Capítulo 11

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Los últimos días no han sido más que incertidumbre para Ebrain. El estar en New York no fue nada fácil, realmente no se centró en sus estudiantes por pensar en el momento en el que Rosy llegara de la nada.

Penny fue consiente de su cambio en su trato hacia ella, y aunque le dolió trató de no darle mucha importancia, después de todo él fue muy clara con ella desde un inicio por lo que no puede reprochar nada.

Ebrain no vio más opción que alejarse de Penny, por alguna razón siente que debe protegerla aun cuando el que sufrirá es él por la maldición, pero que Rosy esté cerca de ellos no le agradó, ahora sabe de lo que es capaz y el solo pensar que puede dañar a Penny lo pone de los nervios.

Como todas las mañanas se levantó maldijo al darse cuenta de que ahora están en Nevada haciendo su rutina de siempre. Fue un respiro el haber participado en la competencia y que saliera ganador solo dejó en claro lo buen profesor que es, pero nada de eso lo salva de la indiferencia de Penny por pasar de ella los primeros días.

Pensando en que toca darle clases al grupo de la mujer que lo vuelve loco, se alistó para dirigirse a la universidad.

La llegada fue como cualquiera otra, únicamente que ahora no solo su día mejora al mirar a Penny, sino que ahora su cuerpo se siente mucho mejor siempre que la ve. Hacerla suya quizás fue el inicio de su maldición, pero amó hacerla suya, amó ser el primero en navegar su perfecto cuerpo.

—Profe— Rosalba lo saludó sacándolo de sus pensamientos poco puros —buenos días— Penny tomó de la mano a Nini y tras saludar a su profesor se alejó de él sin darle una mirada más allá.

Ebrain frunció el ceño, esa chiquilla es más dura de lo que creyó, ha estado tras de ella los últimos días y ella simplemente pasa de él como él pasó de ella al inicio.

—Profesor Torres— el principal le chocó la mano —que alegría verlo, ha llegado la nueva profesora de administración empresarial y me gustaría mucho que usted le diera el recorrido. He visto que tiene las primeras horas libres— Ebrain sonriéndole al hombre asintió.

—Por supuesto, con mucho gusto— ambos hombres se encaminaron a la dirección —¿Dónde está la nueva?— preguntó animado.

—Aquí está— el principal señaló a una mujer de piel morena, cabello rizado y ojos verdes agua que tiene la vista fija en Ebrain —la profesora Karla Márquez— Ebrain tragó grueso y su cuerpo permaneció inmóvil y pesado, ¿Cómo es posible que ella esté ahí, frente a él?

—Mucho gusto, Profesor...— el principal al ver el estado de su profesor, sonrió, no lo culpa, realmente la mujer es hermosa y deja a cualquiera en blanco.

—Este es el profesor, Ebrain Torres— lo presentó el principal.

—Mucho gusto, profesor Torres— Ebrain recapacitó cuando sintió la delicada mano de Rosy entre la suya.

—Es... es un placer— respondió a puras penas —seré yo quien le dé el recorrido, por favor— le señaló rápidamente la puerta, no es posible que esa mujer sea profesora justo donde él trabaja y dónde estudia Penny.

—Gracias— la mujer sonrió con amabilidad y caminó con gracia —veo que sigo dejándote con la boca abierta— ensanchó la sonrisa una vez se encontraron caminando.

—¿Qué haces aquí, Rosy?— el bofetón le hizo gruñir.

—Dime una vez más así y quedarás sin pelotas— lo miró a los ojos —oh, verdad que no puedo quitarte la posibilidad de tener hijos, de eso se trata tu maldición— Ebrain la miró enfurecido —veo que eres el mismo chico problemático con problemas de ira. Sabes que siempre me desagradó ese estúpido nombre— Ebrain frunció el ceño, eso él lo sabe bien. Solo la llama así porque ella solía celarlo con la chica fea del salón y decidió llamarla por su nombre.

Mi Posesivo ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora