Capítulo 13 ☀

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Alisté mi pequeño bolso con mi ropa, mi pijama y ropa interior para ir a casa de Alicia, los días se me hicieron infinitos. Ya es sábado, me levanté más temprano de lo normal para llegar a las 8:00 a.m. a casa de Alicia. Tomé un taxi porque el autobús no pasa pronto. La llamé de camino para avisarle que iba de camino.

Fue un recorrido de 15 minutos aproximadamente. Me encanta la zona donde vive, es una zona residencial bastante costosa. Está rodeado de árboles y naturaleza. Toqué suavemente la puerta de su hogar y escuché un voy. En menos de 1 minuto la tenía frente a mí en un pijama color negro corto, el short dejaba ver sus contorneadas piernas.

-Buenos días profesora sexy –la abracé.

-Buenos días para ti también, ven entra y ponte cómoda porque no saldrás de aquí hasta mañana en la noche.

-Mmm me retendrá en su casa profesora, es muy interesante saber que vamos a hacer hasta mañana. Te ves divina hasta en pijama, eres muy cruel porque elegiste el pijama más corto que tienes.

-Vamos a desayunar ahorita, cocinar juntas, ver películas, tal vez una rica cena con vino tinto y bailar. ¿Te parece el plan? –hablé ilusionada.

-Me parece, te propongo algo, podemos pasar todo el día en pijama –besé sus labios y tomé con fuerza su cintura para profundizar el beso.

-Podemos pasar en pijama hoy y mañana si lo deseas. No sabes cuánto deseo que mis amaneceres sean así, en pijama con besos tiernos y apasionados. Por cierto debemos llamar a mis padres a las 11:00 a.m. allá serán las 7:00 p.m. odio la diferencia horaria.

-Excelente me cambiaré para ayudarte con el desayuno. Yo quiero eso y mucho más bonita. Cuando quieras llamarlos está bien para mí.

-Claro ve a cambiarte, voy a alistar todo. Te espero en la cocina.

Agradecí que mi pijama fuera un poco sexy, es un short corto negro y una blusa manga larga de satén plateado. Me cambié rápidamente para ayudarla. Este fin de semana va a ser muy importante en nuestra relación, ser nosotras mismas. Haré todo lo que esté a mi alcance para mantener mis manos quietas, será complicado pero aún no es el momento. Dos meses más y haremos lo que queramos.

Desayunamos juntas en una pequeña mesita que tiene vista a su jardín, que por cierto tiene piscina, está rodeada de pequeños arbustos, pero el otoño no es tiempo para trajes de baño. Fue un desayuno delicioso, en definitiva de las dos, Alicia es la que cocina mejor.

-Sabes, amo tu casa. Me parece tan tú, ya sabes tienes ese toque elegante, misterioso pero al mismo tiempo se siente la ternura y el amor. Es tan tu – tomé su mano y la besé.

-Me lo dijiste la otra vez. Cuando te fuiste lo detallé y tienes razón, estaba tan cerrada en ese caparazón que no lo había notado. Y ya no siento esta casa con esa energía tan pesada.

Quiero jugar contigo a unas preguntas, te parece en la biblioteca. Te advierto que hay unas un poco jugosas- le guiñé el ojo.

-Jugaré a lo que tú quieras ahora y siempre. No me da pena hablar de sexo o de temas sexuales o de lo que quieras. Te conozco lo suficiente y sé que a ti tampoco - la miré de manera sexy.

-No me da pena, todos tenemos sexo, que hay de malo en ello. Vamos, el premio son besos. Así matamos tiempo para llamar a mis padres y libero tensión.

-¿Cómo se llaman tus padres?-me habla de ellos pero no conozco sus nombres, soy una mala investigadora.

Nos levantamos y dejamos los platos sucios en el lavavajillas. Me tomó de la mano y me llevó a la biblioteca.

-Ven siéntate –toqué la alfombra- mis padres se llaman Agnes y Marcus. Son muy amables, espero que me entiendan.

-Seguro lo harán bonita, eres una mujer merecedora de amor y si debo de hablar con ellos lo haré –le aseguré, no quiero que sus propios padres la lastimen.

-Eres la mejor, ahora las preguntas ¿Cómo te gusta hacerlo?

-Empezamos fuerte. Me gusta apasionado y al mismo tiempo salvaje.

En pocas palabras las preguntas eran mayormente de un índole sexual no me molestó, en lo absoluto, aprendí mucho de sus gustos. Y me excitó mucho escucharla hablar de sexo tan libremente. El tiempo se pasó muy rápido, ya era hora de llamar a sus padres.

-Cielo es hora, pondré el teléfono en altavoz –estaba nerviosa por lo que podía pasar.

-Hola mi amor ¿Cómo va todo?

-Hola mamá, papá está contigo, debo de decirles algo importante.

-Sí mi amor, aquí está.

-Salut ma Jolie fille

-Hola papá, hablemos español por favor. Quiero decirles que estoy enamorada después de tantos años –Ámber me abrazó suavemente- espero que entiendan y acepten lo que les voy a decir. Es una mujer de 24 años que me tiene profundamente enamorada y me hace feliz.

-Alicia, estamos sorprendidos y al mismo tiempo tan felices, no importa que sea una chica o que sea menor que tú, si te hizo creer de nuevo en el amor esa joven es increíble mi vida –habló mi madre emocionada.

-Mi cielo, mi pequeña Alicia, hace tanto no te escuchaba tan feliz y emocionada. Es algo serio porque no eres abierta en ese tema.

-Papá, es muy importante para mí decirles esto. No es una simple aventura. Ella me hace feliz.

Así transcurrió la conversación entre risas y comentarios bonitos hacia mí.

Nuestro día transcurrió muy tranquilo, almorzamos pizza no queríamos cocinar y pedimos pizza. Alicia es como una niña pequeña se emociona hasta con una pizza. Esas cositas simples son las que la hacen tan linda y especial. Pasamos la tarde viendo televisión y caricaturas, abrazadas con una manta calentita encima. Hasta que era hora de preparar la cena.

-Ven mi cielo, vamos a cocinar algo delicioso –le tendí la mano para levantarla.

-Vamos, pero qué vamos a preparar. Porque deliciosa estás tú –le apreté su trasero.

-No comiences algo que no puedas continuar. Debemos esperar, lo deseo demasiado pero aún no. Cuando eso suceda será increíble te lo prometo. Prepararemos salmón a la plancha con verduras salteadas.

-Bien, mantendré mis manos fuera de su trasero, vamos a preparar ese salmón.

Mientras Alicia se encargaba del pescado, yo corté y piqué las verduras. Además hice una pequeña ensalada. Soy fan de las ensaladas.

Fue una experiencia increíble cocinar con Alicia, ella es divertida, cuidadosa, sabe cómo hacerme reír con cualquier tontería. Mientras cocinaba concentrada dejaba pequeños besos en su cara y su cuello. Hasta que me tomó en sus brazos y me besó profundamente hasta dejarme sin aliento. Mientras todo se terminaba de cocinar, preparé la mesa cuidadosamente.

De la cocina salía un olor delicioso. Sin duda Alicia hace magia en la cocina. Sirvió la cena y el vino en nuestras copas, el primer bocado de nuestra cena fue delicioso.

-Que mi madre no se entere, pero esto es lo más delicioso que he comido –dije feliz.

-Me siento alagada entonces, me alegro que te haya gustado, tus verduras están excelente también y ni hablar de la ensalada.

Nos bebimos toda la botella de vino mientras cenábamos, la conversación, la comida y la compañía fue lo mejor. Mientras dejé los platos, Alicia puso un poco de música suave.

-Mi cielo, me permite un baile –le tendí la mano que aceptó gustosa.

-Los que quieras preciosa.

Nos dejamos llevar por la suave melodía, nuestros cuerpos encajaban a la perfección, su suave respiración en mi cuello, sus manos tibias me guiaban el baile. Ese ha sido nuestro momento más romántico.

La diferencia de altura era notable, Alicia mide 1.60 cm cuando yo mido 1.66 cm me parece adorable.

-Ámber me odiarás, pero tengo sueño, ese vino fue demasiado para mí.

-Vamos a dormir bonita, me siento un poco mareada también.

-Te tengo preparada tu habitación, muero por dormir contigo, pero no podré controlarme y menos estando ebria.

-Tranquila, habrá tiempo para eso –me llevó hasta el cuarto de invitados y se despidió de mí con un fuerte abrazo y un beso de buenas noches. 

Amor en el OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora