𝐈. 𝐈𝐫𝐫𝐞𝐚𝐥 | 𝐂ap 3: «𝐑𝐞𝐬𝐜𝐚𝐭𝐞»

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De nuevo, va a llegar tarde

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De nuevo, va a llegar tarde...


Jugaba con los dedos de sus manos y mantenía la cabeza baja, sus rodillas contra su pecho tratando de calmarlo para no alterar ciertas punzadas de dolor que este sufría.

Ya todos los otros niños habían dejado la escuela para ir a sus casas, o bueno todos los niños a excepción de si mismo. Esperaba sentado en un lado de las escaleras de la entrada de su instituto, mientras solo podía respirar el algo frío aire que había ese día, ya el otoño estaba esperando para tornar las hojas de un color anaranjado y decorar los hermosos árboles que habían al rededor.

El pequeño niño solo se mantenía inmóvil en la misma posición, no quería levantarse para nada, lo que menos quería ese día era volver a casa caminando como las otras pocas veces que esto ocurría. Su madre aún estaba en el turno del mediodía en su trabajo, algo que aquel niño podría presentir con obviedad.

No había de otra.

Con mucho cuidado se levantó de las escaleras sintiendo al segundo una dolorosa punzada en su costilla izquierda, cerró los ojos con fuerza y ahogó un grito provocando un sonido nasal, se incorporó nuevamente tomando una profunda respiración.

Ya esto era cosa de todos los días, parpadeó varias veces para espantar las lágrimas que el dolor en su pecho causaba y comenzó su caminar por la acera.

Mantenía su cabeza baja, la brisa de aquel lindo día no lo despejaba de ningún pensamiento, al contrario, su cabeza empezó a llover de varios los cuales la mayoría eran preguntas para sí mismo.

¿Por qué todos los días se volvían una especie de ciclo?

¿Acaso estoy atrapado en un bucle como en esa película?

¿Cuál era su nombre?

No lo recuerdo muy bien...

Igual eso no importa mucho ahora.

Él sabía que las cosas que le ocurrían seguido podrían ser por cualquier cosa que él habría hecho, algo tuvo que hacer para que varias malas cosas hayan pasado.

Pero no entendía cuáles podrían ser, todos los días hacía sus tareas, lavaba los trastes, ayudaba mucho en la casa, nunca le hizo daño a nadie. (A excepción de tal vez aquellos juguetes que lanzaba al aire para fingir que volaban, pero siempre terminaban cayendo y rompiéndose), puede que sea eso.

¿Debería disculparse por eso?. No, no era tan tonto como para hacer aquello.

Suspiró. Varías cosas que le sucedían no eran en realidad algo que el karma estuviera haciéndole a él, no era un tipo de venganza por parte de el destino.

Pero el pequeño niño no entendía eso aún y lo hacía sentir inferior ante cualquiera, no podía contar nada de esto a su madre o a su padre, el último siempre le regañaba por decir dichas cosas. Siempre le decía que eso ocurría porque era muy débil, nunca paraba de recordárselo.

𝐓𝐄 𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐑𝐄̂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora