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Jk Abrió los ojos acostumbrándose a la luz suave del cuarto; su mirada se contrajo con una mueca al sentir el dolor en su pecho y espalda.

Leves flashes vinieron a su mente. Él aire faltaba y en ese instante recordó a la única persona que había amado sin darse cuenta.

—J-jimin!—balbuceó elevándose de la cama con su respiración agitada.

Jim-su y Hyuna miraban al menor respirar agitado, teniendo un ataque de ansiedad. Él blondo mayor contuvo sus palabras, cuando su hijo quito toda las agujas y guías que tenía en su cuerpo elevándose de la cama con su rostro lleno de lágrimas.

—Jk—susurró Hyuna, dando un paso.

JK cayó al piso con su cuerpo tembloroso. Sus vendas estaban rojas por las heridas abiertas. Apretaba tan fuerte su mandíbula en su llanto, qué el líquido rojo bajaba por su barbilla.

Jim-su tomó la mano de la morena cuando está quiso ayudar a su menor. Hyuna miró a su jefe mayor sintiendo su corazón dolido ante el dolor qué el hijo de los Jeon sentía.

—S-señor…él—intentó zafarse, pero Jim-su le dio una mirada que vasto para controlarla.

—déjalo—ordenó el mayor—Sal del cuarto—la menor asintió haciendo una reverencia. Jim-su observó a su hijo, el cual intentaba levantarse.

Caminó agachándose a la altura de su hijo ayudándolo a levantarse. JK tembló mirando a su padre; sus brazos débiles abrazaron el cuerpo de su mayor, sollozando como un niño. Jim-su apretó sus ojos Acariciando la espalda de su pequeño hijo.

Era solo un niño para él, tener dieciocho años apenas y vivir un infierno. Lo único que podía hacer era besar le frente de su hijo, apretando su corazón al escuchar sus llantos desgarradores.

—Aquí estoy cariño—susurraba acariciando el cabello destiñado del menor.

En la entrada todos estaban mirando la escena con diferentes emociones. Yoongi apretaba sus manos, el coraje que tenía era tan grande que inclusive las lágrimas salían de sus ojos. Hoseok miraba a su suegro en la sala, el cual estaba parado enfrente de la chimenea.

El fuego se movía con suavidad. Jungkook tenía su mirada tétrica, con su mandíbula apretada. Hoseok acariciaba los cabellos de Yeonjun.

—¿Papi, por que tío Kook está llorando?—preguntaba el menor. Hoseok solo podía besarlo en toda su carita calmando la angustia de su pequeño.

Jungkook se alejó de la chimenea, caminando lentamente en la gran sala, donde ya hacían sus hombres en reverencia. La sala estaba completa de ellos, los cuales estaban igual de impotentes que su mismo jefe.

Dahyun acarició su rostro; estaba pálida, con ojeras, parecía que por más que fuese buena en la red, no encontraba al blondo en ninguna parte. Jimin había desaparecido de la fas de la tierra, ni su cuerpo, ni una señal. Para todos Park Jimin había muerto.

Ye-Yi sonrió con suavidad apretando la mano de Hyujin. Su gemelo sonrió con debilidad, pues en la casa parecía a ver una penumbra de muerte y soledad. La joven de cabellos rubios, Miraba el techo con su pierna enyesada.  

JK parecía en trance, sin parpadear ni un segundo. Wook le analizaba, y parecía que el joven no reaccionaba a sus toques.

—sus heridas aún estás frescas, lo mejor sería que repose por algunas semanas. Si el hace algún movimiento pesado, las heridas podían abrirse como hace un instante, y podríamos perder sangre—dijo el doctor poniendo el catéter de nuevo en la vena del menor. Jim-su asintió sin dejar de acariciar el rostro de su hijo—vendré a verle en unas horas—dijo tomando la bandeja con algodón lleno de sangre.

Mi Novio Un Mafioso +18  (kookmin AU)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora