El día de mañana será un desastre.

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Este capítulo contiene +18 sisi me podén decir ya era hora hija d la chingads pondré el ⚠ cuando este subidito de tono para kien no le guste.



La mirada de Aren permanecía atenta en la ventana la cual se empapaba sin descanso por la frenética lluvia que ese día decidió arruinarles los planes de salida con Saiki, él había ideado una cita perfecta, dónde irían primero, que iban a almorzar, tomarse de las manos en la plaza, incluso donde pasarían el resto de la tarde; era un día que venia planeando hace ya varias semanas. Los exámenes finales, las pruebas de ingreso a la universidad, todo el estrés, el estudio y sobre todo el tiempo que empleaban en eso les había costado muchas semanas sin verse más que en clases o unos pocos minutos fuera de estas. Y su error más grande fué haber citado a Saiki sin echarle primero un vistazo al pronostico del tiempo, cuando recién amaneció todavía le prevalecía la esperanza de que en algún momento la lluvia fuera a detenerse, pero luego el viento comenzó a arresiar junto con los truenos y así, pereció el resto de su fé en que ese día mejoraría, ni hablar del resto de la semana porque básicamente estaría igual, si es que llegaran a tener más tiempo libre.

Soltó un enorme suspiro, estaba decepcionado de si mismo por ser tan tonto como para no fijarse en el clima, se quitó sus gafas para limpiarlas mientras mantenía su cabeza gacha; si que estaba decaído.

¿Sigues triste por lo de la cita?— A pesar de la fuerte lluvia, Kusuo decidió teletransportarse hasta la casa de Aren, así mínimamente podrían pasar ese día juntos, pero la decepción en el más alto seguía instalada en su pecho sin claras intenciones de irse.

—Es que...— Continuó tallando el vidrio de su lente a pesar de que se veía limpio, sorbió de su nariz a lo que Saiki levantó la ceja, ¿iba a llorar acaso?— Tienes un novio taaan bobo.— comenzó a sollozar cual niño pequeño, Saiki sólo pudo soltar un suspiro.

Yare Yare.

—La cita no importa, estamos juntos y me quedaré hasta tarde, ¿no es suficiente?

P-pero tenía todo planeado, incluso imaginé tus expresiones cuando comiéramos y busqué restaurantes donde tuvieran gelatina de café de postre y-

—Espera, ¿no hay gelatina de café?

Eran pocos pero sí encontré uno bonito cerca de la plaza.— Sorbió nuevamente de su nariz y se hizo bolita en la cama.— También pensé que podríamos patinar, así no gastábamos mucho dinero porque ya tenemos los patines y seria divertido, también creí que-

—¿Crees que en la tienda cerca de tu casa vendan gelatina de café?

Que podíamos.. podíamos, Saiki... ¿m-me estás escuchando?

Lo pensé, las tiendas cierran con esta clase de tormentas pero los supermercados no.

¡Kusuo!— llamó entre pequeños lloriqueos y posteriormente arrugó el ceño, lanzándole con fuerza una almohada. La cual golpeó directamente contra la cara del pelirosa pero claro que este no se inmutó.— Prestame atención, hoy podría ser mi episodio depresivo, ¿sabes?

Yare Yare.

—Estás sobre pensando las cosas.
Saiki se acercó al adverso, posicionándose de tal modo que logró abrazarse a su torso, enterrando suave su rostro contra el pecho de Aren, aspiró con ganas el aroma de su cuerpo, o por el momento, específicamente de su prenda, olía al perfume que tanto le gustaba que usara, esto le provocó una pequeña sonrisa en su rostro y talló así suavemente su nariz en esa zona.

—¿K-kusuo?— Por alguna razón se sentía demasiado avergonzado, aquella acción lo tomó por sorpresa, ni siquiera sabía dónde colocar sus manos.

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