Capítulo 18☀

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Estamos en el centro comercial buscando un atuendo adecuado para nuestra graduación que es en tan solo 3 días, pueden creerlo. Yo quiero algo sencillo, ya sea un vestido o algo parecido a un traje; en cambio Sarah desea deslumbrar a todos, ella es preciosa.

Yo soy sencilla y de poco maquillaje, me arreglaré en casa con ayuda de mi mamá. Entramos a una tienda donde habían vestidos hermosos en su aparador pero no eran los que andaba buscando, en cambio, Sarah se probó uno en color vino con escote corte corazón que le quedó precioso, un vestido hasta la altura de la rodilla, un talle de reloj de arena, quedó enamorada y no dudó en comprarlo, al menos ella ya tenía algo.

Fuimos a tomar un helado para continuar buscando algo para mí, mi idea era un traje o algo similar pero no tan formal o ejecutivo.

No quiero ni pensar en cómo llegará Alicia vestida, estoy segura que nos hará suspirar con su hermosura y la verdad quiero deslumbrarla. Quiero verme diferente ante sus ojos.

Entré a una tienda y encontré todo lo que buscaba, un saco un poco largo color gris claro que me quedó perfecto, compré también una blusa blanca básica de manga corta y un pantalón negro de vestir, me encantó como quedó mi outfit, unos tacones rojos y listo. Sé que mi mamá me reclamará, pero no quiero algo cargado y estar cómoda en la cena en casa.

Llegué agotada a mi departamento, dejé las bolsas en el sofá y fui a prepararme un café cargado porque lo necesitaba con urgencia, cuando recibí una llamada de mi chica.

-Hola cielo ¿Cómo te fue? –hablé emocionada.

-Hola mi amor, vengo llegando a casa, me estoy preparando un café y tu ¿Cómo estás? –sonreía como una tonta, ella me hace ser así.

-Extrañándote como siempre cielo, pero solo 3 días y toda la espera acabará, muero por saber cómo llegarás –todo lo que viste le queda hermoso, es que Ámber es una princesa.

-Y yo a ti, falta poco mi amor, solo 3 días y seremos solo tú y yo. Eso será sorpresa espero que te guste. Y tú, me matarás cuando llegues, recuerda que tenemos la cena con mis padres.

-Seguro que así será cielo. Claro que lo recuerdo, no puedo usar algo muy provocador, pero podemos celebrar en mi casa luego ¿Qué dices? –esperaba que le gustara mi pequeña sorpresa.

-Me encanta ¿Dónde firmo señorita? –dije divertida.

-Idiota, ten un poco de seriedad Ámber. Compraré vino, te dejo para que disfrutes tu café, hablamos pronto cielo.

-Tu idiota recuérdalo. Gracias mi amor, cuídate.

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Estábamos en el salón de actos a pocos minutos de comenzar la ceremonia de graduación, todos nuestros compañeros y amigos se veían guapísimos, Sarah y yo nos tomamos demasiadas fotos. Nuestras familias estaban atrás esperando, habíamos visto a varios profesores y se veían estupendos, logramos tener una buena amistad con todos ellos. Yo aprendí demasiado de ellos, no solo de su asignatura, sino, de ellos como personas. Estaba tan ansiosa por recibir mi título y hacer realidad una relación que viene construyéndose hace 4 meses.

Sarah me golpeó el hombro para sacarme de mi profunda ensoñación para susurrarme que Alicia ya había llegado y que se veía muy guapa más de lo normal; yo con cero disimulo la volví a ver pero estaba conversando con otro profesor. Sarah tenía razón, se veía preciosa, un pantalón blanco de vestir a juego con una blusa roja manga larga y tacones rojos, su cabello castaño en pequeñas ondas y su impecable e inseparable labial rojo, toda una belleza es lo que puedo decir de ella. Alicia es fascinante.

Comenzó la ceremonia con unas palabras de felicitaciones del decano y pidió a varios profesores para que entregaran los títulos entre ellos Alicia y Cristina; mi amiga estaba demasiado ansiosa, sus manos temblaban. Comenzaron a llamar a cada uno de nosotros y llegó el turno de Sarah, tuvo la suerte de que le entregara el título Alicia, volvió a su asiento y me abrazó con fuerza y le limpié con cuidado unas lágrimas de su rostro para no arruinar su maquillaje.

A los pocos minutos fue mi turno, esta vez me lo entregó Cristina y me susurró en mi oído un suave

-Has a mi amiga feliz y cuídala mucho por favor. Felicidades –y un pequeño abrazo. Alicia me dedicó una sonrisa cargada de amor y orgullo que sus ojitos brillaban de ilusión.

Corrí a abrazar a mi amiga, tantos años de estudio habían finalizado, ahora a ejercer nuestra profesión, a mis 24 años me sentía tan orgullosa de mí como nunca antes, mis lágrimas y el apoyo incondicional de mis papás, el de Sarah y Alicia no abandoné mi sueño y ahora es toda una linda realidad. 

Amor en el OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora