❝Aunque los años pasen, siempre estaré a tu lado...❞
Jay cree que Jungwon es un ángel debido a una tonta teoría de su amigo Jake.
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Un día Park Jongseon (Jay), un chico de en su momento 15 años, decide pasar...
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Una delicada brisa revoloteaba por los alrededores de los árboles, la mayoría de estos se decoraban con hojas verdes y naranjas. Poco a poco el otoño se aproximaba. ¿Qué mejor que eso?
Tal vez la presencia de un niño con cabello esponjoso y ojos ámbar lo hubiera hecho mejor que esa mismísima estación.
Ya pasó una semana entera desde que Jay no lo ve y eso lo abrumaba demasiado, siempre su mente estaba ahí para ilusionarlo cada que cruzara por esa escuela primaria. Era fastidioso.
Aunque nunca estaría seguro de su existencia de todas maneras es un recuerdo que no podía olvidar, y no se culpa mucho a sí mismo, ese niño podía tener la respuesta a las incontables teorías que el mayor se encargó de crear a lo largo de la semana. Necesitaba ver a ese niño, tenía que comprobar si era o no un ángel. No quería darle la razón a Jake, oh, claro que no.
Se le hacía muy raro pensar de esa manera. Aunque se había mentalizado que no era lo que suponía; no, Jay no estaba enamorado ni obsesionado ni nada por el estilo. Solo era un impulso por admiración, se sentía atraído por sus teorías.
Ya estaba pasando por el mismo camino que conocía perfectamente, uno el cual siempre recordará si la presencia que vió ese día nunca apareciera de nuevo.
Que más grande casualidad sería si este día tuviera suerte de verlo otra vez, si fuera así empezaría a pellizcarse hasta convencerse de que no estaría soñando.
Su mirada fija en el mismo lugar de cada día. Nada aún.
¿Por cuánto más tiempo iba a durar esto?
Las esperanzas se perdían poco a poco hasta que no quedara ninguna gota de estas. Chasqueó su lengua, frustrado, ya estaba harto de convencerse a sí mismo que algún día se iba a encontrar con aquel «ángel», de seguro se lo habrá imaginado todo, no hacía falta darle tantas vueltas al asunto. Suspiró, rendido.
ㅡSerá mejor que me olvide de esto ㅡse dijo, acomodando su mochila y volviendo a caminarㅡ. Igual y ni quería confirmar si ví un ángel, eso es algo completamente ridículo.
ㅡ¿Ángel?
Sus ojos se abrieron como platos y su corazón recibió una punzada por la más grande impresión que alguna vez tuvo en su vida.
Ahí estaba él, sentado, mirándole fijamente; se veía algo desolado y en cierta forma... Irreal. ¿Esto está pasando en serio? Jay sentía la más grande felicidad al verlo, algo que nunca había experimentado en su vida. Pues, efectivamente, sus ojos eran de un anaranjado color ámbar.
El pequeño se sintió observado, se sonrojó al sentir su mirada fija en la suya que volteó nuevamente su cabeza a su posición anterior. Pensó que escuchó mal. Jay notó esto y decidió disculparse lo más rápido posible para que el pequeño castaño no malinterpretára la situación.