❝Aunque los años pasen, siempre estaré a tu lado...❞
Jay cree que Jungwon es un ángel debido a una tonta teoría de su amigo Jake.
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Un día Park Jongseon (Jay), un chico de en su momento 15 años, decide pasar...
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Ya todo se había solucionado, todo estaba en orden, todo estaba como era antes. O eso es lo que todos creían, habían dos noticias el día de hoy. Una buena y otra mala.
La buena era que Felix, el técnico de computadoras, había eliminado el archivo de la página. La mala es que ciertas cosas permanecen hasta cierto tiempo. Y pasado solo un día las cosas no habían cambiado en nada, solo habían dudas entre los estudiantes sobre quién borró el rumor.
Pero había una noticia mala extra, una la cual solo Jay podía sufrir con la idea de siempre tenerla en mente. Quizá no haber ido un día a recoger a Jungwon no fue tan malo como creía, pero el sentimiento de culpa lo seguía hasta la hora de salida.
Ignorando todos los comentarios de la multitud, caminó, exhausto, a la salida y en lugar de ir a paso lento, su caminar se apresuró, pues ya habían pasado unos treinta minutos desde las tres en punto.
Jay maldecía en su interior al profesor de artes por alargar la hora de clase unos treinta minutos más solo hablando acerca de su vida personal que nadie preguntó en ningún momento por ella.
Tanto como maldecía, también rezaba de que el pequeño castaño aún estuviera en ese lugar que tanto frecuentaba estar. Caminaba exaltado y desesperado, no quería imaginarse cual sería la cara que pondría Jungwon al verlo, seguro estaría más que decepcionado.
¿Qué le diré cuando lo vea?¿Ahora sí va a querer golpearme en la cara?
Esa pregunta lo perjudicó durante todo el camino.
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Supongo que esta vez tampoco vendrá. Igual que ayer...
Jungwon se encontraba parado frente a las escaleras que frecuentaba sentarse y esperar, pero por hoy, la espera que se hacía cada vez más larga. Normalmente el tiempo hubiera pasado rápido en todo el transcurso de esperar a Jay e irse juntos hasta su departamento. Ahora todo era diferente.
Desde que ayer vió con sus propios ojos como Jay estaba con unos dos chicos, que él no conocía de nada, y se detuvieron para luego dar vuelta. En ese momento varias cosas se le vinieron a la mente en un mismo momento.
¿Estará protegiéndome?
¿Estará ocultándome?
¿Estará evitándome?
No importaba cuales fueran, lo que más dolía era saber que ese día Jay había roto su promesa. Jungwon dudaba en serio sí quizá Jay ya se había cansado de estar con él y sí ya no era alguien de confiar.
Ese día quiso llorar, pero contuvo las ganas hasta llegar a casa él solo y abrirse por completo en la suavidad de su almohada que poco a poco se tornaba húmeda en el lugar donde las gruesas lágrimas caían.
