†30†

4.9K 416 31
                                    

Pisar de nuevo su casa fue algo nostálgico. JK dio una mirada a la sala, los muebles, incluso las escaleras. Todo parecía igual en lo más mínimo en detalles, pero Jeon no podía evitarlo, casi dos años fuera de su casa era maravilloso.

Jimin tenía diecinueve y él veintiuno, sus cumpleaños habían sido recompensados con su novio.

Era un adulto echo y derecho, tenía la libertad de tomar sus propias decisiones sin qué su padre doncel interfiera. Había pensado durante un tiempo vivir solo con él menor y  tener una vida fuera de todo.

Sin embargo, él pasado lo seguía, era inevitable.

Tenía miedo, ahora tenía una debilidad. Jimin era su mundo, su vida, él era la persona la cual moriría sin dudarlo; pero entonces...temía perderlo por sus enemigos. Jessi no era una aliada, aún seguían los roces de pelea entre ambas mafias. Namjoon lo había tenido informado sobre todo lo que pasaba durante su estadía en la clínica.

Kim le informó sobre las cargas de droga, sobre las alianzas con Wang, y sobre todo las amenazas que otras pandillas daban a la familia; a un a si, a él no le importaba nada de eso, pues su familia era demasiado temida para caer en débiles amenazas.

Ahora tenía un futuro, uno qué jamás había considerado, pues estaba consiente qué la muerte era su mano derecha, y en cualquier momento caería entre él enemigo.

-¿Estás seguro?-Dijo Jim-su con sus ojos decaído. Su hijo estaba frente a ellos con la mirada sería.

-¿No crees que todavía deberías descansar un poco más?-comento Jungkook. JK negó.

-e descansado casi dos años, ahora quiero tener una vida-ambos mayores se miraron.

-entiendo-vociferó el doncel-ahora se qué Jimin es parte de tu vida, más cuando está preñado-su sonrisa no parecía ser sarcástica era una sonrisa sincera hacía su hijo.

JK asintió sin quitar su mirada, pues tenía que ser firme antes sus padres.

Si, Jimin había notado la tripita ese día en la clínica, afortunadamente Wook no dudó en hacerle todos los análisis con un ginecólogo, su doctorado era general, pero habían ramas que el no podía tocar a pesar de ser un doctor calificado.

Park tenía un mes y dos semanas de embarazo.

La noticia llegó como agua fría para la familia, porque tener un bebé en la mansión Jeon era todo un reto. Cero sangre, Cero gritos de tortura, Cero palabras maldecidas, y lo más importante: mucho amor.

Parecía divertido, un poco ridículo, pero Jim-su daba todo el amor a sus hijos cuando cumplían cierta edad para matar. Yoongi solo tenía quince años cuando mato por primera ves.

Pero eso, es otra historia.


A diferencia de JK él fue él más frío. Jungkook sabía que su hijo era una copia exacta de él, desde el primer momento que lo cargo en sus brazos, sabía que su hijo llevaría su legado cuando era joven; claro que eso creía pues su sed de sangre y su mente enferma pensaba que su hijo sería el siguiente: Killer.

Tan pequeño, tan inocente con sus ojos enormes, un niño que no sería capaz de procesar una muerta tan fría y desgarradora. Jim-su no pudo hacer nada, su esposo lo había atado literal de la manos, pues Jungkook tenía esa obsesión con su hijo menor.

La llegada de Jennie fue un caos, la primera niña en la familia fue un tesoro, un oro para Jungkook, pues su princesa había nacido con el instinto de su progenitor. Jennie solo tenía trece años cuando saltaba en el charco de sangre, ella nunca sufrió trastornos, ella amaba escuchar los gritos y siempre hacía reír a su padre cuando esté elevaba su cuchillo lleno de sangre.

Mi Novio Un Mafioso +18  (kookmin AU)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora