-Luke, te lo he dicho mil veces, no puedes estar viniendo todos los días.Ya llevaba una semana trabajando allí, estábamos a martes y Luke se empeñaba en seguir apareciendo a hacerme visitas.
Jennifer no se quejaba pero sabía que tampoco le agradaba la idea por que Luke no se estaba quieto ni un segundo.
Se paseaba por la tienda, cogía libros y los dejaba en otro sitio. No lo hacía aposta, pero tampoco hacía el esfuerzo de colocarlos bien.
-Y yo te he dicho mil veces que me da igual lo que tu me digas.
Resoplé y miré a Jennifer, la pobre se dedicaba a perseguir a Luke por la tienda intentando quitarle todo lo que iba cogiendo.
-Luke vas a sacar de quicio a Jennifer y no creía que eso fuera posible-me puse delante de él y le puse la mano en el pecho para pararlo.
Entre murmuros y quejas me devolvió los libros y yo pude dejarlos en su sitio.
-Gracias, gracias, gracias-dijo Jennifer con una sonrisa de alivio.
-Lo siento, es peor que un grano en el culo.
-¡Eh! ¡Te estoy escuchando!-dijo totalmente ofendido.
-No estaba intentando que no lo hicieras.
Luke se llevó la mano al pecho.
-Con cada palabra que sale de tu boca, desgarras mi alma.
-Enserio, no se que te fumas para estar así pero déjalo o al menos comparte.
Soltó una sonora carcajada que sobresaltó a Jennifer.
-Oye Jennicita...-dijo Luke acercándose a ella-¿qué hay detrás de esa puerta?-la señaló con el dedo.
-El almacén, ahí tenemos ejemplares de repuesto y libros que aún no podemos poner en venta, pero que pronto lo estarán.
-¿Algún estreno literario súper exclusivo?-preguntó con una curiosidad que me pareció peligrosa.
-Si. Pero no podemos ni abrir la caja hasta la fecha que nos han marcado.
-¡Qué le den a las normas!-salió corriendo hacia el almacén
-¡Luke!-chilló Jennifer yendo detrás de él a la velocidad que sus cortas piernas le permitían.
Me reí mientras veía como forcejeaban por conseguir la caja. Jennifer después de esto, iba a necesitar una tila.
Al final salieron del almacén, Jennifer llevaba a Luke sujetándolo por la camiseta.
-Tú amiga tiene un carácter...-dijo Luke cruzándose de brazos.
-No. Tú eres el afortunado que consigue que lo saque-aclaré.
Una sonrisa apareció en los labios de Luke.
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La sincronización de nuestros latidos
Teen FictionEntra todos los martes. A veces solo mira y a veces compra un libro. Tiene mal gusto para elegirlos. Sabe sacarme de quicio. Su pelo es negro. Su risa es dulce. Y es absolutamente inalcanzable.