Capítulo 28

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Lo más difícil para Penny fue salir de la habitación. Ebrain insistió en echar a los hombres para poder que ella pasara enrollada en una toalla al único baño que hay en la casa, por supuesto ella se sintió mal, Ebrain no controla su posesividad y aunque moleste un poco, ella no puede hacer nada, así es él y que estuviera tan roja como un tomate maduro no la ayudó.

Una vez todos se alistaron, los chicos con sus pantalones vaqueros, camisa de rayas, botas y sombrero, se ven tan chulos como unos cowboys. Las chicas también se esmeraron para estar al nivel de los pueblerinos. Falda vaquera, camisa manga largas de cuadro, botas y sus sombreros.

Se miraron entre sí y no hubo cabida para palabras, sus miradas dejaron en claro absolutamente todo.

—Aaahhh, ¡Me vas a matar!— gimió Rosalba rompiendo el silencio serio que había. Penny no tardó en ponerse roja y los demás a reír.

—Aaaggg, me encantas nena— se le unió Tryone y Penny no supo donde meterse. Ebrain se quitó el sombrero y pasó la mano por su pelo. Fue un idiota al hacerle el amor así tan fuerte, en ese momento no pensó en nada.

—Pra... pra... pra...— Nicol simuló los golpes en la pared, las risas no se detuvieron.

—Ya cállense— Ebrain negó abrazando a su ángel.

—Aaagghhh, joder— gruñó Kilian como si hubiera llegado al orgasmo. Ebrain lo empujó y carcajeó a la par que Penny, no pueden hacer más que reír.

—Venga, vámonos, quiero divertirme— una vez salieron de la casa, cada pareja se tomó de la mano e iniciaron a caminar por la calle de piedra que los llevaría al pueblo.

—Esto es majestuoso— Penny miró a su alrededor, los sonidos de la noche son lo mejor que ella puede escuchar —y la luna es tan hermosa— agrandó la sonrisa y la miró con admiración.

—Selenofilia— Penny asintió a lo que dijo su novio.

—Por eso me encantan tus ojos, son tan claros que parecen dos pequeñas lunas, y cuando brillan es lo más hermoso que he podido ver en toda mi vida— Ebrain se sintió más enamorado.

—Joder, amo esto— Flyn lo miró, jamás se imaginó así a su primo.

—Eh, Hulk— unos muchachos se atravesaron en el camino, Ebrain se tensó tanto que Penny lo notó.

—Lárguense de aquí— Flyn los miró con severidad —sigan su camino— les pidió.

—Cálmate Flyn, solo queríamos saludar— los chicos con más aspecto de chulitos que un gilipollas, los miraron con detalle y más a las chicas.

—Vaya... tienen buen gusto, sin duda son todas unas potras— dijo otro alarmando a los chicos.

—Ándate tú— Rosalba carcajeó —venga chicos, sigamos— dio un paso y los tres chicos dieron dos hacia ellos sobre los caballos.

—No tan rápido, guapa, créeme, sería mucho mejor pasar la noche con nosotros que con Hulk y esos tres— Ebrain perdiendo el control, soltó a Penny dispuesto a romperles su cara como cuando estaban jóvenes.

—Cielo, no— Penny lo agarró nuevamente y eso hizo reír a los tres muchachos.

—Eso es cielo, hazle caso a tu domadora— el rubio miró a Penny con una gran sonrisa —veo que has podido domar a una bestia salvaje.

—Cállate la boca, Marcos, o te romperé la cara como solía hacerlo antes— gruñó Ebrain.

—Calma, Hulk, todos aquí sabemos que tu paciencia es poca— dijo con burla Robert —sólo queríamos saludar a un viejo amigo.

Mi Posesivo ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora