𝐈𝐈. 𝐑𝐮𝐊𝐚𝐫𝐞𝐬 | 𝐂ap 2: «𝐏𝐚𝐝𝐫𝐞𝐬»

110 17 0
                                    

Domingo,03:10 pm

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Domingo,
03:10 pm.

Jay se encontraba estudiando sobre el escritorio de su cuarto, no usaba sus auriculares debido a que su madre estaba en la misma habitación junto con su hermano menor. Los cuales ambos no dejaban de hacer un tanto de ruido el cual interrumpía bastante a Jay.

ㅡRiki, no te muevas mucho ㅡordenó nuevamente su madre mientras acomodaba el pequeño listón de su hijo.

ㅡ¡No lo ajustes mucho, mamá!, luego no voy a poder respirar ㅡreclamó el pequeño pelinegro mientras intentaba mantenerse quieto, pero en realidad quería escapar de ahí. Su madre gruñó enojada.

ㅡSi no te quedas quieto voy a cancelar tu fiesta ㅡexclamó la mujer ya algo frustrada.

ㅡ¡No, no, mami, por favor! ㅡsuplico con un puchero.

La madre suspiró rendida al intentar hacer el pequeño nudo por décima vez, comenzó a rezar corta y rápidamente en voz baja hasta que volvió a ver los ojos cristalizados de su hijo menor. Eso la entristeció un tanto.

Miró esta vez a su hijo mayor y al ver cómo este estaba tan concentrado en su tarea tuvo la maravillosa idea de interrumpirlo a mitad de su trabajo.

ㅡJay, ¿Podrías hacerme un favor y hacerle este nudo al listón de Riki? ㅡdijo en aclamación completamente rendida hacia su hijo.

Jay levantó su mirada algo frustrado por haberlo interrumpido en su trabajo. Al voltear su madre lo miró con esa superioridad que ya conocía perfectamente, es la que usa cuando algo tiene que hacerce si o si.

Suspiró agobiado y se levantó de su silla para dirigirse hasta su hermano menor.

Su madre yacía ida de la habitación, se dirigió hasta abajo de las escaleras y fue a la cocina. Donde comenzó a preparar el pastel de cumpleaños de Riki, su fiesta se celebrará un día lunes, sería pronto. Tan solo quedaba un día.

Mientras tanto en el piso de arriba las cosas iban un tanto descontroladas.

ㅡCálmate un poco, Riki ㅡtrató de consolar Jay a su hermanito a la par de intentar atar el nudo del listón negro por debajo de su cuello.

El pequeño no dejaba de sollozar, lo que su madre le había dicho en serio le dolió. No quería quedarse sin fiesta de cumpleaños, ya le había dicho a sus amigos y no quería quedar en ridículo frente a ellos. No, no de nuevo.

Jay intentaba mantenerlo en calma para que se hiciera más fácil para ambos, pero el pequeño no hacía caso. Y como culparlo, la verdad estaba quedándose sin esperanzas.

Jay volvía a repetir una y otra vez que debía dejar de llorar, pero era como decirle a un estómago que dejara de digerir. Simplemente imposible.

El menor no pudo más y comenzó a llorar desesperadamente.

𝐓𝐄 𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐑𝐄̂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora