𝐈. 𝐈𝐫𝐫𝐞𝐚𝐥 | 𝐂ap 1: «¿𝐚́𝐧𝐠𝐞𝐥?»

310 28 5
                                        

ㅡ¡Te digo yo que sí existe! ㅡexclamó el primer chico, llamando la atención de todos los estudiantes en la biblioteca

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ㅡ¡Te digo yo que sí existe! ㅡexclamó el primer chico, llamando la atención de todos los estudiantes en la biblioteca.

ㅡBaja la voz ㅡpidió el segundo, cansado. Inclinando su asiento hacia atrás; llevando ambas manos por detrás de su nuca, suspiróㅡ. Supongo que ya es hora de irnos. ¿Puedes dejar de leer ese libro?

ㅡSi supuestamente encuentras todo tipo de información real en los libros, ¿entonces cómo me vas a negar... ㅡpasó las páginas tan deprisa que parecía un abanico de hojas blancasㅡ. Esto? ㅡalzó su libro abierto frente a todo su semblante y citóㅡ. «Según estudios: las personas con iris ámbar son ángeles encubiertos» Y yo confirmo que tiene razón, nunca he visto a alguien con ese color de ojos.

ㅡPrimero, esos estudios parecen hechos por un friki que solo quería aparecer en un artículo y tener quince minutos de fama. Y segundo, pues es normal que no hayas visto a alguien con eso, no está en nuestra genética.

ㅡ¿Podemos dejar de hablar de estos temas y concentrarnos de verdad?  ㅡhabló el tercer chico que estaba en esa mesa, debajo de un atareado cuaderno. Acomodó los lentes sobre su tabique y se dirigió algo molestoㅡ. No todos los libros que leas deben ser ciertos, Jake.

El australiano aguó sus ojos y buscó defenderse, enfrentándose a la profunda y oscura mirada del castaño con valentía.

ㅡ¿Ah, si, Jay? Entonces sí no es cierto, ¿por qué alguien escribiría algo así? Debe ser que haya visto a uno en la vida real ㅡexcusó, bajando su tono conforme iba avanzando la charla.

ㅡLas personas tienen algo llamado libre albedrío, ¿no? ㅡcomentó el chico pelinegro, quien terminaba de guardar sus pertenencias con flojera. Jake se aferró a su libro.

ㅡYo si creo que es real. Tu opinión no me hará cambiar de idea, Park Sunghoon.

ㅡY yo prefiero creer en la ciencia. Esas son solo teorías, no es algo real. Será mejor irnos.

Los tres chicos salieron del lugar sin soltar aquel curioso tema. Jay no paraba de pensar cómo era posible que su amigo se creyera esas cosas; de verdad, no había cambiado nada desde la primaria. A mitad del transcurso, como de costumbre, separaron sus caminos y cada quien fue a lo suyo.

Las hojas caen, cambian su gama de colores naturales, y la mayoría de los árboles que ellas adornaban están quedando escasos. El otoño se aproxima y Jay adora eso. Sentir como el abrumador clima del verano se dispersa del ambiente y algo de brisa fría lo refresca. Una sensación muy placentera.

¿Existirá algo mejor que esta estación del año?

Quedará poco para que las vacaciones de invierno den su anuncio en su colegio y dejar a todos esos alumnos salir a despejar sus mentes. No lo malinterpreten, Jay ama el verano y la primavera. Pero prefiere saltarse todas las estresantes clases de una vez y dejar las tareas atrás.

𝐓𝐄 𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐑𝐄̂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora