Capítulo 10

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Una vez Ebrain colocó a Penny en el suelo dentro del elevador, ambos se quedaron sumidos en la mirada del otro. Ambos sintieron esa conexión que ninguno puede explicar.

Penny sonrió tímidamente recordando lo que su cuerpo siente siempre que él la mirada o la toca. Ebrain al ver su sonrojo supo inmediatamente lo que estaba pasando por su cabeza. Sus pensamientos le hicieron una mala jugada y sin pensarlo se abalanzó contra ella.

Penny jadeo satisfecha porque él hizo justo lo que ella deseaba. Las manos de Ebrain se aferraron con posesividad a las caderas de Penny así pegándola totalmente a su cuerpo. Ella quien no pudo resistir aquella intensidad sin que sus rodillas flaquearan, se aferró a los anchos hombros del hombre que devora su boca con vehemencia y ardor.

Los gemidos de Penny enloquecieron a Ebrain, sin pensarlo tocó los botones del elevador como loco y cuando las puertas se abrieron salió y rápidamente llamó al otro ascensor sin dejar de besar y elevar la libido de ambos.

Penny con su inexperiencia lo encendieron, es que esa chiquilla solo debe mirarlo para que todo su mundo se vuelva un incendio fuera de control.

-Mierda- gruñó cuando ella tiró un poco de su pelo -aaaggg- gimió al sentir sus pezones duros como rocas.

-Ebrain- ella tembló al sentir su erección rozando su humedad, realmente se siente tan duro que la lástima.

-Puta madre- él dejó de besarla una vez entraron al elevador -no, no gimas mi nombre así- le ordenó -lo tienes prohibido- Penny lo miró confundida en medio de su excitación.

-Pero... pero...- Ebrain la besó y de esa manera calló su boca. Él no puede permitirse nada, él no puede acostumbrarse a que ella diga su nombre de esa manera. Eso es algo que él ama, pero con ella no puede, simplemente eso lo supera.

-Odio no traer mis juguetes- dijo entrando a la habitación -deseo poseerte y hacer con tu cuerpo lo que me plazca- la puso en pie y sintió la necesidad de destrozar su vestido, pero no puede arriesgarse a que los vean con ella vistiendo su camisa que además está sucia de vómito.

-Aaahhh- chilló ella por la sorpresa de cómo le arrancó las bragas.

-Gritarás mucho más, deseo que lo hagas- volvió a tomarla entre sus brazos para besarla ahora sintiendo su cuerpo completamente desnudo. Su polla hinchada y palpitante por lo caliente que está, no dejó de sacudirse entre sus pantalones. La fiera quiere ser liberada y él no quiere retrasar más lo que anhela desde que la conoció.

-¡Ebrain, Espera!- gritó Penny cuando la tiró a la cama.

-No me pidas espera, no ahora Penny. Mi polla duele que ni veas- ella agitada negó, él simplemente sigue desvistiéndose -me has estado tentando todo este tiempo y ahora que te tengo aquí finalmente te follaré con todas las malditas ansias que me corroen- totalmente desnudo se tiró sobre ella y la besó a la par que su virilidad busca el camino a ese espacio cálido.

-¡Soy virgen!- gritó aterrada cuando su grandeza se hundió un poco en ella ocasionándole dolor. Ebrain paró en seco y la miró a los ojos, eso no puede ser posible, ella ya lo tiene lo suficientemente loco como para que agregue algo más a esa posesividad que siente hacia ella.

-Dime que bromeas, dime qué lo haces porque de lo contrario podrás arrepentirte- Penny lo miró a los ojos y deseó mentir, deseó quitarle esa suerte de llevarse su pureza, pero, ¿Como hacerlo cuando realmente desea estar con él? Además si miente puede dañarla. Tras sus pensamientos asintió.

-Soy virgen, Ebrain. Jamás he estado con un hombre- él frunció el ceño y sintió como su corazón inició a marchar con más furia. ¿Cómo es posible que ella le esté diciendo eso? ¿Cómo es que entra a su vida siendo tan perfecta?

Mi Posesivo ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora