Capítulo 38

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Te odio, es la palabra que Ebrain parece gustarle y a Penny dolerle. Siempre que despierta y la ve se lo repite una y otra vez creyendo que es solo una imagen que no puede sacarse de la cabeza.

Dos días han pasado y esos dos Días Ebrain parece estar igual. Penny aunque no entienda lo que pasa, no le importa soportar sus palabras de odio hacia ella, simplemente lo acompaña y lo atiende siempre que él se lo permite.

Cuando se pone violento no le queda más que salir de la habitación y dejar las cosas en manos de Alba, Flyn, Tryone, Kilian o Isidora. Penélope se preguntó el por qué Ebrain jamás le contó que esa chica lo quiere tanto.

Igual que el día anterior, Penny despertó al lado del hombre que ama, al lado de ese que sufre sin parar. Alba jura que está mejor, pero Penny solo puede ver a su novio sufrir sin tener indicios de mejoría.

—Ángel— lo miró inmediatamente —te necesito— Ebrain susurró con los ojos cerrados —ven por favor— Penny se sentó en la cama y acarició su mejilla.

—Estoy aquí, cielo... estoy aquí— sollozó en silencio —prometí no dejarte y cumplí mi palabra...— se guardó que quien la abandonó fue él. Ahora sabe que esa maldita mujer tiene que ver todo con lo que está pasando.

—Estás aquí— Ebrain abrió los ojos y con un poco de miedo, alzó su mano y acarició su mejilla. No pasó lo de antes, ella no se desvaneció como siempre que trataba de tocarla —te extraño muchísimo— Penny cerró los ojos, esa mirada y ese tono de voz señalan a que él cree que está soñando —me dejaste, prometiste no hacerlo y me dejaste— le reclamó.

—Lo siento... no quise hacerlo... perdón— al parecer sus disculpas le hicieron bien, Ebrain por primera vez la miró con ojos brillantes.

—Sabes que a ti te lo perdono todo— tiró suavemente de ella y la beso. Su corazón al parecer ya no está tan furioso con él, su alma parece estar pegándose pedazo por pedazo —te amo— Penny lo miró a los ojos con emoción, ¿Sabe él que no sueña?

—Y yo te amo a ti, cielo... te adoro con todo mi corazón— cuando sintió la mano de Ebrain en su culo río —no, estás débil, no podemos hacer esto— su ceño fruncido le hizo gracia, extrañaba tanto esa mirada.

—Si fueras real no me hubieras negado esto, necesito saber que eres real— Penny dejó de sonreír, ahora no sabe sí él piensa estar soñando o finge estarlo.

—Ebrain, soy real, estoy aquí desde hace dos días— él volvió a acariciar su mejilla —Isidora me trajo y cuando supe que eras tú yo... yo...— dejó que su barbilla temblará para poder hablar mejor después —yo me quedé aquí a tu lado en todo momento— Ebrain profundizó su ceño.

—¿Qué pasó?— su confusión le dolió a Penny. Esa maldita mujer no solo desapareció y lo alejó de ella, lo ha dejado muy mal.

—No lo sé cielo, no lo sé— evitó decirle cualquier cosa que pudiera lastimarlo, y en esto, todo lo puede lastimar.

—Mi corazón no duele mucho— se tocó el pecho —siento que mi alma está llenando mi cuerpo— desvió la mirada de Penny y la fijó en el techo —ya no te veo irte y dejarme destrozado, ya no te veo siendo feliz con otro— volvió a mirarla —estás aquí— tiró de ella y la abrazó con las pocas fuerzas que tiene —estás aquí— Penny envuelta en el llanto por saber que finalmente está consiente de la realidad, se aferró a él.

—Creí que te perdería, creí que ya no volvería a estar contigo— en ese momento la petición de su nana se volvió nada. Aunque esté destinada a sufrir por ese amor que le tiene a Ebrain, no le importa. Ella no es capaz de alejarse de él, no es capaz de vivir sin su amor.

Mi Posesivo ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora