Mi Posesivo Profesor

Capítulo 5

"Nunca antes se fijó en una chica que considera demasiado inocente, jamás se imaginó deseando a una chica menor que él con tanta obsesión, y jamás creyó estar con una de esas niñas, jamás creyó que el sexo con alguien inexperto podría ser tan excitante y satisfactorio.

Tras mirar y profundizar en sus ojos celestes, sonrió y se deleitó con aquel cuerpo delgado y poco desarrollado. Quizás no tiene un cuerpo voluptuoso como a él le gusta, pero es el mejor que ha visto en toda su vida y es el primero que lo pone como a un idiota.

Sus manos recorrieron cada rincón de su cuerpo y amó sentir las vibraciones en el y los espasmos que la sacude cada vez que toca una zona sensible. Su humedad luce deliciosa, pero aún no la probará, no cuando lo único que desea es follársela duro.

Penny miró aquel cuerpo musculoso y bien trabajado, ella simplemente no puede evitar querer caer más en esa tentación que nubla por completo su juicio y humedece sin fin su entre piernas.

—Juro que si ahora...— Ebrain la miró a los ojos demostrando la necesidad que siente por ella —... te beso o te pruebo con solo mi lengua— suspiró cuando sus manos llegaron a su entrepierna, se detuvo a centímetros de su feminidad y cerró los ojos con fuerza por aquella fuerza que lo está dominando en descontrol —voy a destrozarte, Penny— abrió los ojos —tengo una maldita necesidad obsesiva por ti que si llego a... maldita sea, si llego a poner mi estúpida boca en tu piel no me abstendré de macar lo que me pertenece— Penny gimió por escucharlo de esa manera, él lucha contra sus instintos, pero ni aun así aquella posesividad puede ser ocultada. Lo miró a los ojos, esos ojos que ahora siendo mayor, los está soñando de manera inapropiada, siempre la miraron como si la protegiera, ahora la ven como si fuera una droga especial para su sistema.

—Yo...— su voz baja e inocente enloqueció un poco más a Ebrain. Todo eso lo asustó demasiado, parece un pervertido que no puede dejar esos bajos instintos de lado.

—Piensa muy bien en lo que dirás— habló antes de que ella pudiera continuar —no podría contenerme si de tu boca sale algo que me haga perder el poco control que tengo sobre mi cuerpo y mis acciones— la respiración de Penny y el deseo que ella siente por ese hombre es tan extremos que no es capaz de negarse, ella realmente lo desea aun cuando él es el señor promiscuidad.

—Mírame— le pidió y Ebrain apartó la mirada de su sexo y miró sus ojos —mi piel quema... mi alma está inquieta y todo mi cuerpo tiembla sin control alguno, cada átomo de mi cuerpo desea experimentar esto que tú me harás. Mi mente no puede pensar más allá de ser poseída por ti— el corazón de Ebrain sincronizó con su polla por primera vez y eso fue como si su vida y la de ella se uniera de mil y una forma".

—Maldita sea— abrió los ojos, el sudor de su cuerpo es tan abundante que la cama está mojada, su respiración tan agitada que su cuerpo arde y su polla tan dura que el solo contacto de la sábana le da placer —¡Por una mierda!— gritó frustrado y cansado por soñar con ella y solo verse admirando y tocando su cuerpo, ¿Por qué la sueña? ¿Por qué no se la folla en sus sueños? ¿Por qué esa maldita cría no sale de su puta cabeza? ¿Por qué es como si la conociera desde ya hace bastante tiempo? Negó a esa pregunta, es algo imposible, se llevan 18 años.

Ebrain dejó que su mente divagara pensando en ella y en esos hermosos ojos que aun cuando no los ve lo debilita como la kryptonita a Superman.

Penny tampoco tuvo un despertar grandioso, aquellos sueños se hacen cada vez más reales, ella realmente no comprende como puede caer en los brazos de ese hombre aún sabiendo que está con muchas mujeres. Él es un Streptease y siendo profesor igual no puede suprimir su promiscuidad, ¿Por qué ella lo desea tanto en sus sueños? ¿Por qué debe sentirlo todo como si fuera real y cuando despierta solo desea continuar soñando, o mejor aún, que todo sea una realidad? Negó frustrada por todos sus pensamientos, no puede olvidar que ese hombre ha sido el primero que ha besado y ha sido el único que la a tocado de tal manera que su feminidad se moja en gran cantidad.