Capítulo 9

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La noche anterior no fue fácil para Ebrain ni Penny. Una vez llegaron al antro, tuvieron que guardar las apariencias y que Ebrain perdiera los estribos no fue fácil para Penélope.

Tryone como siempre fue él mismo, y metió a los jóvenes en un problema que es de su nivel. Rosalba demostró que es un desastre y formó un follón que casi acabó con medio antro. George como el ligón mundial que es, ligó con la mujer del dueño del bar iniciando así una fuerte pelea donde Penny y Ebrain intervinieron con la ayuda de Camill.

El dueño del bar tuvo unas horas de descontrol con Camill y fue lo que los salvó de una demanda. Ebrain quien no soportó la vergüenza, por supuesto echó a Tryone del estado, pero sus estudiantes lo defendieron por ser el único que podía apoyarlos en ese momento.

—Madre mía lo que me encuentro— Nini los miró a todos, Kilian, su novio, la tomó de la mano para que aquella no se uniera a esa locura —¿Cómo pudieron liarla de esa manera?— miró a los que alguna vez fueron sus compañeros.

—Creo que cada uno debería ir a su habitación— dijo Ebrain tomando el control de la situación —esto ha de servirles de escarmiento, no siempre se puede hacer desastres— Penny quien fue la que lidió con él y su furia lo miró enojada.

—En efecto profesor, no siempre se puede hacer desastre. Usted casi lincha al dueño de ese bareto— Ebrain la miro agitado, aún está molesto por como ese desgraciado se folló a su alumna y después se hizo el ofendido con lo de su esposa y George.

—¿Vas a iniciar?— preguntó dejando en evidencia ante todos, la debilidad que tiene por Penny.

—¡Casi matas al hombre!— gritó ella furiosa —si no fuera por mí estarías en un gran problema. No siempre puedes ser así, Ebrain, eres un maldito profesional— Ebrain se acercó a ella ignorando como todos los miran.

—Debiste dejarme romperle la maldita cara— refutó él con severidad.

—No, ¿Cómo podría yo hacer eso? Ese hombre nos pudo demandar.

—Se folló a una de mis estudiantes, no soy estúpido, sé perfectamente cómo ponerlo contra la pared.

—Ella lo consintió— le recordó Penny —ella lo ha aceptado y ahí no puedes meterte, ella tiene 19 años, no puedes cuidarnos como a unas bebés— Ebrain se acercó tanto a ella que pudo saborear sus labios. Kilian, Nini, Camill, George y Rosalba, solo lo miraron y sintiendo esa tensión que solo ellos pueden formar en el ambiente más armonioso.

Tryone los miró atónito, esa situación a su amigo solo le hubiera provocado risa, pero el hecho de que aquella joven lo supo dominar, está seguro que no solo a él lo asombró hasta el punto de dudar si lo que está pasando es real.

—Tú...— intentó soltar lo que lleva dentro, pero las ganas de besarla lo abrumaron al punto que se separó de ella y se marchó al interior del lugar.

—Vaya sábado— bufó Rosalba llamando la furiosa atención de su amiga —¿Qué, lo de hoy no ha sido como ayer?— se encogió de hombros.

—Es mejor irnos a la habitación— ordenó Penny —y por el bien de todos, una vez lleguemos a casa, olviden todo lo que ha pasado aquí. Créanme, será mejor así para no llevarse la desilusión de que ese arrogante y pretencioso hombre los ignore como a una cucaracha y finja no haber vivido esto.

—¿No es mucho odio para tan delgado cuerpo?— Tryone sonrió —vale, no me mires así que yo también tengo la mirada intensa— ambos se miraron a los ojos, la realidad es que Tryone tiene unos ojos tan profundos que acobarda a cualquiera, pero la única mirada que Penny no puede soportar es la de Ebrain.

Mi Posesivo ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora