𝐈. 𝐈𝐫𝐫𝐞𝐚𝐥 | 𝐂ap 5: «𝐂𝐚𝐊𝐢𝐧𝐚 𝐚 𝐜𝐚𝐬𝐚 (𝐩𝐭.𝐈𝐈)»

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Y ahí estaban, caminando en dirección a uno de los grandes edificios de las decoradas y relucientes calles de la zona. Un chico de quince y un pequeño niño caminando por una zona tranquila y pacífica.


La calle se veía no tan vacía en ese entonces, pero el día se estaba haciendo juego con los árboles de la zona, anaranjados con raíces oscuras. Estaba atardeciendo y eso le encantaba a Jay, quien por si no fuera poco para él, presenciaba uno de los momentos más lindos de su aún joven vida. Uno que nunca olvidará.

Andaba de la mano con un tierno angelito que lograba hacerlo sentir una bonita nostalgia ante todo su alrededor.

Los árboles le recordaban a cuando caminaba a su escuela primaria cuando este vivía lejos de su ciudad natal. El cielo lo hacía recordar a cuando se subía a los juegos de un parque y fingía estar en la cima de un edificio. Todo se volvía diferente cuando se trataba de este adorable niño. Lo hacía recordar a varios momentos de su infancia que lo enternecían tanto, la extrañaba. Y esto se volvía un recuerdo perdido en sus pensamientos.

El pequeño pareciera tener un poder especial que hacía que Jay se sintiera de nuevo parte de una vida plena y simple, pero alegre.

Con todo el problema de su familia, su ex y sus estudios, no lo dejaban ni inclinarse a tomar un poco de aire. Siempre las mismas excusas, siempre los mismos elogios y siempre los mismos problemas; ya estaba harto de seguir viviendo de esta manera.

Pero no tenía más opciones que aceptarlo y seguir su vida como era. Sentía que ya había crecido tanto como para volverse un adulto y tener que pagar cuentas mientras bebía tazas de café para mantenerse activo luego de tantas horas de trabajar en la misma mierda. Carajo, incluso suena como uno.

Su mente se despejó en un instante cuando escuchó lo que parecía ser la voz del niño quien estaba a su lado, sosteniendo su mano con algo de firmeza y empatía.

ㅡYa casi llegamos ㅡafirmó.

Jay volvió a respirar el aire fresco y ciertamente puro de aquella zona de la ciudad. Algo raro pero entendible ya que había una plaza cerca, con muchos árboles y naturaleza.

ㅡ¿Cuánto nos falta? ㅡindagó. Mientras miraba con ternura al menor.

ㅡSolo unos edificios más y llegaremos a mi departamento ㅡindicó a la par de lucir cierta seriedad fingida. Jay sonrío ante la actitud que este tomó de repente.

Jay dudaba si seguir hablando pero el pequeño se adelantó.

ㅡ¿Y cuántos años tienes? ㅡdivagó el menor.

ㅡTengo quince años.

ㅡ¡¿Quince?! ㅡexclamó sorprendidoㅡ. Creí que tenías diecisiete, te ves mayor de edad como para estar en secundaria. Yo tengo nueve años.

𝐓𝐄 𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐑𝐄̂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora