Capítulo 3☀

686 52 0
                                    

Llegué a la facultad con todas mis emociones y pensamientos al límite, aparqué en mi sitio habitual y me tomé un minuto para relajarme y despejar un poco mi mente, fue mucho para tan poco tiempo; enterarme del accidente de Ámber, conocer a sus padres y esa carga de admiración y amor por mí.

Bajé de mi auto y caminé lentamente hasta la oficina del decano para hablarle de su estado de salud, me ofreció tomar asiento y le comenté lo que sabía y que me había ofrecido amablemente a pasarle los apuntes, él me dijo que no había problema alguno; me despedí y salí para continuar con mi jornada. De camino me encontré con Cristina mi mejor amiga desde que comencé a trabajar en esta universidad.

-Amiga qué te pasó en la mañana, me asustaste, por cierto las pruebas están en tu oficina- se veía preocupada, algo que no es normal en ella.

-Cris, tú sabes ¿quién es Ámber no? ella tuvo un accidente camino acá y sus padres llamaron para avisar y como su tutora tuve que ir, hace poco llegué. Gracias por aplicar el examen.

-Claro que sé quién es, es una joven adorable y simpática ¿Está bien? Pero debería de preguntártelo a ti, te ves terrible amiga, hace mucho no te veo así. Por cierto, con todo gusto.

-Te parece que vayamos a mi oficina no es correcto hablar de esto en el pasillo- caminé hacia mi oficina.

-Qué estás ocultando francesa loca y hermosa, tú no te andas con suspensos raros. Vamos, necesito un café.

Llegamos a mi despacho y dejé bolso al lado de la pequeña pila de papeles que tendría que revisar al llegar a casa y le comencé a preparar el café a mi amiga, esperé cinco minutos y estaba listo.

-Ahora sí Alicia Lambert qué le ocultas a tu mejor amiga, sabes que puedes contarme todo y nunca te juzgaré. Ven siéntate y cuéntame- me senté a su lado y la abracé con fuerza y deje mi cabeza en su cuello.

-Estoy aterrada Cris; estoy enamorada o eso creo. Pero no es correcto en lo absoluto, sabes que yo me alejé del amor hace mucho no solo por el daño emocional sino por todo lo que vino después.

-Cariño, me llena de alegría e ilusión que sientas esas maripositas en tu estómago después de tanto dolor, pero dime ¿por qué no es correcto? Cuando se ama no hay nada imposible o incorrecto, solo déjate llevar por ese bello sentimiento-le aseguré.

-En nuestra profesión lo es y no solo es el trabajo, es la edad y algo más que me sobrepasa y tengo miedo de cometer los mismos errores que antes. No lo soportaría de nuevo y mis padres tampoco-dije temerosa.

-Me estas confundiendo Alicia, me estás diciendo que estás "enamorada" de un estudiante ¿en serio?-me lo suponía hace bastante tiempo.

-Me dijiste que no me juzgarías Cristina, pero sí me gusta un estudiante pero no es cualquiera, es increíble y me encanta, sabes que es lo que más me aterra, ser correspondida porque estoy segura que así es.

-Alicia he estado en tus mejores y perores momentos te conozco eres mi hermanita. Sin embargo, ahora te doy como consejo que luches por ese amor que sientes hacia ella, a mí ni me engañas querida, Ámber te quiere y mucho lo he visto y sé que tú la adoras, esos ojitos cafés hace años no brillan por alguien. Si es un amor puro y sincero sabrán cómo llevar una relación. No te digo que corras y le digas, pero sí ir preparando el terreno y eso significa que tienes que hablarle de tu pasado, explicarle esas marcas en tus brazos, contarle tus fantasmas. Y recuerda amiga ella debe de tener sus miedos e inseguridades no solo debes de pensar en ti si realmente quieres algo- escuchar esas palabras tan sinceras y ciertas me descolocó por completo, pero es verdad, si quiero algo serio debo de decirle y contarle mi doloso pasado.

-No sé qué hice bien para tenerte como amiga y confidente. Solo puedo decirte gracias por tus palabras, pero qué pensará la gente, mis papás, sus padres y sus amigos. Hay mucho en qué pensar y si conoce mi historia y se rinde-esa era mi principal preocupación.

-No me vengas con eso Alicia, conozco tus amantes o al menos pequeños detalles sexuales y me has dejado claro que te acuestas con hombres y mujeres. Eres una adulta que ha cometido miles de errores, pero si hablas con ella lo va a entender y tus padres no debes de preocuparte, te aman y lo único que desean es verte feliz, inténtalo tienes tiempo de pensar las cosas hasta que ella vuelva.

-Lo haré te lo prometo. Hablaré con ella cuando vuelva, le prometí un helado para ponernos al día y debo pasarle los apuntes de la clase.

-Eres su amiga sabrás como decirle, pero sé por tu mirada que existe algo más que una amistad no es así.

-Así es, muchas veces almorzamos juntas, nos tomamos un café aquí o en la cafetería. En esos momentos me siento libre y tranquila, ella ha logrado derrumbar todo lo que construí para protegerme.

-Eso te hace sentir el amor, libertad, seguridad, valentía y confianza. Lucha por tu felicidad y deja el pasado donde debe estar, atrás.

-Cris de verdad te adoro. No sé qué haría sin ti, ahora estaría muerta sin tu ayuda. Gracias por ser mi pilar y mi confidente-la abracé como hace mucho no lo hacía y lloré durante varios minutos dejé salir mis miedos, frustración, preocupaciones y mi dolor más profundo.

-Ahora mi lindo solecito levanta la cabeza, limpia esas lágrimas y demuéstrales a tus alumnos quien es Alicia la mujer que impone poder y al mismo tiempo sensualidad. Eres maravillosa-tomé su rostro y limpié las pocas lágrimas que aún estaban en su rostro.

Después de esa charla tan profunda y liberadora me dirigía a impartir mi clase de tutoría con el grupo de Ámber, al llegar encontré su espacio vacío y sentí una pequeña punzada en el corazón. Dicté mi clase con normalidad, hice unas pequeñas anotaciones en mi cuaderno para enviárselos a mi niña al llegar a casa. Desde que comencé a trabajar tengo un diario donde escribo todo lo que imparto en mis clases y los tengo acomodados en mi pequeña biblioteca en mi casa, pero falta un año, el año en el que mi vida cambió por completo.

Amor en el OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora