Me siento muy ansiosa por conocer el hogar de Ámber y por supuesto estoy nerviosa por la cena de esta noche.
Llegué a mi casa a eso de las 5:30 p.m. busqué en mi armario un vestido adecuado para la cena, algo sexy y al mismo tiempo discreto. Encontré un lindo vestido rojo liso hasta la rodilla con un escote en V bastante provocativo. Dejé todo listo para tomar un baño relajante y nada más salir a prepararme. El baño ayudó bastante y me relajó, tuve un día bastante ocupado, revisar documentos, notas de mis estudiantes... definitivamente no quiero volver a tener a mi cargo un grupo, es agotador.
Busqué lencería sexy, no pasará nada pero por si acaso es mejor estar lista. Me vestí y comencé con lo más simple para mí, el maquillaje, no soy de esas mujeres que duran hasta 3 horas preparándose, yo no, resalté mis ojos con un pequeño delineado dorado y rímel y mis labios en un rojo carmín. Mis tacones rojos y mi cartera, estaba lista, tan solo debía esperar unos minutos para llegar puntual a su departamento.
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Llegué a mi casa a las 6:00 p.m. espero tener todo listo antes de que Alicia llegara. Dejé el vino en la mesa, guardé el helado y comencé a calentar el agua, espero que Dios no me traicione con el tiempo. Mientras mi pasta se cocinaba, corrí a darme un pequeño baño y prepararme, había elegido una falda negra con una blusa color gris con pequeños brillitos y unos tacones, espero asombrar a Alicia, no es usual que me vista de esta manera, soy fan #1 de los jeans y zapatos cómodos. Me preparé en tiempo récord, corrí a la cocina a terminar de preparar mi relleno, ya eran las 7:20 p.m. nunca en mi vida había cocinado tan rápido, antes de las 8:00 p.m. tenía mi pequeña mesa lista, solo faltaba mi chica. Fue una cena en tiempo récord, no quiero hacer esto de nuevo.
Puse un poco de música y Alicia llegó puntual. A veces no sé si la puntualidad sea algo bueno. Abrí la puerta con una enorme sonrisa en mi rostro.
-Buenas noches señorita Lambert, bienvenida a mi humilde hogar –la dejé pasar.
-Buenas noches para ti también cielo, huele delicioso –dejé un suave beso en sus labios –hoy soy yo la que debe decirte que estás y te ves preciosa, mírate te ves divina, esa falda marca tu trasero de una manera increíble, entiendo por qué no puedes resistirte al mío.
-Sabemos que tú eres la preciosa aquí, agradezco tu cumplido, quería verme diferente para ti. Pero tú no te quedas atrás, ese vestido te hace ver perfecta. Puedes tocar mi trasero o donde quieras, no tengo problema con ello –dije descaradamente, acariciando su cintura.
-Tengo tu permiso pero me controlaré, quieres que te ayude con algo –dije para cambiar de tema.
-Si gustas puedes servir el vino, mientras yo sirvo la cena, espero que te guste y la disfrutes.
-Huele delicioso, estoy segura que sabrá mucho mejor –dije sonriente.
Colocamos todo sobre la mesa, la ayudé con su silla y nos sentamos a cenar. Estaba expectante por la reacción de Alicia, tenía miedo de que no le gustara mi comida. Tomó un pequeño bocado de la cena y soltó un pequeño gemido de satisfacción. Un escalofrío recorrió mi espalda al escuchar ese sonido.
-Alicia, Dios no hagas eso ¿Te gusta la cena?
-Cielo, puedo comer esto todos los días si me lo preparas tú, está delicioso –hablé emocionada.
-Estoy tan feliz de que te guste bonita. En su momento lo prepararé en tu casa.
-Prometo que lo haremos en mi casa y me enseñarás a preparar esta delicia.
La cena transcurrió entre risas y anécdotas sobre nuestras vidas. Tuve que quitarle la copa de vino a Alicia, debe conducir no la pondré en peligro.
-Alicia ya no más por favor, debes conducir y no puedes poner tu vida en peligro.
-Eres aburrida, pero tienes razón. Vamos a lavar esto, te ayudaré.
Lavamos todo rápidamente y fuimos a la sala a ver una película. Vimos un poco de televisión hasta que Alicia comenzó a besarme el cuello. Al inicio fueron besos cortos, su mano comenzó a recorrer mi pierna hasta que tuve que detenerla.
-Detente por favor, cuando lo hagamos será delicioso, pero ahora no, bonita.
-¿Por qué? Yo quiero, tú quieres ¿Qué hay de malo?
-Estás un poco borracha y mañana te avergonzarás de esto. Lo que hay de malo es que eres mi profesora aún.
-No crees que es excitante, puedes decir que te cogiste a la frívola profesora y la hiciste gozar y gritar, lo haremos en mi despacho cuando te haya dado tu trabajo final, cúmpleme al menos esa fantasía mientras soy tu profesora.
-Alicia cálmate. Para mí no eres así. Te iré a preparar un café.
Definitivamente necesita un café y yo un poco de aire, la deseo y la quiero. No quiero que suceda si está un poco ebria. Terminé de preparar su café y lo llevé a la sala. Se veía distante y un poco asustada.
-Toma tu café, te ayudará a bajar el alcohol en tu sistema –le ofrecí amablemente.
-Ámber lo siento. No quería presionarte o asustarte. Te quiero mucho, no solo quiero sexo contigo, quiero todo contigo. Pero lo de mi fantasía es real, lo quiero.
-Calma bonita. Sé que no quieres solo eso. El alcohol está hablando por ti. Bébete esto y te hará sentir bien –besé su cabello –todo está bien y está muy tentador tu oferta de tu y yo en tu oficina.
Poco menos de dos horas después estaba despidiendo a mi bella profesora, el café le ayudó enormemente.
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Al llegar a casa, pasé directamente a mi habitación, me sentía completamente agotada. Me metí a mi cama y me dejé llevar. No me importó el maquillaje ni el vestido.
Al despertar recordé la noche anterior, me sentí avergonzada y sentí que ofendí a Ámber. Me preparé rápidamente, debía de arreglar lo que hice de alguna manera. Pasé a la floristería donde trabaja para encargar un bello ramo de flores para ella, le pedí a Luz que lo enviara a la universidad, con una pequeña nota de disculpas.
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Llegué a la facultad minutos antes de mi primera clase, olvidé poner mi alarma, corrí para llegar a tiempo, ahora es casi prohibido faltar a clases. Sarah me hizo un interrogatorio por mis ojeras de mapache y llegar tarde, mi excusa fue el trabajo.
El profesor estaba dictando su clase cuando llaman a la puerta, un mensajero con un enorme ramo de flores en sus manos, el profesor se acercó a él y me llamó.
-Señorita Morúa, vaya enamorado tiene usted.
Recogí el ramo llena de vergüenza, tomé la nota y la guardé para que Sarah no se enterara. Volví a mi asiento sonrojada y mi amiga me hizo otro interrogatorio.
A los pocos minutos me llegó un mensaje de mi chica preguntándome si me había gustado el gesto. Esperé al receso para ir a verla y agradecerle.
Al entrar a su despacho la tomé entre mis brazos y me la comí a besos, fue hermoso.
-Quería disculparme por lo de ayer, me pasé contigo –la miré avergonzada.
-Déjate de disculparte, nadie puede resistirse a esta belleza –le acariciaba su cadera suavemente.
-Idiota, mi bella idiota. Te adoro –besé su nariz.
-Y yo te adoro demasiado, eres demasiado linda y detallista –la abracé con fuerza, quería demostrarle que de verdad la quiero y me encanta todo lo que hace por mí –simplemente me tienes loca profesora.
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Amor en el Otoño
RomancePodrá surgir el amor entre la sexy profesora Lambert y una de sus mejores estudiantes. El otoño será capaz de unir a estas dos chicas. Una cerrada al amor con un pasado doloroso y la otra centrada en su estudio. Acompáñame a vivir esta nueva aventu...