CAPÍTULO 6

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-¿Qué quieres?-pregunté directamente mientras me giraba para poder verla

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-¿Qué quieres?-pregunté directamente mientras me giraba para poder verla.

-Qué me vendas un libro-bromeó apoyándose en la pared, al lado de la puerta del bar.

-Mmm...te recomiendo "una pelinegra muy pesada" es una historia de terror de como una pelinegra desaparece después de no dejar de molestar a una pelirroja con poca paciencia.

Soltó una carcajada que hizo que me sobresaltara un poco.

Ni que yo fuera graciosa, me sacaba de mis casillas que se riera.

Seguro que con Izan no se ríe así.

Eso es verdad.

Sonreí al pensarlo.

-Me gustaría saber el motivo de esa sonrisa-comentó ella mirándome con curiosidad.

-Pues siento decepcionarte, pero nunca lo sabrás.

Me apoyé a su lado mirando al frente. Pude ver de reojo como ella giraba la cabeza para mirarme a mí.

-He notado que no estabas muy cómoda.

-No sé por qué lo dices, los ambientes llenos de gente hablando sin parar son mi "safe place"

Volvió a reír y mi corazón se aceleró al instante.

Dios me sentí ridícula.

-No entiendo por qué estás aquí si no te gusta.

-Luke es la respuesta. No hay nadie más insistente y cansino que él.

Supe que estaba sonriendo.

-¿Y quién es Izan?-pregunté arrepintiéndome al segundo.

-Ese chico moreno con el qué has compartido mesa por casi cuarenta minutos.

Puse los ojos en blanco.

-Preguntaba si sois amigos, primos, hermanos...pareja-esto último casi ni se escuchó, lo murmuré con la cabeza agachada.

-Somos amigos, bueno creo, no sé si lo que estábamos teniendo antes de encontraros era una cita. Puede que sí-se encogió de hombros hablando con toda la tranquilidad del mundo.

Mientras tanto todo mi cuerpo se tensaba de golpe.

-Ah. Qué fastidio que os hayan arruinado la cita.

-No se ha arruinado nada, este plan me gusta más.

-Ya.

Me crucé de brazos mirando al suelo.

-Vuelvo dentro, ¿vale?-su tono de voz se volvió suave.

Simplemente me limité a asentir y a mirar como ella entraba de nuevo en el bar.

Enserio, me consideraba una completa capulla.

No pude evitar sentirme molesta al saber que estaba en una cita, ¿de qué va?

La sincronización de nuestros latidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora