Capítulo 9☀

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Mi día comenzó con normalidad, fui a mi armario a buscar mi vestido más sensual y elegante, sé que mi chica lo agradecerá enormemente, junto a mis tacones negros inseparables.

Tengo una adicción a los vestidos y a las faldas lo admito, Cristina dice que me veo irresistible y mis caderas y mi trasero se ven irresistibles, y eso que ella es heterosexual, no quiero ni pensar siendo lesbiana ya se hubiera acostado conmigo por todos esos comentarios subidos de tono. Si causo ese efecto en ella no quiero ver el efecto que tendré en esa morena.

Me duché rápidamente, me maquillé y solo resalté mis labios en un tono rojo carmín, bajé a preparar mi desayuno, normalmente desayuno muy poco, por eso me encantan esos cafés que Ámber me lleva a mi oficina con pastel.

Al salir, tomé mi gabardina, mis llaves y el abrigo que me prestó ayer, le rocié un poco de mi perfume quería que me tuviera en mente todo el día. Tan solo debía esperar a que llegara a mi oficina para que terminara de alegrar mí mañana.

Amanecí con una emoción desconocida que invadía mi cuerpo, no estaba esa necesidad de quedarme en mi cama, esa emoción se debía a que vería a la mujer más linda y maravillosa del mundo.

Tomé un pantalón jeans, y una blusa abrigadora esperando que Alicia me lleve mi abrigo sino moriré de frío. Es complicado encontrar algo adecuado para vestirte cuando tienes el brazo enyesado. Tomé un poco de café con una tostada de camino pasaría por mi trabajo a comprar una rosa para esa linda chica y un café en la cafetería que descubrí que le gusta. Me encanta levantarme temprano para ir caminado a la facultad a pasar por café y pastel.

Muero por verla de nuevo, ahora con una perspectiva completamente diferente, ya conozco a la verdadera Alicia, una mujer brillante, divertida y apasionada porque ese beso vaya que me calentó, me fue casi imposible no ver hacia abajo cuando la tuve a horcajadas sobre mí. Será toda una linda aventura conocernos poco a poco.

Llegué a la facultad con una pequeña sonrisa, estudiantes como compañeros de trabajo me miraban de una manera extraña, no sé si por mi pequeña sonrosa, mi vestido sexy o el otro abrigo en mi brazo.

Entré a la sala de profesores, donde algunos estaban tomando café o firmando su entrada, saludé a varios de ellos hasta que mi mejor amiga me sacó a empujones de ahí y me llevó a mi oficina.

-Amiga eres una Diosa completa, mírate estás demasiado preciosa el día de hoy te ves radiante querida. Te veo diferente, tus ojos brillan y me encanta verte sonreír.

-Crees que me veo bien, no es muy sensual, Cris depende de cómo cruce la pierna casi se me ve la braga, lo noté en el auto. Creo que es demasiado –hablé nerviosa.

-Cállate, esa chica entrará por esa puerta y te devorará con la mirada y devorará tus labios también. Amiga para mí quieres ahorrarte el tiempo de quitarse la ropa, eres muy caliente.

-Ya que dices beso, me fascinó nuestro beso. Sus labios carnosos encajaron a la perfección con los míos. Cristina no sé si podré contenerme cada vez que la vea.

-Ey calma, debes de contenerte aquí y en el salón, se pueden besar no importa pero solo acá Alicia. Si quieren tener sexo o cenar que sea en casa de alguna; no la puedes exponer a tan poco tiempo, mantén tus manos quietas y deja que se gradúe.

-No me voy a acostar con ella mañana Cris, no es la idea somos adultas no adolescentes. De pasar a una relación hasta que tenga su título universitario, hasta ese momento seguimos siendo amigas y cómplices.

-No me vengas con eso Alicia, estás enamorada tienes tus hormonas a mil, una sesión de besos candentes y te vienes. Has las cosas bien por ti y por ella, no quiero que te lastimen.

-Lo haré, ve tengo cosas que hacer. Te quiero.

Pasé por el café de mi chica y unas galletitas de canela, el camino fue tranquilo pero muy ventoso, iba muriendo de frío. Llegué a la facultad y fui a buscarla a su oficina, de camino me encontré con su amiga que me sonrió y me saludó. Llamé a la puerta y esperé hasta que escuché un suave adelante. Entré y estaba revisando unos documentos, levantó la vista hasta que cerré la puerta.

-Buenos días mi chica bonita –la saludé.

-Ámber cielo hola, ¿Cómo estás? –me acerqué a ella.

-La verdad muriendo de frío, pero te traje café, galletitas y una rosa para verte sonreír y sonrojarte. Pero mírate, hoy estás deslumbrante me encanta tanto verte feliz y sonriendo. Ese vestido hace verte más irresistible de lo que eres -La abracé suavemente y dejé un beso en su cabello.

-Dios eres de lo que no hay, eres la mejor, no hay duda, te gusta en serio. Pero creo que sí, sube tus ojos y deja de verme el trasero. Gracias por la rosa, eres adorable, me encantan las galletitas -La tomé en mis brazos y dejé mi cabeza en su cuello.

-No es mi culpa que te hayas puesto un vestido tan sexy y me provoques, matarás a más de uno, esa abertura es peligrosa profesora, lo incita a pesar -Pasé lentamente mi mano por su pierna desnuda hasta el final de su apertura, soltó un jadeo.

-Si sigues haciendo eso mi café se enfriará y debemos ir lento recuerda, falta poco mi cielo podemos resistir.

-De acuerdo, pero no me negarás un beso, con eso me conformo.

-Solo uno debes ir a clases.-La tomé de su cintura y la besé apasionadamente, su mano acariciaba mi espalda hasta mi trasero que apretó con fuerza, hizo que soltara un gemido en su boca.

-Me fascinas en serio, iré a mi clase Sarah debe de estar ahí. Te quiero bonita de mi vida, disfruta tu desayuno- dejé un pequeño beso en sus labios que felizmente correspondido.

-Ven déjame limpiarte, tienes labial por toda la cara, cuídate hablamos luego cielo –me sentía enamorada.

Gracias por sus lindos comentarios y su apoyo, no saben cuánto se los agradezco, los quiero💕💕

Amor en el OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora