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AQUILA SE ENCONTRABA SIENDO PRÁCTICAMENTE ARRASTRADA, ya que los gemelos le habían enviado una carta dejándole saber que irían por ella a obligarla a ir al mundial, Aquila rápidamente se levantó de su cama.
La pelinegra escuchó claramente como el elfo abrió la puerta de la mansión, salió disparada de su aposento no sin antes agarrar sus pertenencias, bajaba rápidamente las escaleras mientras se ponía sus elegantes aretes.
Pudo divisar como los gemelos se encontraban a unos metros de ella sonriéndole, Aquila antes de tocar el último escalón se enredó con los cordones de sus zapatos cayendo al piso y maldiciendo.
—Es raro la manera en la que siempre terminas a mis pies hermosa—George se poso al lado de ella con una sonrisa coqueta lo que provocó que Aquila solo rodara los ojos
—Si si muy gracioso, me puedes ayudar a levantarme—Fred le extiende la mano a la pelinegra y está con gusto la agarra—No me dieron tiempo ni a respirar
—Ya te habíamos dicho mil veces sobre el torneo Melocotón—Aquila rodo los ojos sabiendo que sus mejores amigos nunca se le va a ir ese día y que gracias a eso le dicen "melocotón"
—Y yo siempre les decía que no quería ir, jamás se les va a olvidar ese día verdad?—Los gemelos negaron con la cabeza mientras sonreían burlonamente lo que provocó que Aquila suspirara
—Tengo que ir donde mi padre, el también va a ir al Torneo—Aquila camino hacia el despacho de su padre siendo seguida por los gemelos—Van a entrar?
—No gracias, mejor nos quedamos aquí—Aquila frunció el ceño sabiendo que los gemelos le tenían un poco de "miedo" al papá de su mejor amiga, ya que los ojos del hombre eran como si una daga se te incrustara en el pecho—Es solo precaución
