Evie.
Hace días que no sé lo que es dormir bien. Cada vez que cierro los ojos, lo veo. A Rafe, mirándome con esos ojos que no me puedo sacar de la cabeza, diciéndome cosas que ya no sé si fueron reales o mentiras.
Quiero odiarlo. Dios, quiero hacerlo. Pero no puedo. Estoy destrozada por dentro y no encuentro la manera de reconstruirme. Me siento atrapada, como si estuviera viviendo en un bucle interminable de decepción y dolor.
Mi cama se siente enorme y vacía, más de lo habitual. Miro al techo, sintiendo la presión en el pecho, sabiendo que necesito sacarlo de mi mente, pero incapaz de hacerlo. Estoy rota, y aunque trato de seguir adelante, todo en mi vida me recuerda a él. Cada rincón de la isla, cada calle que recorrimos juntos, incluso la brisa marina que solía calmarme ahora me resulta opresiva.
Bajo a la cocina cuando Amelia ya está poniendo la mesa. Es la hora del almuerzo, pero no tengo hambre. Aun así, me siento, porque si no lo hago, ella me mirará con esa expresión preocupada de siempre. Asher está frente a mí, sirviéndose una enorme porción de comida, como si nada en el mundo le afectara.
—Chicos, tengo que contaros algo. —Dice Amelia, rompiendo el silencio mientras toma de su ensalada. —Dentro de unos dias me marcho a las Bahamas. Será por casi un mes. El proyecto de las residencias de lujo ha avanzado más rápido de lo que esperábamos, y necesitaré estar allí para coordinar todo. Los Cameron también estarán involucrados, así que será un trabajo muy importante para todos nosotros.
El apellido Cameron resuena en mi mente como una alarma. Me enderezo en la silla y cruzo una mirada con Asher, que levanta una ceja en señal de sorpresa. No esperaba esto. Todo mi cuerpo se tensa ante la idea de que Rafe también se marche. La posibilidad de que se vaya durante tanto tiempo sin que hayamos tenido una última conversación me asusta.
—¿Cómo que te vas? —Pregunta Asher, rompiendo el silencio que yo no puedo. Su tono suena preocupado, aunque también parece intentar mantener la calma. —¿Nos dejarás solos aquí tanto tiempo?
Amelia sonríe, pero en su rostro hay un cansancio que no había visto antes.
—Tengo que hacerlo. No es la primera vez que pasáis días solos con el servicio.
—Pero no un mes, mamá. —Dice Ash molesto.
—Este proyecto es crucial para la empresa. Las residencias que construiremos en las Bahamas serán un punto de referencia para futuras inversiones. La familia Cameron tiene un peso importante en la industria, y trabajar con ellos nos abrirá muchas puertas.
Intento concentrarme en lo que dice, pero mi mente está en otro lugar. Las palabras retumban en mi cabeza, y una sensación de urgencia empieza a formarse en mi pecho. No puedo dejar que se vaya sin decirle lo que realmente pienso. Aunque en verdad no sé si lo que pienso es bueno o malo.
Después de la comida, Asher y yo salimos al jardín. Necesito aire, pero no puedo escapar de mis pensamientos. Asher me mira con una expresión que no sé si es preocupación o simplemente curiosidad.
—¿Estás bien? —Me pregunta, aunque creo que ya sabe la respuesta.
—No. —Respondo de forma automática. No me molesto en mentir, no tiene sentido. —Es sobre Rafe...
Le digo lo que escuché en el Pelícano Club.
—Lo que dijo... sobre mí, sobre el arrabal. No puedo dejar de pensar en eso.
Asher me mira, sorprendido, como si no hubiera esperado que mencionara algo tan específico. Se queda en silencio un segundo antes de hablar.
—Evie, joder... No tenía ni idea. —Me mira, tratando de procesar lo que le acabo de decir.
—Puedes decir te lo dije. —Contesto y el ríe levemente.
—Rafe es... complicado. Pero no lo había visto tan mal en mucho tiempo. Yo... no lo defiendo, pero estoy casi seguro de que eso no es lo que realmente piensa. —Suspira. —Es solo que... es Rafe. Sabes cómo es cuando está con esa gente.
—Eso no lo hace menos doloroso —Respondo, con la voz rota.
—No, claro que no. —Admite. —Pero escúchame, no puedes dejar que se marche sin hablar con él. No puedes quedarte con eso dentro. Quizá no sea suficiente, pero al menos tendrás la paz de haber dicho lo que piensas.
—Está bien...
Lo pienso en silencio, mirando el horizonte. Tiene razón, pero la idea de enfrentarme a Rafe me aterra. Estoy enfadada, dolida, pero también estoy destrozada por dentro. Asher me mira con esa mezcla de preocupación y protección que últimamente intenta mostrar, aunque no lo consiga del todo.
—Es que sinceramente no sé que decirle. —Digo al fin. —Quiero gritarle y quiero odiarle pero jo puedo. Y quizás me derrumbe si lo veo.
—No lo sabes y no lo sabrás si no lo intentas —Me responde, encogiéndose de hombros. —Pero mejor saberlo que quedarte con la duda para siempre.
(...)
La tarde se desliza lentamente, como si el tiempo mismo estuviera atrapado en la tristeza que me envuelve. El peso de los días pasados me agobia. Mientras contemplo el atardecer a través de la ventana de mi habitación, un pensamiento repentino me cruza la mente: quizás, solo quizás, podría unirme a Amelia en su viaje a las Bahamas, eso me daría tiempo de hablar con Rafe.
Decido que necesito hablar con ella, así que bajo las escaleras y me dirijo a la cocina. La encuentro preparando algo, sumida en sus pensamientos. Amelia ha sido mi única familia desde que perdí a mis padres, y a pesar de que nuestra relación no siempre ha sido perfecta, sé que puede ayudarme.
—¿Amelia? —La llamo, sentándome en la mesa. Ella levanta la vista, con una expresión de sorpresa.
—¿Sí, cariño? ¿Qué sucede? —Me pregunta, secándose las manos con un paño.
—Quería preguntarte algo. —Digo intentando que mi voz suene casual, aunque mi corazón late con fuerza. —¿Puedo ir contigo a las Bahamas la próxima semana? Es solo una semana, y creo que sería una buena oportunidad para aprender más sobre el negocio y lo que haces.
Amelia frunce el ceño, claramente confusa. Puedo ver que no se lo espera.
—Evie, cariño, sabes que no puedo llevarte. Es un viaje de trabajo y va a ser bastante complicado.
—Pero estaré en vacaciones de invierno... —Insisto, sintiendo que estoy empezando a darme la esperanza que tanto necesito. —No tengo clases y sería una gran oportunidad para mí. Quiero aprender.
La miro fijamente, tratando de transmitirle cuán seria soy.
Ella se queda en silencio, pensativa, y eso me da una pequeña chispa de esperanza. Quizás hay algo más en juego, algo que puedo hacer para que esto funcione.
—¿Hay algo más que no me estás diciendo? —Me pregunta, levantando una ceja. Mi corazón se detiene un segundo.
—No, de verdad. Solo... quiero aprovechar esta oportunidad. —Niego con la cabeza, intentando que mi voz suene convincente.
Amelia me observa por un momento más, y finalmente suspira.
—Está bien, voy a consultarlo con los Cameron y veré qué puedo hacer. No prometo nada.
Mis esperanzas vuelven a encenderse. Esta podría ser mi oportunidad para estar cerca de Rafe, para aclarar las cosas entre nosotros. Tal vez, solo tal vez, aún hay una posibilidad.
Agradezco a Amelia, pero mientras salgo de la cocina, la ansiedad comienza a crecer en mi interior. ¿Y si esto no sale como espero? ¿Y si, al final, Rafe sigue sin quererme o sin escucharme?
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Let me go || Rafe Cameron
FanfictionTras la muerte de sus padres, Evie debe dejar su vida como pogue atrás. Ahora, su tutela pertenecerá a su tía materna, lo que la llevará a vivir en Figure Eight y por tanto alejarse de sus amigos. Sin embargo, ahora otra clase de personas aparecerán...