Capítulo 24

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El resto del día transcurrió con Ebrain alejado de Penny, cada vez que se cruzan él hace lo imposible por alejarse o tratarla con indiferencia. Desea que ella se esfuerce más por llegar a él.

La hora de la cena llegó y con ello el estar todos reunidos, como siempre los profesores se sientan en una mesa y se centran en su charla. Penny, Rosa, Nini, Camill y George se sentaron al otro extremo del restaurante, pero justo en la línea donde se puede ver la mesa de sus profesores.

Ebrain quien está de frente a Penny, la mira por ratos y por otros la ignora. El corazón de Penny se apachurra cada vez que él le sonríe a su profesora o siempre que Karla lo toca para interrumpir la charla con la otra mujer.

—Joder, creo que hoy más de uno quedará inconsciente— George tragó el trozo de pollo que tenía en la boca —no han visto la cantidad de alcohol que Rosalba consiguió— Nicol miró a su amiga y suspiró, por supuesto que ella todo lo hace así.

—Solo debemos tener cuidado de no hacer una estupidez— aclaró Nicol —o esto nos puede salir demasiado caro, lo saben— Camill resopló.

—¿Si ubicas que los chicos de la universidad del estado vecino son un desastre?— río —con ellos todo se fue al caño, deja la seriedad... somos jóvenes y debemos divertirnos sin importar las consecuencias... bueno... siempre y cuando no sea un embarazo— Rosalba carcajeó como nunca en su vida.

—Zorra, pero responsable— Camill la fulminó con la mirada mientras los demás se parten de la risa, Rosalba es la mayor bruja que puede existir.

—No hace gracia a, Rosalba, solo digo la verdad.

—Lo sé, por eso debo felicitarte. Eres bien puta, pero no bruta— otra vez la carcajada se escuchó esta vez llamando la atención de los demás incluida la de Ebrain a quien no le agradó ver a Penny reír tan divertida mientras él sufre. ¿Acaso no le importa lo indiferente que está siendo con ella? Después de todo ella no se ha acercado con decisión a él.

—No puedo con ustedes— Penny fue firme a lo que decidió. No acercarse a Ebrain y darle su tiempo para no abrumarlo, es mejor distraer la mente y tratar de callar los quejidos de su corazón hasta que finalmente Ebrain esté un poco mejor —creo que hoy finalmente me voy a emborrachar como nunca antes— Rosalba y Nicol fueron las que rieron esta vez.

—No guapa, tú y el alcohol no son amigos— Rosalba enarcó una ceja —solo hueles la botella y ya te perdemos— la cara de Penny se puso roja por la vergüenza, eso a Ebrain lo superó, su polla inmediatamente despertó y deseó mirarla más de cerca.

—Eres cruel conmigo, voy a demostrarte que puedo embriagarme con varias cervezas y no solo con una— retó mirando a sus amigas y compañeros.

—No— intervino Nicol —no puedes ponerte a la altura con nosotros— Penny rodó los ojos.

—¿Por qué? O sea, ya sé que en Alemania el nivel de alcohol es mucho mayor que el de acá y que tú aguantas mucho, pero por supuesto puedo ponerme a la altura de los demás. No soy tan santa como dicen— todos la miraron y ella se sintió pequeñita.

—¿Sabes que es lo que más me gusta de ti?— preguntó George a lo que Penny negó —tu inocencia... o sea, no eres una inocente del todo, pero tú tienes algo que estas tres no tienen. Eres dura y contestona, pero hay algo en ti que te deja ser dulce, inocente y muy tierna a los ojos de los demás— todos en la mesa asintieron.

—Pues no, también puedo ser mala, no olviden eso... muy mala— la sonrisa de George sacó de sus casillas a Ebrain. ¿Por qué coño tiene que mirar y sonreírle así a su ángel?

—¿Lo ves? Hasta la maldad en ti se ve jodidamente tierna— Penny cansada por aquello, le tiró la servilleta en la cara y comenzó a reír junto a las chicas.

Mi Posesivo ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora