había pasado tras la fiesta me despierto sin ninguna preocupación ya que no debía volver a la Academia.

El calendario marca el inicio de las vacaciones, y agradezco no tener que volver al instituto por las próximas tres semanas. Me queda todo ese tiempo para dejar atrás lo que quizás algunos kooks vieron en el aparcamiento, pero no es tan fácil como lo imaginé. Sé que muchos nos vieron a Rafe y a mí marcharnos juntos después del baile, y los rumores deben estar corriendo por los pasillos, aunque prefiero no pensar en eso.

Me levanto de la cama, intentando sacudir la sensación de incomodidad, pero no pasa mucho tiempo antes de que mi teléfono vibre. Un mensaje de Sarah aparece en la pantalla.

"Voy para tu casa, tenemos que hablar."

Mi corazón se acelera y aunque sé que somos amigas, no puedo evitar sentir que esta conversación podría ir en una dirección que no quiero. Me ducho rápidamente, sin poder despegarme de ese nerviosismo. En cuanto me visto y bajo al salón, el timbre suena.

Abro la puerta y ahí está ella, con su cabello rubio peinado perfectamente, pero con una expresión seria que rara vez le veo.

—Tenemos que hablar, Evie. —Dice sin perder el tiempo.

Asiento y la sigo fuera de la casa, no quiero que nadie mas escuche la conversación. Caminamos juntas en silencio hacia la playa, donde el sonido de las olas nos envuelve. El viento frío nos golpea, pero no hago ningún esfuerzo por abrigarme más. La tensión en el aire es palpable.

—¿Por qué no me lo dijiste antes? —Rompe el silencio finalmente, su voz seria y directa.

—¿Lo de... Rafe? —Pregunto, en bajo y con miedo.

Sarah frunce el ceño, y por un segundo, temo que esté realmente enfadada conmigo. Pero luego, su expresión se relaja, y para mi sorpresa, estalla en carcajadas.

—¡Dios, Evie! —Exclama entre risas. — ¿En serio? ¿Tú y mi hermano? ¿Por qué no me dijiste antes que ibas a ser mi cuñada?

Mi boca se abre, incrédula. La tensión en mi pecho se desvanece de golpe, reemplazada por una oleada de alivio. No puedo evitar reírme también, aunque el nudo en mi garganta sigue presente.

—No quería decírtelo hasta estar segura. —Confieso, intentando mantener una sonrisa mientras el viento me despeina el cabello. —He tenido mis dudas. Había hablado con Asher, y él me dijo que Rafe... ya sabes, que era temperamental, explosivo... Me daba miedo que... no sé, que me estuviera usando solo por interés.

Sarah deja de reírse de golpe, su rostro ahora más serio mientras me escucha.

—Eso suena como algo que diría Asher. —Dice finalmente. —Pero si Rafe te ha demostrado lo contrario... entonces no tienes de qué preocuparte, ¿no?

Sus palabras me tranquilizan más de lo que esperaba. Asiento, aunque por dentro aún hay un eco de inseguridad.

—Sí... Rafe me ha demostrado que quiere cambiar. No es fácil para él, pero está haciendo un esfuerzo, y eso significa mucho para mí. —Me abrazo a mí misma, tratando de expresar lo que siento. —Quiero algo serio con él.

Sarah sonríe, genuinamente feliz por mí. Parece que la situación le da un respiro, pero de repente, su expresión cambia. Se queda callada, mirando al horizonte con un aire pensativo.

—Yo también he estado pensando mucho en mi relación. —Dice al fin, su tono suena más bajo. —Creo que voy a terminar con Topper por fin.

La miro, sorprendida.

—¿Por qué?

—No me siento del todo a gusto con él... —Admite con un suspiro. —No es malo, pero siento que no es para mí. Creo que quiero volver con alguien más... alguien del pasado.

—¿John B? —Pregunto, sabiendo a quién se refiere.

Sarah asiente con una sonrisa que revela una mezcla de nostalgia y decisión. Me siento feliz porque el es mi amigo y se que harán muy buena pareja.

—Sí, John B. Creo que aún siento algo por él. Y Topper, aunque es bueno conmigo, no me llena del todo. Ya sabes, quiero algo real.

Caminamos en silencio por la playa, procesando todo lo que acabamos de compartir. A medida que avanzamos, la figura del Pelícano Club aparece a lo lejos, destacando en la orilla. El sonido de los mástiles de los yates chocando con el viento resuena, y entonces noto algo familiar: la moto de Rafe aparcada afuera.

—Voy a entrar a hablar con tu hermano. —Le digo a Sarah, quien me sonríe y me da un abrazo rápido antes de despedirse.

—Ve tranquila. Yo me encargaré de lo mío. —Se aleja hacia el otro lado de la playa, probablemente ya pensando en cómo hablar con Topper.

Respiro hondo antes de entrar al Pelícano Club. El lugar está lleno de murmullos y risas ahogadas entre los miembros exclusivos del club. Los kooks. La clase alta de la isla, la gente que me recuerda constantemente que no soy una de ellos, aunque ahora viva en su mundo.

Busco a Rafe con la mirada, y lo encuentro en una mesa cerca del bar, hablando con Kelce y algunos otros chicos que reconozco vagamente. Me acerco en silencio, sin que se den cuenta de mi presencia, y entonces escucho la conversación.

—Te vimos irte anoche con la prima de Asher. —Dice Kelce, dándole una palmada en el hombro a Rafe. —¿Qué haces con una pogue, tío?

Mis pies se detienen de golpe. Un frío distinto al del invierno me recorre la espalda. El tono burlón de Kelce me hace querer desaparecer, pero no me muevo.

—Sí, ¿qué tal se siente estar con una chica del arrabal? —Agrega otro de los chicos, riéndose.

Mi corazón late con fuerza. Miro a Rafe, esperando que haga o diga algo para defenderme, para mostrar que eso no le importa, que soy más que mi pasado. Pero en lugar de eso, él se ríe junto a ellos.

Toma un largo trago de su bebida y, con una sonrisa forzada, dice: —No tengo nada con ella. Jamás caería tan bajo como con alguien del arrabal.

La sensación de calor y afecto que había sentido por él hasta hace segundos se evapora. Las palabras me golpean como un balde de agua fría, dejándome sin aire. No puedo creer lo que acabo de escuchar. Mi mente se queda en blanco, y lo único que siento es un dolor profundo en el pecho, una mezcla de traición e incredulidad.

Rafe no me ve. Sigue riendo con sus amigos, sin darse cuenta de que estoy a solo unos metros, escuchando todo. Me quedo quieta por un segundo, sin saber qué hacer, pero entonces algo en mí se endurece. No voy a quedarme aquí llorando. No delante de ellos.

Con determinación, me giro sobre mis talones y salgo del club sin hacer ruido. Camino rápido por la arena, mis ojos están ardiendo con lágrimas que me niego a dejar caer. Mi corazón está roto, pero no voy a permitir que me vean destrozada.

Lo que sentía por Rafe, lo que creía que teníamos... todo se ha desmoronado en un instante.

***
Hola a todos!!

Creo que necesito preguntarles esto, ¿como escritora soy mala al no darle un respiro a Evie y tenerla siempre en tensión y alti-bajos? Yo creo que si pero siento que es lo que la historia me pide 🥲

Además tenía ganas de introducir esta escena en la novela tras haberla visto en la cuarta temporada.

Comenten un 🔪 si creen que debo parar.

Let me go || Rafe CameronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora