Capitulo 11

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GIORGIA

Talking to the Moon (Bruno Mars)

21 de agosto

3:33 a.m.

Camino con Pablo por las calles de Barcelona. Es de madrugada, el ha acabado el partido y me ha llevado a un Mc Donald's a cenar. El muy creativo.

–Vamos a ver. Como puedes pedirte un menú infantil – pregunta, extrañado

–Esta bueno. Además, tampoco hay gran diferencia con uno normal. Solo el juguete.

–Si, una barbie princesa.

–Yo quería la barbie hada – digo, algo apenada.

El se levanta de nuestra mesa y le miro, confusa.

–Ahora vuelvo.

Minutos más tarde, en los que me como mi Mcflurry tranquilamente, Pablo regresa.

–Toma – dice, entregándome la muñequita de barbie hada.

Sonrío, no me lo creo. Le abrazo y le beso en la mejilla.

–¿Solo un beso en la mejilla? – pregunta, algo apenado.

Niego y beso sus labios con delicadeza.

Estamos por el Passeig de Gràcia, en el cual no hay nadie. Llevamos casi dos horas haciéndonos todo tipo de preguntas.

–¿Como viniste a Barcelona? – pregunta Pablo, cruzando el paso de peatones.

–Mi tío y mi abuela ya vivían aquí cuando nosotros llegamos. Mi familia vivía en Milán, pero años después nos mudamos a Barcelona por problemas de salud de mi madre.

–Puedo preguntar que pasó? – pregunta, el, ahora algo apenado –. Si no te importa, claro.

Asiento.

–Le detectaron cáncer. Y en Barcelona estaba la mejor clínica de Europa. Y mi padre no se lo pensó, dejamos la casa de Milán y acabamos viviendo donde ahora. Fue un cambio difícil, no por el idioma, mi madre era española y ya sabia español, pero en cuanto a las amistades nunca fue fácil. Luego, casi dos años luchando contra la enfermedad, mi madre murió en el hospital.

–Lo siento mucho Giorgia.

Asiento.

–Gracias. Tenia diez años y apenas la recuerdo, pero Nicole me contaba muchas cosas de ella.

–El collar que te dio tu padre era suyo, ¿no? – pregunta.

Asiento de nuevo. Vemos un banco y nos sentamos allí.

– Mi padre no había tocado nada de mi madre en años. ¿Y tú qué? ¿Como acabaste aquí? – pregunto, intentando cambiar de tema.

La muerte de mi madre fue algo que me cambió la vida. Y no es algo de lo que me guste hablar mucho. Vivo con ello, porque algo así nunca lo terminas de superar, pero no es algo que me guste recordar. La herida seguirá siempre abierta, por muchas veces que intente cicatrizarla.

–Futbol. Entré en los equipos inferiores y acabé viviendo en la masía. Allí conocí a Ansu y a Nico. Además de Eric y Riqui, pero con ellos no coincidí hasta llevar unos cuantos años aquí. Pero el esfuerzo de dejar mi pueblo valió la pena. Ahora he cumplido mi sueño, juego en el primer equipo, y, además, he conocido a gente increíble aquí.

El suspira y yo no digo nada.

–Pero lo mejor de Barcelona has sido tú, Giorgia – dice, mirándome a los ojos.

ANGELO | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora