I fell in love.

Sensaciones, parte 2.

De repente, todo se sentía de una manera completamente distinta al ambiente que ellos dos siempre generaban juntos, estando juntos jamás había existido un problema, tampoco había discusiones o situaciones que generaban dudas. Sólo eran ellos, era Kuboyasu expresando con sinceridad su sentir hacia Kusuo en melodiosas y cálidas palabras. Y era Saiki, recibiendo estas con cariño, uno único que sólo profesaba para su pareja, y a su vez, le regresaba el gesto con pequeños besos o roces entre sus dedos.

Y ahora, estaban ahí. En un ambiente tenso, sus miradas no estaban fijas. Y parecía que ninguno quería ser el primero en hablar, Saiki se había sentido misteriosamente muy herido ante tanta acusación falsa por parte de la persona que dice quererlo, es cierto, toda la escena pasada apuntaba a un posible engaño pero que sin embargo jamás se iba a generar; Saiki estaba dispuesto a teletransportarse directo a la habitación de su casa antes de dejar que Aiura tocara sus labios, primero porque no le gusta en lo más mínimo, segundo, porque sólo desea que sus labios sean tocados por los de alguien más, una persona completamente diferente. No obstante, tampoco quería ser brusco con ella al apartarla, ¿cómo le explicaba ahora a Aren que sí le dijo que se quitara? Que sí le pidió que se hiciera a un lado, pero en su cabeza. . . 

—No fué lo que piensas.— se atrevió a cortar el silencio tan amenazador que se había generado después de haberle gritado de esa manera.— Lo único en que me equivoqué fué en no decirle de inmediato que tenía novio, cuando ella me preguntó qué de nuevo había en mi vida, fué porque es mi privacidad, también porque no es que me importara si ella lo supiera, como cuando hablas con un extraño hace apenas unos cinco segundos.— Saiki mantenía su cabeza gacha pero sus palabras salían demasiado bajas, su voz no temblaba en explicar pero por alguna misteriosa razón sentía su garganta arder.— Yo no... Iba a besarla, ni a dejar que me besara.

—Eso se vió diferente.— Kuboyasu seguía a la defensiva porque desde su perspectiva todo lucía demasiado confuso, el actuar de Saiki ese día cobró sentido todo dentro de su cabeza, por ello, no podía dejar de sentirse ansioso desde que vió aquella escena. Era como, algo claro, pero al mismo tiempo ver a Saiki así frente a él comenzaba a generarle duda.

—Sí le dije que se apartara.— Sabía que no era verdad, por lo menos no había hablado pero tenía que mentir en ese aspecto, de otra forma, no tendría como defenderse.

—Qué no.

—Sí le dije.— aquello fué más un susurro de voz que una refutación.— Pero fué bajo, quizá por eso no escuchaste...

—No te ví mover los labios... Yo... esto es increíble.— Incluso él se sentía un poco desesperado por encontrar respuestas para toda la historia que se había hecho en la cabeza.

—Tú... ¿Ya pensaste todo de lo que me acabas de acusar antes de llegar a la fiesta o apenas me viste formulaste todo eso? Fué demasiado rápido.— Entonces Saiki levantó un poco más la cabeza, lo suficiente para mirar a Kuboyasu fijamente; este inmediatamente se sorprendió, los ojos de Saiki estaban acuosos, se veía a través de su rostro que en cualquier momento podía romperse a llorar.— Fuí con Nendō a comer ramen después de clases, me mandó un mensaje desde la noche que estabas en casa pero lo ví hasta cuando desperté, parecía que tenía muchas ganas de comer conmigo así que acepté.— ahora, sus ojos viajaban hacia los pies de Kuboyasu, no quería mirarlo no porque estuviese mintiendo, sino porque pensar que estaba explicándole todo eso porque Kuboyasu cree que lo engañó desde antes de la fiesta lo dejaba anonadado, un poco incrédulo.— Te puedo mostrar el mensaje, puedes preguntarle a Nendō o puedes preguntarle a todos los demás que todavía estaban ahí.

—Yo...

—En la escuela, no hablé demasiado porque todavía me sentía un poco avergonzado por lo de ayer, sentía que ahora podías mirar a través de mi con facilidad.— relamio a duras penas sus labios antes de continuar hablando, pero entre más hablaba más ofendido y triste se sentía.— Encontré a Aiura en la fiesta recientemente como tú.— recordó entonces que desde que Kuboyasu llegó podía escuchar los pensamientos negativos que tenía sobre él, o sobre todo en general, así que sacó de su suéter el tan necesitado anillo y se lo puso, ahora se sentía ligeramente menos atacado.— Me dijo que llegó apenas, escuchó fiesta porque muchas personas que ni siquiera son de la escuela están aquí, vino, me vió y se acercó a mi. Estuvimos hablando unos minutos de cosas que ahora me parecen tonterías, ella no es una mala persona supongo que al pensar que estaba solo creyó que era una buena oportunidad para intentar conquistarme.— Levantó la cabeza, sus miradas nuevamente se conectaron, fijo, frío, esta vez nadie se sonrojo ante la profundidad de los ojos contrarios. Saiki abrió una vez más los labios, sentía que había hablado demasiado esa noche, pero tenía una pregunta atascada en la garganta que le quemaba.— Así que dime, ¿estoy solo?