𝐈𝐈. 𝐑𝐮𝐦𝐨𝐫𝐞𝐬 | 𝐂ap 11: «𝐋𝐚 𝐞𝐧𝐟𝐞𝐫𝐦𝐞𝐫𝐚 𝐇𝐲𝐞»

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ㅡ¿Me repites que fue lo que ocurrió cariño?

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ㅡ¿Me repites que fue lo que ocurrió cariño?

La enfermera ponía con extrema suavidad y cautela el algodón remojado en alcohol sobre el pómulo derecho del castaño, su hematoma se encontraba malherido con pequeños raspones.

El niño que la enfermera atendía solo se mantuvo en silencio. No había escuchado lo que la señorita había dicho debido al inquietante recuerdo.

ㅡ¿Jungwon? ㅡla mujer llamó la atención del menorㅡ. ¿Me estás escuchando?

Jungwon la miró con extrañeza y procedió a negar con la cabeza. La enfermera suspiró y habló con más cuidado repitiendo la pregunta del principio.

ㅡMe caí ㅡafirmó el menor desviando la mirada nuevamente al suelo.

ㅡ¿Seguro? -El castaño asintióㅡ. Entonces supongo que tendré que llamar a tu mamá para que te venga a recogerㅡ. Jungwon abrió los ojos como platos y miró fijamente a la enfermera. Notando cómo esta mantenía un rostro serio.

ㅡNo, por favor, señorita Hye ㅡla enfermera miró con brazos cruzados a Jungwon, viendo como formó con sus labios un pucheroㅡ. No llame a mí mamá, ella no debe saberlo.

La señorita Hye, una mujer de veinte años de edad, se consideraba como una persona calma y cariñosa. Atender a los niños cuando estos se lastimában para luego ser ella quien sanara sus heridas mientras le sonríen cuando les entregaban un dulce era lo que más le agradaba de su trabajo.

Entre tantos niños que atendía, Jungwon se había vuelto como un cliente frecuente a la enfermería. Desde que este entró a la escuela en segundo de primaria, ya pasado dos años, visitaba algunas veces la sala.

Hye, cada que el menor cruzaba la puerta, sentía una vibra pesada. Las pobres y pesadas energías que emitía el pequeño al entrar se podían sentir por todo el lugar. Claro que el ambiente cambiaba cuando abrían temas de conversación fuera del tema.

En pocas palabras, la enfermera Hye conocía lo suficiente al pequeño con solo saber sus gustos y pasatiempos. También sus bajas debilidades, un buen ejemplo serían sus padres.

Por ese motivo Jungwon se tranquilizó un tanto cuando esta esbozó una encantadora sonrisa y pasó su mano sobre el liso cabello esponjoso del más bajo.

ㅡDe acuerdo, pero necesito que dejes de "tropezar" de esta forma. Podrías ocasionarte una herida más profunda y eso enserio preocuparía tanto a tu madre como a mí ㅡdijo mientras alejaba el algodón ahora lleno de sangre del pómulo del menor.

Jungwon se apresuró en solo asentir. La enfermera Hye podía verla como una persona de fiar, no solo por ser la única persona que sabía de sus "accidentes", sino también por ser una persona calificada como confiable y amigable para Jungwon.

ㅡGracias.

ㅡSiempre estaré a la orden corazón ㅡtomó una paleta del tarro sobre el escritorio y se lo entregó al castaño-. Pero recuerda Jungwonnie, nada de estar tocando la herida ¿Ok?

El menor tomó la paleta de fresa, volvió a asentir y agradecer. Con eso se despidió de la mujer. Sin mencionar que esta última aún seguía preocupada por la salud de Jungwon.

Ella sabía que algo andaba mal, pero no podía hacer mucho al respecto. Y aunque la entristecía, de todas maneras sabía que debía enfocarse en su trabajo.

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Jungwon se dirigió fuera de su escuela donde, como especulaba, estaba vacío.

Ya todos los niños se fueron y solo quedaba él. Normalmente, el año pasado, Sunoo estaría frente a él. Sonriéndole, tan lindo como solía hacer. Ahora mismo debe estar empezando la secundaria.

Solo llegó a conocerlo por dos meses. Cuando empezaron las vacaciones de diciembre, se despidió de él, este le prometió que nunca lo olvidará, aunque, para Jungwon, esto puede ser mentira. Pero, incluso hoy en día. Tampoco deja de pensar en él. Simplemente no puede olvidar ese atractivo brillo que se traía.

Saber que ahora esta situación, estando solo, antes lo hubiera puesto triste, ahora, era muy diferente; desde que Jay le prometió que lo acompañaría todos los días hasta su hogar, la hora de salida se había vuelto mucho más relajante y divertida para los grandes ojos de Jungwon.

Para matar el tiempo comenzó a navegar en el mar profundo de su mente hasta llegar a las aguas tranquilas de lindas memorias. Varios buenos momentos que pasó con Jay cuando apenas iban comenzando las primeras semanas desde el acuerdo.

El día en el que todo comenzó. Un 13 de octubre del 2008. Fue el primer lugar donde decidió sumergirse y recobrar el recuerdo como si fuera una película reproduciéndose solo en su cabeza.

Por fuera solo jugaba con sus dedos y miraba a la nada. Por dentro veía uno de los pensamientos más felices de su aún joven vida. El pensar que Jay lo había visto tiempo atrás y luego el recuerdo recobrado le hizo pensar en una posible probabilidad.

¿Todo el tiempo habrá sido el destino?

Un pensamiento probablemente pasajero en su mente pudo haber sido la respuesta que de verdad buscaba entre esos recuerdos.

Decidió solo ignorarlo e ir investigando otros recuerdos similares.

La vez en que Jay se resbaló por algunas hojas de árbol escurridizas que estaban en la acera. Se sigue riendo de eso hoy en día.

Y tanta es la gracia, que se le escapó una risa. Se arrepintió de inmediato al  sentir la punzada en su pómulo.

O quizá la vez en que Jungwon por poco deja caer una pequeña maqueta para un trabajo, de no ser por Jay, quien se apresuró en agarrarla. Pero, aunque lo haya hecho, de todas maneras unos cuadernos suyos cayeron en un charco de agua sucia.

Graciosos recuerdos le hicieron sonreír, ignorando el dolor cerca de su mejilla derecha. De verdad que le agrada Jay, es gracioso y buena persona.

De repente pensó nuevamente.

Quizá el niño que me topé en el baño lo hubiera sido también.

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☼︎@Dnxx2808_

𝐓𝐄 𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐑𝐄̂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora